Lo que hemos tenido que o¨ªr
Ni el pasado Consejo Europeo ni el Eurogrupo abordaron el problema principal de Europa, que no es la banca ni la deuda soberana (objetivos intermedios) sino el estancamiento econ¨®mico y las altas tasas de paro (como se ha comprobado en la dram¨¢tica encuesta de poblaci¨®n activa del tercer trimestre del a?o). Zapatero abandon¨® Bruselas llevando bajo el brazo los deberes que los que mandan han puesto a Espa?a: aplicar los compromisos adquiridos de consolidaci¨®n fiscal (6% del d¨¦ficit p¨²blico este a?o y 4,4% el que viene, lo que marca la pol¨ªtica econ¨®mica al nuevo Gobierno, sea el que sea); nuevas medidas para incrementar el crecimiento y reducir la tasa de paro (lo que, teniendo en cuenta lo anterior, es pedir una cosa y la contraria); m¨¢s flexibilidad y aumento de la capacidad de inserci¨®n del mercado laboral; y reformas para incrementar la competitividad, especialmente en el sector de servicios.
Se llega al G-20 con una desavenencia frontal sobre la pol¨ªtica econ¨®mica necesaria
Zapatero fue a Asunci¨®n (Paraguay) para asistir a su ¨²ltima cumbre iberoamericana. All¨ª estaban representados tres pa¨ªses que forman parte del G-20 (Brasil, Argentina y M¨¦xico), que se re¨²ne este fin de semana en Cannes. El G-20 se ha autodefinido como el "foro principal" para resolver los problemas econ¨®micos del mundo, lo que le concede una gran responsabilidad. En la capital guaran¨ª, la delegaci¨®n espa?ola -junto a Portugal, la ¨²nica europea- hubo de escuchar con humildad las recomendaciones de una regi¨®n que ha conseguido superar la crisis antes que otras partes del mundo, y que goza de las tasas de crecimiento de los pa¨ªses emergentes:
1) Evitar la rigidez. M¨¢s de dos d¨¦cadas despu¨¦s que Am¨¦rica Latina (AL), Europa est¨¢ aplicando al pie de la letra el Consenso de Washington que se cre¨® b¨¢sicamente para aquella regi¨®n, el principal de cuyos puntos es la obtenci¨®n de la estabilidad presupuestaria a plazo fijo, sean cuales sean las necesidades y las coyunturas de los pa¨ªses, con la lucha prioritaria contra el d¨¦ficit p¨²blico a costa de lo que sea, incluso del crecimiento econ¨®mico o de un incremento brutal del paro. Hace tiempo que AL aprovech¨® lo que de bueno hab¨ªa en tal consenso y se desprendi¨® de lo que ten¨ªa de fundamentalismo ciego. Muchos pa¨ªses de la zona, que han resistido bien la crisis, est¨¢n inmersos en pol¨ªticas heterodoxas, flexibles, con un mayor equilibrio entre el Estado y el mercado.
2) Finanzas conservadoras. AL ha conservado un sistema financiero conservador, sin activos t¨®xicos y b¨¢sicamente sano. Durante la Gran Recesi¨®n, ning¨²n banco de la regi¨®n ha necesitado de muletas como la recapitalizaci¨®n, inyecciones de liquidez, garant¨ªas y avales p¨²blicos.
3) El empleo es la prioridad. El paro no ha sido el factor diferencial de AL durante los cuatro a?os de crisis. Como consecuencia de pol¨ªticas macroecon¨®micas m¨¢s matizadas y de programas sociales de mayor magnitud y calidad, el efecto negativo ha sido menor en AL que en Europa. AL hab¨ªa vivido un c¨ªrculo virtuoso en los cinco a?os previos a la Gran Recesi¨®n: m¨¢s crecimiento, mejora en el empleo y fuerte reducci¨®n de la pobreza; hubo un alza de la ocupaci¨®n impulsada principalmente por el empleo asalariado, que suele estar asociado a puestos de trabajo formales, lo que usualmente significa una mejora en la protecci¨®n social.
4) Democracia y econom¨ªa, de la mano. La respuesta pol¨ªtica a la crisis est¨¢ siendo diferente en Europa y AL. En la primera ha habido una emergencia de los populismos y un espectacular aumento de la desafecci¨®n ciudadana, lo que afecta a la calidad de la democracia; el tradicional consenso entre socialdem¨®cratas y democristianos est¨¢ haciendo agua. En AL, la marcha de la econom¨ªa no ha lesionado el apoyo mayoritario a la democracia ni ha promovido la emergencia de reg¨ªmenes pol¨ªticos autoritarios. Como explica el profesor Jos¨¦ Luis Machinea (La crisis econ¨®mica en AL, Fundaci¨®n Carolina), la mayor¨ªa de los pa¨ªses de la regi¨®n convergi¨® en ofrecer men¨²s compuestos de pol¨ªticas econ¨®micas "semiheterodoxas y semiestatalistas, y pol¨ªticas sociales entre tecnocr¨¢ticas y semidistributivas. La satisfacci¨®n de los ciudadanos con el r¨¦gimen democr¨¢tico creci¨® en la mayor¨ªa de los pa¨ªses que implementaron estos men¨²s".
?Tendr¨¢n cabida estas reflexiones en la cumbre del G-20, a la que se llega con una enorme desavenencia sobre la pol¨ªtica econ¨®mica a aplicar en esta coyuntura recesiva?
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