El Supremo pondr¨¢ paz en las Formigues

Son unos islotes rocosos e inhabitables de la Costa Brava, pero los Ayuntamientos de Palam¨®s y Palafrugell (Baix Empord¨¤) han hecho de su posesi¨®n un casus belli que por el momento ni siquiera los tribunales logran resolver. El litigio por las islas Formigues, que un conde y un prior en el siglo XVIII trataron de resolver ante notario, lo contin¨²an hoy dos alcaldes del mismo color pol¨ªtico, el PSC. El min¨²sculo archipi¨¦lago lo forman 16 islotes de poco m¨¢s de 3.000 metros cuadrados en los que un peque?o faro es el ¨²nico rastro de actividad humana.

El Tribunal Superior de Justicia de Catalu?a (TSJC) ha ratificado este mes la decisi¨®n salom¨®nica de la Generalitat de dividir el territorio entre los dos municipios, que ni siquiera son contiguos, pero Palam¨®s ha anunciado que recurrir¨¢ al Tribunal Supremo. Mantiene que las Formigues son suyas. La guerra contin¨²a.

La historia del caso podr¨ªa remontarse a 1400, cuando el rey Mart¨ª I estableci¨® en el cabo Roig el l¨ªmite entre los dominios de Palam¨®s y Palafrugell, lo que, seg¨²n el primer municipio, avala su tesis. Es uno de los documentos que aport¨® al TSJC, que alab¨® el esfuerzo "dial¨¦ctico y de investigaci¨®n", aunque considera insuficientes los documentos antiguos desempolvados por Palam¨®s.

La historia m¨¢s actual comienza en octubre de 2006, cuando los ayuntamientos de Mont-ras y Palam¨®s negociaron un deslinde que sit¨²a las islas en territorio del segundo. Mont-ras, entre Palafrugell y Palam¨®s, form¨® parte del primero hasta su independencia en 1858. No muestra inter¨¦s por las islas y se mantiene al margen del conflicto.

Palafrugell no tard¨® en reaccionar ante la apropiaci¨®n de Palam¨®s. "No somos partidarios de ir a litigios, pero como no lleg¨¢bamos a un acuerdo recurrimos a la Generalitat", explica Juli Fern¨¢ndez, alcalde de Palafrugell. El Departamento de Gobernaci¨®n se libr¨® como pudo de la patata caliente en junio de 2009: atribuy¨® la Formiga grande y los islotes cercanos a Palam¨®s, y Sa Planassa, Sa Corba y varios escollos m¨¢s a Palafrugell. La gesti¨®n del territorio, a?adi¨® Gobernaci¨®n, debe ser conjunta.

La clave del litigio est¨¢ en un documento, Conc¨°rdia relativa a la divisi¨® dels termes i les jurisdiccions de Palafrugell i Palam¨®s, fechado el 4 de septiembre de 1717. Es el ¨²nico que, seg¨²n el TSJC, avala la divisi¨®n hist¨®rica de las islas, dado que nunca han estado habitadas, no se han clavado mojones en ellas y no se encuentran tan cerca de un municipio como para justificar su adscripci¨®n a ¨¦l. Concha Saur¨ª, archivera de Palafrugell, explica que "es un acuerdo ante notario entre el prior de Santa Anna, que era el se?or de Palafrugell y Mont-ras, y el procurador del conde de Palam¨®s". La concordia establece que las islas son comunes a ambos pueblos y sus se?ores, y que ninguno puede impedir al otro pescar en ellas.

El ba¨²l de Palam¨®s tambi¨¦n viene cargado de razones hist¨®ricas, como un mapa de 1733 en el que aparecen tres delimitaciones anteriores a la Concordia. "Las tres son sustancialmente id¨¦nticas a la aprobada en el deslinde entre Palam¨®s y Mont-ras", argumenta Xavier Hors, abogado de Palam¨®s. Este municipio se apoya tambi¨¦n en el relato de un patr¨®n de barco que en 1757 hundi¨® un bajel de "moros argelinos" frente al cabo Roig. Joan Baptista Balans¨® cuenta que "algunos moros y turcos" nadaron hasta las Formigues, donde les recogi¨® "lo magnifich ajuntament de la villa de Palam¨®s", lo que demostrar¨ªa su posesi¨®n. Pero el TSJC argumenta que no se puede presumir que el relato del patr¨®n fuera exacto ni que el episodio acredite un dominio exclusivo.

No convencido por las razones de unos y otros, Palam¨®s presentar¨¢ un recurso de casaci¨®n. ?Por qu¨¦ tanto esfuerzo por unos islotes? "No queremos que quede escrito en la historia que renunciamos a una parte de nuestro territorio", afirma Teresa Farr¨¦s, alcaldesa de Palam¨®s. El valor sentimental del territorio augura un contencioso largo sobre unos islotes que adem¨¢s, al estar en aguas exteriores, tambi¨¦n dependen del Estado.