Barcelona en manos de m¨¦dicos
Galenos, cirujanos y farmac¨¦uticos copaban los ¨®rganos de gobierno de la ciudad en el siglo XVII, seg¨²n un estudio
Con los tiempos que corren de recortes sanitarios resulta dif¨ªcil creer que a finales del siglo XVII los m¨¦dicos, cirujanos y boticarios de Barcelona formaran parte de la ¨¦lite de la ciudad y que, junto con los abogados, ocuparan el 40% de los cargos municipales y un porcentaje muy elevado de los cargos de la Diputaci¨®n del General (antigua Generalitat). Los tres, por debajo de los nobles, compon¨ªan la oligarqu¨ªa de la ciudad, siendo los grupos profesionales con mayor poder pol¨ªtico y econ¨®mico. Medicina i Farmacia, el s¨¦ptimo libro de la colecci¨®n La Ciutat del Born. Barcelona 1700, que dirige Albert Garc¨ªa Espuche, historiador empe?ado en recuperar la vida que hab¨ªa enterrada en el yacimiento del Born, sigue arrojando luz sobre la Barcelona sometida por Felipe V en 1714.
El Hospital de la Santa Creu ejerc¨ªa de centro sanitario de toda Catalu?a
Como en el caso de los otros campos analizados -jardiner¨ªa, m¨²sica, juego, fiestas, gastronom¨ªa y lengua-, sorprende comprobar la vitalidad de la sanidad y la farmacia en ese momento. Es por entonces cuando el Hospital de la Santa Creu, situado en el impresionante edificio g¨®tico que ahora acoge la Biblioteca de Catalu?a, alcanz¨® su pleno rendimiento y funcionaba como un hospital para toda Catalu?a. En 1647, m¨¢s de la mitad de los 4.000 pacientes que recib¨ªan tratamiento eran de fuera de Barcelona y ten¨ªa un presupuesto de 40.000 sueldos anuales, una cifra enorme si la comparamos con los 2.000 que ten¨ªan las obras del muelle que se constru¨ªa en la ciudad en ese momento.
Los datos que proporcionan los protocolos notariales y los inventarios post m¨®rtem realizados tras el fallecimiento de una persona siguen aportando nueva informaci¨®n. En lo que respecta al tema sanitario, han permitido conocer que, por entonces, hab¨ªa 33 m¨¦dicos que viv¨ªan o ejerc¨ªan su trabajo en las zonas con mayor actividad de la ciudad, algunos en las viviendas situadas en la plaza mayor de la ciudad, que estaba en el paseo del Born. Hab¨ªa tambi¨¦n 51 cirujanos en las ¨¢reas cercanas al mar y 20 boticarios repartidos por toda la ciudad, ya que deb¨ªan respetar una distancia m¨ªnima entre boticas, tal como establec¨ªan las ordenanzas. Pero en la ciudad hab¨ªa un aut¨¦ntico regimiento de profesionales relacionados con la salud, como barberos, sangradores, comadronas y menescales, que se cuidaban de la salud animal.
Los documentos tambi¨¦n desvelan los ¨²tiles usados para ejercer su actividad. Los m¨¢s comunes: ventosas para las sangr¨ªas, que permit¨ªan estabilizar los cuatro humores, jeringuillas y mangas "para dar ayuda", o sea, para hacer lavativas. Y lo que parece m¨¢s incre¨ªble: los libros que consultaron y reunieron en sus bibliotecas los profesionales de la salud, entre las que destacan, por el n¨²mero de vol¨²menes, la de los m¨¦dicos Ferm¨ª Poal y Francesc Morell¨®, con 746 y 524 vol¨²menes y en los que no faltaban best sellers m¨¦dicos como la Anatomia Mundini, escrita en 1531 por Mondino de Luzzi, y el Tractatus de peste, publicado en Barcelona en 1725 por Josep Forn¨¦s.
Pero no todo era positivo. Seg¨²n explica el libro, cirujanos y boticarios de entonces luchaban contra la fuerte competencia que ten¨ªan, por una parte de los "cirujanos de mar" -profesionales ilegales que ejerc¨ªan fuera de las murallas, en barracas junto a la playa-, y contra los conventos, que dispon¨ªan de jardines y de monjes conocedores de las propiedades medicinales de las plantas. Aunque muchos hab¨ªan accedido a cerrarlos, presionados por el poder local, el de Santa Caterina vend¨ªa m¨¢s de la mitad de las medicinas que se consum¨ªan en Barcelona en ese momento.
El libro coincide con la exposici¨®n Concordia y patrimonio. Tesoros de la farmacia catalana, instalada en el vest¨ªbulo del edificio hist¨®rico de la plaza de la Universitat hasta el 16 de diciembre, en la que, aparte del libro creado en 1511 por los boticarios barceloneses para unificar pesos, sabores y precios de sus compuestos, -en vigor hasta el siglo XVIII-, se pueden ver unos 200 objetos relacionados con la farmacia catalana de todos los tiempos. El azar ha querido que, 300 a?os despu¨¦s, los m¨¦dicos Joan Clos y Xavier Trias hayan alcanzado el m¨¢ximo poder en la ciudad. Sus colegas de 1700 no pod¨ªan so?ar con tanto.
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