La muerte de un piloto genial
Marco Simoncelli fallece a los 24 a?os tras caerse en Sepang y ser atropellado por las motos de Edwards y Rossi - Suspendida la prueba, el 'paddock' enmudece en un homenaje espont¨¢neo
Ser¨¢ recordado por sus adelantamientos al filo de lo imposible por el interior de las curvas, en los que sus rivales pensaban que no hab¨ªa espacio para dos. ?l, sin embargo, siempre pensaba que pod¨ªa hacerse un hueco. Marco Simoncelli se lo hizo tambi¨¦n con su sencillez y campechan¨ªa en el coraz¨®n de los moteros, que ve¨ªan en ¨¦l a alguien aut¨¦ntico. El motociclismo llor¨® ayer la muerte de un italiano de 24 a?os, amante de las carreras y con suficiente talento y carisma para colocarse entre los m¨¢s grandes. Falleci¨® en el circuito de Sepang, en el Gran Premio de Malasia de MotoGP, tras un accidente en el que, como un a?o atr¨¢s Shoya Tomizawa, fue arrollado por dos motos, las de Colin Edwards y Valentino Rossi, su ¨ªntimo amigo. Los golpes en la cabeza, el cuello y el pecho, que le provocaron una parada cardiaca, fueron la causa de su muerte.
"Eres muy buen chico, Marco", le dec¨ªa su padre acarici¨¢ndole la melena
La carrera no hab¨ªa hecho m¨¢s que empezar. Tiraba Stoner, para variar, y le persegu¨ªan las otras dos Honda del equipo oficial, las de Pedrosa y Dovizioso. Bautista se peleaba por asomar el hocico entre los mejores y Simoncelli, la cuarta Honda de la parrilla, intentaba que el espa?ol no se le escapara. Era la segunda vuelta a un trazado de largas rectas y curvas r¨¢pidas cuando el italiano lleg¨® al 11? giro, un ¨¢ngulo a la derecha de casi 90 grados: perdi¨® el control de su moto, seguramente por falta de adherencia en estos tramos iniciales de la prueba; se agarr¨® al manillar, como suelen hacer muchos para no perder de vista la m¨¢quina y evitar que se cale en plena carrera, pero, llevado por la inercia, piloto y moto terminaron en medio de la pista.
La ca¨ªda fue una de tantas, como las que se ven a pares cada fin de semana, pero la mala fortuna de no terminar en la escapatoria, sino sobre el asfalto, dict¨® sentencia. Edwards (con el hombro izquierdo dislocado) y Rossi (ileso), que ven¨ªan tras ¨¦l, no pudieron evitar el impacto brutal.
Simoncelli qued¨® tendido, boca abajo y sin casco, a un costado del trazado. La carrera se par¨® inmediatamente. El resto de los corredores volvi¨® a sus talleres aguardando una decisi¨®n o una noticia. Una ambulancia asisti¨® al italiano, en parada cardiorrespiratoria, all¨ª mismo. Tras un intento de reanimaci¨®n de unos minutos, se lo llev¨® hasta el centro m¨¦dico, donde se vivieron escenas dram¨¢ticas ante la certeza de que no saldr¨ªan buenas noticias de esos muros. Y as¨ª fue. Los primeros gestos de desesperaci¨®n del padre, Paolo Simoncelli, que entraba y sal¨ªa, que se llevaba las manos a la cabeza y negaba desconsolado, despejaron las pocas dudas que hab¨ªa a las puertas del improvisado hospital, donde fueron congreg¨¢ndose, suspendida la carrera, decenas de personas.
"Eres muy buen chico, Marco", le dec¨ªa Paolo acariciando la melena al hijo, del que no se separ¨®, cuando se despidi¨® de ¨¦l. Despu¨¦s de intentar reanimarle durante 45 minutos, despu¨¦s de que el piloto fuera intubado y se le extrajera la sangre acumulada en el t¨®rax, los m¨¦dicos confirmaron su muerte. Falleci¨® a las 16.56, hora local (las 10.56, hora peninsular espa?ola), 56 minutos despu¨¦s de que el sem¨¢foro se apagara.
La noticia silenci¨® el paddock, conmocionado por el adi¨®s de una de las estrellas de MotoGP. Los mec¨¢nicos, los miembros de los equipos, la organizaci¨®n, la prensa, los amigos y los curiosos con un privilegiado pase, todos (o casi todos, a Edwards o a Rossi, muy afectado, no se les vio) protagonizaron una suerte de homenaje silencioso y espont¨¢neo en torno al garaje del equipo San Carlo Gresini, el sat¨¦lite de Honda.
"Simoncelli era una de las estrellas emergentes de este deporte, un chico carism¨¢tico de 24 a?os que pilotaba con el coraz¨®n. Era un apasionado de los circuitos y tan pasional en las carreras como fuera de ellas, aunque a veces eso le metiera en problemas. Su agresivo estilo no siempre era bien visto, pero estaba madurando como piloto", dec¨ªa el comunicado de Honda, de la que era uno de sus ni?os mimados.
"No s¨¦ qu¨¦ decir. No me salen las palabras", dijo su vicepresidente, Shuhei Nakamoto. "Marco era un buen chico y un piloto con mucho talento. A veces era un poco duro con ¨¦l. Por ejemplo despu¨¦s de su primer podio en Brno, cuando le dije: 'Has tenido suerte con este podio'. Y se enfad¨® mucho... Pero yo solo quer¨ªa motivarle porque sab¨ªa que pod¨ªa hacerlo todav¨ªa mejor", conced¨ªa. El director general de Dorna, Carmelo Ezpeleta, record¨® que la noche anterior se lo hab¨ªa encontrado en el hotel jugando a las cartas y amenaz¨® con hacerle compa?¨ªa: "Me gustar¨ªa desparecer y volver dentro de dos o tres a?os. Se ha vuelto a ir uno de los nuestros".
Desde Barcelona, Jorge Lorenzo, convaleciente de una ca¨ªda, dijo al que tantas veces fue su rival: "No s¨¦ qu¨¦ decir de un d¨ªa as¨ª... Solo s¨¦ que te echaremos de menos. Descansa en paz, Marco". "Muchas veces nosotros mismos no nos acordamos de c¨®mo es este deporte. A veces puede ser muy peligroso y que pasen estas cosas quita todo el sentido a todo. Est¨¢ claro que hacemos lo que m¨¢s nos gusta, lo que m¨¢s amamos, pero en d¨ªas como hoy nada tiene sentido", se?alaba Dani Pedrosa. "En una carrera, luchas y lo das todo y la tragedia est¨¢ siempre a la vuelta de la esquina. Marco era un piloto fuerte, siempre daba el m¨¢ximo", a?adi¨® Dovizioso.
"Sabemos que la nuestra es una profesi¨®n de riesgo y que, desde el Mundial, se vela por nuestra seguridad", apunt¨® Barber¨¢, conmocionado porque fue uno de los que llegaba detr¨¢s y se encontr¨® con el piloto tendido e inerte. "Ha sido una aut¨¦ntica desgracia. Durante los ¨²ltimos a?os se ha trabajado para que nuestra profesi¨®n sea cada vez menos peligrosa y, aun as¨ª, como hemos visto hoy, hay d¨ªas en que la mala fortuna nos depara tragedias como la de Marco", concluy¨®.
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