Trabajar nuestro karma
En Maldito karma, una de las sensaciones literarias del anterior curso, David Safier cuenta la historia de una presentadora de televisi¨®n que, tras morir aplastada por un lavabo de una estaci¨®n espacial rusa, se entera en el m¨¢s all¨¢ que ha acumulado mal karma. Puesto que ha enga?ado a su marido, ha desatendido a su hija y ha hecho la vida imposible a los que la rodeaban en su fulgurante carrera, se acaba reencarnando en una hormiga. Para volver a ser humana tendr¨¢ que ganar buen karma. Esta f¨¢bula moderna en clave de humor se inspira en la tradici¨®n hind¨²: cada persona recoge lo que ha sembrado.
El hinduismo y el budismo nos ense?an que te?imos la realidad de nosotros mismos: si miramos la realidad con odio, ese odio volver¨¢ a nosotros, mientras que si lo hacemos con amor, ser¨¢ ese mismo amor el que encontraremos en el camino.
"En una sociedad cada vez m¨¢s conectada, los destinos individuales influyen en el bienestar o malestar general"
El karma es una ley c¨®smica de retribuci¨®n, o de causa y efecto. No solo acumulamos buen o mal karma con nuestros actos, sino tambi¨¦n con nuestras palabras y pensamientos. Quien utiliza el lenguaje para maldecir o difamar a otros, recibir¨¢ ese mismo trato por parte de los dem¨¢s. Los pensamientos negativos son asimismo un bumer¨¢n: si desconfiamos de todo el mundo, atraeremos desconfianza hacia nosotros; si envidiamos y deseamos el mal de terceros, no seremos merecedores del amor ajeno.
La ley de la retribuci¨®n
"Todos procedemos de la misma fuente. Si odias a alguien, te est¨¢s odiando a ti mismo" (Elvis Presley)
Una prueba muy sencilla y evidente de esta clase de karma la encontramos en la esfera de la amistad. Las personas alegres, generosas y bienintencionadas est¨¢n rodeadas de amigos, mientras que las retorcidas y rencorosas se enzarzan en conflictos y la gente las reh¨²ye.
Estas ¨²ltimas no se dan cuenta de que son responsables de lo que les sucede. Las personas de karma negativo atribuyen lo que les ocurre a la mala suerte o a la vileza humana. Pocas se dan cuenta de que lo que viven es consecuencia de su modo de proceder y que son tratadas del mismo modo que tratan.
Buen karma
"Estar enojado es como tener en la mano un carb¨®n candente con la intenci¨®n de avent¨¢rselo a alguien. Quien se quema eres t¨²" (Buda)
El Dalai Lama, el divulgador m¨¢s global del budismo, tiene una visi¨®n muy pr¨¢ctica de c¨®mo podemos obtener buen karma en la vida cotidiana. Estos son algunos de sus consejos:
1. Cuando pierda, no desaproveche la lecci¨®n que puede aprender.
2. Recuerde que no obtener lo que se quiere es un maravilloso golpe de suerte.
3. No deje nunca que una discusi¨®n hiera una buena relaci¨®n.
4. Si se da cuenta de que ha cometido un error, tome medidas para corregirlo.
5. Recuerde que el silencio es a veces la mejor respuesta.
Las leyes para el buen karma las podemos resumir de la siguiente manera: si somos conscientes de las consecuencias de nuestros actos, nos conduciremos mejor, ganaremos apoyos y evitaremos fricciones que nos hacen perder una energ¨ªa preciosa.
Los sacos de grano
"?Qu¨¦ maravilloso es que nadie tenga que esperar ninguna se?al para empezar a hacer el bien!" (Anna Frank)
En su libro titulado justamente Buen karma, Josep L¨®pez cuenta una historia que ejemplifica los beneficios k¨¢rmicos de actuar altruistamente: dos hermanos heredaron la granja de su padre y decidieron seguir trabajando en ella y repartirse al cincuenta por ciento la producci¨®n. Durante un tiempo, el grano resultante de la cosecha se guardaba en sacos y se repart¨ªa en dos montones iguales.
Con el tiempo, el mayor de los hermanos se cas¨® y tuvo hijos, mientras que el peque?o permaneci¨® soltero. A menudo, el soltero pensaba en su hermano mayor y en el hecho de que, teniendo mujer e hijos, necesitaba m¨¢s que ¨¦l, es decir, m¨¢s de la mitad de los productos que generaba la granja. Llevado por este pensamiento, se dedicaba en secreto a visitar de vez en cuando el granero y trasladar unos cuantos sacos desde su mont¨®n al de su hermano. Este, por su parte, tambi¨¦n pensaba a menudo en su hermano peque?o y sent¨ªa que deb¨ªa de estar muy solo, y que si ahorraba algo m¨¢s de dinero tal vez le resultar¨ªa m¨¢s f¨¢cil encontrar una mujer y crear su propia familia. De modo que, tambi¨¦n en secreto, visitaba algunas noches el granero y mov¨ªa unos cuantos sacos desde su mont¨®n al de su hermano.
Sin saber c¨®mo, se dieron cuenta de que nunca les faltaba el grano, y ambos se sintieron generosos y afortunados. La moraleja es muy simple: cuando damos, ya estamos recibiendo. Esto nos sucede tambi¨¦n cuando el grano no se ve, pero pesa de igual modo en nuestra despensa de felicidad.
Tropezar con la misma piedra
"Quien no aprende de su historia, est¨¢ condenado a repetirla" (Napole¨®n Bonaparte)
La iluminadora comedia Atrapado en el tiempo -su t¨ªtulo original era El d¨ªa de la marmota- trata sobre un periodista gru?¨®n condenado a revivir una y otra vez el mismo d¨ªa. Enviado por su cadena de televisi¨®n a un pueblo de Pensilvania a cubrir El d¨ªa de la marmota, una tradici¨®n local, durante el regreso se ve sorprendido por una tempestad que le obliga a regresar al lugar. A la ma?ana siguiente, el protagonista escucha asustado el mismo programa en el radiodespertador.
La jornada se repite un d¨ªa tras otro de id¨¦ntica manera, con la ¨²nica diferencia que el periodista sabe que todo lo que sucede ya lo ha vivido. Para salir del bucle tendr¨¢ que mejorar sus acciones hasta que el buen karma le permita regresar a una vida que se mueve hacia delante.
La pel¨ªcula no deja de ser una par¨¢bola sobre el karma cotidiano. Hasta que no tomemos conciencia de lo que podr¨ªamos hacer mejor, estaremos condenados a tropezar con la misma piedra.
Un destino colectivo
"El karma instant¨¢neo te atrapar¨¢. Ir¨¢ a golpearte en la cara. M¨¢s te vale que te concentres. ?nete a la raza humana" (John Lennon)
En una sociedad cada vez m¨¢s interconectada, los destinos individuales influyen en el bienestar o malestar general, algo que hemos experimentado en esta larga debacle econ¨®mica. La buena noticia es que est¨¢ en nuestra mano limpiar el karma general a trav¨¦s de peque?os actos que, sumados, regeneren el sistema:
• Poner nuestro dinero en bancos que se gu¨ªen por criterios ¨¦ticos.
• Ayudar a aquellas personas de nuestro entorno que han quedado atrapadas por la crisis y necesitan un impulso.
• Evitar los programas de radio y televisi¨®n basados en la confrontaci¨®n y el regocijo ante el mal ajeno.
• Cambiar el discurso negativo que desanima por uno m¨¢s proactivo.
• Dedicar m¨¢s tiempo a buscar soluciones que a lamentarnos.
• En vez de llorar lo perdido, apreciar lo que nos queda.
• Ser amable con todos, incluso con los que no lo merecen, ya que todo el mundo libra una dura batalla.
Si tomamos las riendas de nuestro karma cotidiano, no solo viviremos de forma m¨¢s responsable, consciente y feliz, tambi¨¦n contribuiremos al bienestar de las personas que nos rodean, que a su vez nos ayudar¨¢n a salir adelante.
Un objetivo m¨¢s amplio
"En momentos de crisis muy graves -atentados terroristas en masa o cat¨¢strofes naturales- vemos salir a una legi¨®n de voluntarios an¨®nimos, personas que estaban en la zona; personas que siendo tan v¨ªctimas como los dem¨¢s, mueven sus energ¨ªas, dejando de lado la programaci¨®n habitual de sus mentes para ayudar, para socorrer (incluso poniendo en riesgo su propia vida) a sus semejantes (...). Dejaron de lado su faceta m¨¢s ego¨ªsta para centrarse en un objetivo m¨¢s amplio, ayudar a los dem¨¢s. Las grandes cat¨¢strofes nos ayudan a ver m¨¢s all¨¢ de nuestras narices, poni¨¦ndonos a todos en una posici¨®n de igualdad en la que no hacemos caso a nuestras rid¨ªculas preocupaciones diarias". Bendito karma, de Salvador Badillo (Luci¨¦rnaga).
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