El 'hotel indignado' acoge a los primeros hu¨¦spedes
Familias desahuciadas empiezan a ocupar las habitaciones de la tercera planta del edificio okupado
Los primeros hu¨¦spedes han llegado al Hotel Madrid, una cifra todav¨ªa sin precisar en la que se incluyen dos mujeres que fueron desahuciadas de sus casas en el barrio de Carabanchel y al menos un par de parejas, seg¨²n informaron ayer algunos participantes del grupo de trabajo de Vivienda del edificio okupado. Los nuevos hu¨¦spedes, que se suman a la decena de personas que desde la entrada en el hotel el pasado 15 de octubre pernoctan en el lugar, han empezado a okupar algunas de las 20 habitaciones de la tercera planta. Est¨¢ previsto que en los pr¨®ximos d¨ªas se habiliten tambi¨¦n los dormitorios del cuarto y quinto piso para realojar a personas y familias que se encuentren en la calle. Por el momento, 16 personas desahuciadas se han puesto en contacto con la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) para acceder a una de estas habitaciones, una veintena de casos que se pondr¨¢n en com¨²n en la asamblea de Vivienda programada para el pr¨®ximo jueves.
Carmen, tras a?o y medio en el parque de Orcasitas, es una de las realojadas
El espacio no tiene calefacci¨®n pero ha habido luz desde el primer momento
Carmen, que llevaba a?o y medio viviendo en el parque de Orcasitas, es una de las primeras realojadas. El n¨²mero ir¨¢ creciendo. "Hay una mujer en Usera, cuya situaci¨®n es urgente, que conoce los riesgos, las condiciones y est¨¢ interesada en venir", afirma una chica en la reuni¨®n de Vivienda. El hotel empieza a ser un techo "temporal pero flexible" hasta que se ponga en marcha la campa?a Obra Social de la PAH. Una iniciativa que consiste en la "reapropiaci¨®n ciudadana de viviendas vac¨ªas" en manos de entidades financieras, del Instituto Madrile?o de Vivienda (IVIMA) o de la Empresa Municipal de Vivienda (EMV) ante "un Estado fallido, incapaz de garantizar los derechos m¨¢s elementales y de atajar los m¨¢s de 240 desalojos que se producen en Espa?a cada d¨ªa", se?alan en un comunicado. La filosof¨ªa es: piso vac¨ªo, piso okupado.
La llegada de nuevos inquilinos ha reactivado la maquinaria del Movimiento 15-M. Ello implica poner cerraduras, reamueblar las habitaciones con mesillas, somieres y colchones, mejorar las redes de comunicaci¨®n, establecer un mecanismo que d¨¦ prioridad a los casos m¨¢s urgentes, redactar un listado de necesidades, hacer m¨¢s accesible y divulgativa la informaci¨®n o impartir talleres de mediaci¨®n policial y okupaci¨®n en las asambleas populares de barrio que lo soliciten. Rudimentarios carteles escritos a rotulador se?alan escuetamente qui¨¦n vive tras la puerta: "Habitaci¨®n okupada por una desahuciada".
El edificio no tiene calefacci¨®n aunque en el interior sube en varios grados la temperatura de la calle. Dispone de luz desde el primer momento: "Cuando llegamos ya ten¨ªa", explica un hombre que particip¨® en la okupaci¨®n la madrugada del 15 de octubre. "Los okupantes que tuvo el inmueble anteriores a nosotros robaron, sin embargo, las ca?er¨ªas de cobre y algunos grifos, de modo que no hay agua corriente", a?ade. El inodoro funciona como anta?o, tirando un cubo de agua.
En la primera planta est¨¢n de mudanza. La oficina de comunicaci¨®n se ha trasladado a la segunda y a las puertas de su antiguo despacho ya lucen las pancartas de Oficina de Vivienda. Ser¨¢ un espacio abierto, lugar de encuentro para todos los colectivos que luchan por el derecho universal a una vivienda digna (grupos de trabajo de Vivienda, PAH, Asociaci¨®n de Cooperativistas Afectados del Sureste...), como asesor¨ªa jur¨ªdica y social para las personas amenazadas de desahucio y como gesti¨®n de las viviendas para quienes las necesiten.
La propuesta estipula que las personas susceptibles de beneficiarse de la ayuda deben comprometerse con el proyecto. Participar en las asambleas, contribuir a impedir que otras personas sean desalojadas y formar parte activa de la red de apoyo para el resto de hu¨¦spedes. Los beneficiarios ser¨¢n, asimismo, los encargados de decidir junto con la Oficina de Vivienda qui¨¦n est¨¢ en la necesidad de okupar uno de los cuartos disponibles.
Los primeros hu¨¦spedes llegan al hotel despu¨¦s de una semana de intensas movilizaciones para impedir varios desalojos en Legan¨¦s, Fuenlabrada, Aluche, Torrej¨®n de Ardoz, Moratalaz y Getafe. El nuevo proyecto implica que, a partir de ahora, cuando la resistencia pac¨ªfica no pueda impedir el lanzamiento, las asambleas de barrios tendr¨¢n una alternativa que ofrecer a los desahuciados.
Desde el principio de la okupaci¨®n, el hotel Madrid se present¨® como un espacio liberado que responder¨ªa a las necesidades que los indignados consensuaran. El pasado 19 de octubre, unos 300 participantes del movimiento acordaron en una asamblea en la plaza de Jacinto Benavente que el inmueble de la calle de Carretas se dividir¨ªa en ¨¢reas tem¨¢ticas por pisos y que una de las plantas se destinar¨ªa a vivienda. Desde el principio el inmueble se postul¨® como una alternativa para dar cobijo a personas desahuciadas por el impago de hipotecas o alquileres. El grupo de trabajo puntualiza ahora que, lejos de ser una soluci¨®n definitiva, el hotel Madrid ser¨¢ como los hoteles convencionales: un lugar de paso.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.