"Deber¨ªa existir solo un tipo de contrato"
Como especialista en mercado laboral, el chipriota Christopher Pissarides sigue muy de cerca el caso espa?ol. Premio Nobel de Econom¨ªa en 2010 y profesor de la London School of Economics, Pissarides ha visitado esta semana Madrid invitado por la Fundaci¨®n Rafael del Pino.
Pregunta. ?Qu¨¦ ha hecho mal Espa?a para tener una de las tasas de paro m¨¢s altas del mundo?
Respuesta. Para entender lo que ha ido mal en este pa¨ªs hay que remontarse a finales de los a?os setenta y a los a?os ochenta, cuando se dio a los trabajadores unos poderes y privilegios que la econom¨ªa no pod¨ªa permitirse. Estoy a favor de apoyar a los trabajadores, de aumentar las rentas y de adoptar medidas para reducir la pobreza, pero solo si la econom¨ªa se lo puede permitir. Para que los empresarios puedan crear empleo deben tener expectativas de beneficio. Por tanto, todo lo que se produzca debe compartirse entre el empresario y el trabajador. En los primeros a?os posteriores a la restauraci¨®n de la democracia en Espa?a se otorg¨® a los trabajadores una parte de la producci¨®n demasiado grande.
P. ?Qu¨¦ opina de la dualidad entre trabajadores fijos y temporales que hay en Espa?a?
R. La creaci¨®n de los contratos temporales en la Espa?a de los a?os ochenta fue una buena decisi¨®n, porque la econom¨ªa crec¨ªa y era m¨¢s f¨¢cil crear empleo. Pero la medida tuvo el efecto contrario cuando la econom¨ªa comenz¨® a contraerse: los empresarios encontraron una excusa para no crear el empleo fijo esencial para incentivar una mayor productividad y una mejor formaci¨®n. Ahora que estamos de nuevo en recesi¨®n hay muchas presiones para reformar el mercado laboral. Reformar los dos tipos de contrato es, desde luego, un movimiento en la buena direcci¨®n, pero no ha ido lo suficientemente lejos por la resistencia de los sindicatos.
P. ?En qu¨¦ direcci¨®n deber¨ªa ir la reforma laboral?
R. Deber¨ªa existir solo un tipo de contrato. Antes que nada, creo que los contratos deber¨ªan dejarse en manos del sector privado. El Gobierno no deber¨ªa interferir. Lo que s¨ª es asunto del sector p¨²blico es la prestaci¨®n por desempleo, que deber¨ªa aplicarse a todo tipo de trabajadores y que deber¨ªa ser gradual: nada al principio, un poco despu¨¦s de seis meses de trabajo, por ejemplo, y subir gradualmente la cantidad sin llegar demasiado lejos, hasta un m¨¢ximo de 10 a?os.
P. ?Cu¨¢ndo podr¨¢ Espa?a crear empleo?
R. Los puestos de trabajo los crean los empresarios privados, y llegar¨¢n cuando se recupere la confianza en la econom¨ªa. ?Dar¨¢ el contrato ¨²nico resultados inmediatos? La respuesta es no. Los resultados vendr¨¢n gradualmente, pero vendr¨¢n.
P. ?No cree que poner en marcha nuevos est¨ªmulos a la econom¨ªa ayudar¨ªa a reducir el paro?
P. Ser¨ªa peligroso volver a los est¨ªmulos, a menos que haya confianza plena en los nuevos acuerdos de disciplina fiscal. Los est¨ªmulos funcionar¨ªan bien si hubiera cooperaci¨®n en la eurozona en materia fiscal. No funcionar¨ªa que un pa¨ªs perteneciente a una uni¨®n monetaria dejase de preocuparse por la situaci¨®n de su deuda soberana y decidiera por su cuenta expandir su pol¨ªtica fiscal para fomentar el empleo. S¨ª podr¨ªa funcionar en un pa¨ªs como Reino Unido, que no pertenece a una uni¨®n monetaria, ya que puede influir en su tipo de cambio. En Espa?a, eso es imposible. Haga lo que haga fiscalmente, no tendr¨¢ influencia alguna en el tipo de cambio del euro.
P. ?Qu¨¦ papel deber¨ªan desempe?ar los sindicatos en una sociedad como la espa?ola?
R. Lo m¨¢s importante no es cu¨¢nta fuerza o cu¨¢nto poder tienen los sindicatos, sino c¨®mo lo utilizan. La ley otorga todav¨ªa m¨¢s poder a los sindicatos en Escandinavia, pero lo utilizan de forma cooperativa. Se preocupan m¨¢s por la econom¨ªa en general que por sus militantes. Parece que a los sindicatos espa?oles les preocupan m¨¢s sus militantes con trabajo que los j¨®venes con contratos temporales o las mujeres que quieren entrar en el mercado laboral. Abusan de su poder al negociar solo en beneficio de sus miembros. Los sindicatos brit¨¢nicos estuvieron en esa situaci¨®n hasta los a?os ochenta, cuando el Gobierno les recort¨® buena parte de su poder. A pesar de tener el apoyo de los sindicatos, el Gobierno laborista sigui¨® la misma l¨ªnea porque lleg¨® a la conclusi¨®n que era lo mejor para el pa¨ªs y para la econom¨ªa en general.
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