Erupci¨®n frente a la playa
El aumento de la actividad s¨ªsmica submarina obliga a desalojar de nuevo La Restinga - La acci¨®n volc¨¢nica en El Hierro causa una gran burbuja en el mar
Los comentarios de admiraci¨®n ante el espect¨¢culo de las burbujas en el mar, visibles desde la costa, se tornaron ayer en carreras. La llegada de la Unidad Militar de Emergencias (UME) al puerto de La Restinga, en el sur de la isla de El Hierro, hizo presagiar a los habitantes que iban a volver a tener que dejar sus casas. A eso de las 18.50 (hora local) lleg¨® la orden de evacuaci¨®n. Es la segunda tras la sucedida a mediados de octubre, cuando el inicio de las erupciones frente al pueblo pesquero -el m¨¢s meridional de Espa?a- hizo que se desalojara a la poblaci¨®n.
El alcalde de El Pinar, Juan Manuel Padr¨®n, la localidad de la que depende administrativamente el enclave, calcul¨® que quedaban unas 250 personas en La Restinga. Normalmente, habr¨ªan sido m¨¢s de 400, pero una parte hab¨ªa preferido no volver tras la primera evacuaci¨®n, el mes pasado. Las dos principales -y casi ¨²nicas- actividades del enclave llevan semanas prohibidas por la contaminaci¨®n de las aguas: son la pesca, y el buceo. Tambi¨¦n las dos colonias de zifios (un tipo de cet¨¢ceo) que habitaban el mar frente al pueblo han emigrado.
Unas 250 personas abandonaron en coches y autobuses el puerto pesquero
"Lo ten¨ªa todo preparado, la otra vez me fui con lo puesto"
"Ha habido un aumento de los temblores", explicaba el alcalde
Los miembros del Instituto Geogr¨¢fico tambi¨¦n tuvieron que irse del pueblo
Muchos de los habitantes estaban en el momento del anuncio de la salida en una asamblea convocada por la cofrad¨ªa de pescadores para pedir ayudas ante la paralizaci¨®n de la actividad econ¨®mica. Pero una parte ya no viv¨ªa en el pueblo. La Restinga es una localidad con una importante poblaci¨®n flotante, que fluct¨²a con el turismo, as¨ª que una parte de sus habitantes ya hab¨ªa cambiado su residencia a otras zonas en el interior de la isla. Para ellos la evacuaci¨®n fue m¨¢s f¨¢cil: solo tuvieron que coger sus autom¨®viles y salir de la localidad. Otro grupo, aunque ten¨ªa veh¨ªculo propio, no ten¨ªa donde ir. Pero ya sab¨ªan d¨®nde deb¨ªan dirigirse: una residencia en Valverde, capital de El Hierro, donde los evacuados la ocasi¨®n anterior estuvieron hasta dos semanas.
La salida fue ordenada y r¨¢pida. Quienes no ten¨ªan alojamiento se reunieron poco a poco en el estadio, desde donde unos autobuses los iban a trasladar a Valverde. Los agrupadores (habitantes del pueblo) se encargaron de organizar el dispositivo. No esperaban mucha aglomeraci¨®n porque la gente ya sabe d¨®nde ir y como proceder.
Pili fue de las primeras en llegar al estadio. La mujer, de unos 35 a?os, lleg¨® arrastrando una maleta y con su hijo, de unos cinco a?os, de la mano. "Lo ten¨ªa todo preparado; no quer¨ªa que me pasara como la otra vez", explic¨®. Se refiere a cuando en octubre tuvo que dejar el pueblo "con lo puesto". "Estuve dos semanas en la residencia; me tuvieron que dejar ropa para cambiarme", dice. No quiere hablar mucho. "No s¨¦ si re¨ªr o llorar; por un lado, estoy aliviada. Por lo menos el ni?o se lo toma como una aventura".
En la puerta del estadio, Padr¨®n, el alcalde, explicaba que el aumento de la actividad s¨ªsmica del d¨ªa justificaba la medida. "Es por si acaso", insist¨ªa. El regidor dec¨ªa que los expertos esperaban ahora temblores de hasta magnitud 6 (el mayor hasta ahora ha sido de 4,4), y que quer¨ªan estar preparados por si hab¨ªa emisiones. "No vaya a ser que haya gases o cenizas", insist¨ªa.
Apenas un par de decenas de personas se acercaron al estadio. Eran los que no ten¨ªan veh¨ªculo ni lugar al que ir. "Casi mejor", dec¨ªa Rosi. "No pod¨ªa seguir con esta incertidumbre". "Ten¨ªa que ser; la mancha hab¨ªa crecido y se hab¨ªan visto columnas de agua de un metro", afirmaba. "Ol¨ªa a azufre", aseguraba.
La mayor¨ªa atribu¨ªa al aumento del burbujeo la decisi¨®n. A eso de las 18.30 (siempre hora local) quienes estaban en el puerto hab¨ªan observado un incremento de la actividad en el agua. Una explosi¨®n levant¨® una masa que posteriormente un vulcan¨®logo del Instituto Geogr¨¢fico Nacional (IGN) estim¨® que pod¨ªa haber alcanzado los 15 metros de altura.
"No es solo por eso; ha habido un aumento de los temblores durante todo el d¨ªa", dec¨ªa el alcalde. De hecho, la zona -el sur de la isla- hab¨ªa registrado por la ma?ana uno de los mayores sismos desde que comenz¨® la crisis, de una magnitud casi de 4. Por la ma?ana la directora del IGN en Canarias, Mar¨ªa Jes¨²s Blanco, lo hab¨ªa atribuido a una especie de r¨¦plica del temblor de 4,4 de la v¨ªspera en el norte -con un epicentro a 21 kil¨®metros de profundidad cerca de la costa-.
Ese sismo de anteayer tambi¨¦n se hab¨ªa cobrado su precio. En una reuni¨®n, el comit¨¦ cient¨ªfico del Plan Especial de Emergencias por Riesgo Volc¨¢nico en Canarias acord¨® ayer por la ma?ana el cierre -de nuevo- del t¨²nel de Los Roquillos, la principal v¨ªa de comunicaci¨®n entre la capital, Valverde, y la segunda ciudad, La Frontera -norte de la isla-, adem¨¢s del cierre de media docena de carreteras septentrionales por riesgo de desprendimientos. Entonces (a eso de las 15.00 hora local) no se esperaba un aumento del riesgo en El Hierro, seg¨²n el Gobierno canario. Sin embargo, por la tarde, 51 personas fueron evacuadas de dos barrios de La Frontera (Los Polvillos y Los Guzmines) por el temor a posibles desprendimientos que afectaran a sus casas, al pie de laderas rocosas.
A las 19.20, el concejal de Seguridad de El Pinar, Jes¨²s P¨¦rez, con un chaleco reflectante naranja, controlaba el flujo de veh¨ªculos que dejaban La Restinga. "Hay algo m¨¢s de gente porque hay unos pocos turistas que han venido a ver la mancha [de las emisiones en el mar, claramente visible desde los miradores de la carretera y desde el propio pueblo]", dec¨ªa. Tambi¨¦n hubo que desalojar al personal del Instituto Geogr¨¢fico Nacional (IGN) que estaba residiendo en el mismo pueblo. Solo se quedaron un par de miembros de guardia.
Poco antes de las ocho de la tarde en el estadio ya solo quedaban los ¨²ltimos rezagados, las autoridades y los periodistas. "Es por precauci¨®n", era el mantra m¨¢s repetido por el alcalde y el concejal para justificar la evacuaci¨®n. Los vecinos con sitio en sus veh¨ªculos paraban para llevarse a amigos y conocidos.
Apenas dos horas despu¨¦s de la orden de abandonar La Restinga, en El Pinar, a 14 kil¨®metros de distancia, los evacuados comentaban la situaci¨®n. "El azufre del aire daba un color precioso a la puesta de sol", dec¨ªan.
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