La inestable vida del gato de Schr?dinger
Garz¨®n ser¨¢ juzgado antes por la G¨¹rtel que por el caso del franquismo
Garz¨®n todav¨ªa no lo sabe, pero como el gato de Schr?dinger, est¨¢ vivo y est¨¢ muerto al mismo tiempo.
Ver¨¢n, en 1935 el cient¨ªfico Erwin Schr?edinger propuso un c¨¦lebre experimento imaginario que consist¨ªa en encerrar a un gato en una caja opaca que conten¨ªa un dispositivo con una ampolla de veneno letal y un martillo sujeto de tal forma por un mecanismo que al activarse romp¨ªa la ampolla y mataba al gato. El ingenio activador del martillo era un detector de part¨ªculas alfa, y en la caja hab¨ªa un ¨¢tomo radiactivo que ten¨ªa un 50 % de probabilidades de emitir la part¨ªcula en una hora. Transcurrido el plazo, solo abriendo la caja se pod¨ªa saber si el gato segu¨ªa vivo o si hab¨ªa muerto.
Sin embargo, aplicando las leyes de la mec¨¢nica cu¨¢ntica -mis muy limitados conocimientos no dan para mayores explicaciones-, se llegaba a la paradoja de que el gato estaba al mismo tiempo vivo y muerto, situaci¨®n contraria a la l¨®gica, pero irresoluble. Porque si el observador abr¨ªa la caja para comprobar el desenlace, interactuaba con el sistema y lo alteraba, por lo que el resultado hab¨ªa sido influido por el observador en uno de los dos sentidos.
Y Garz¨®n, como el gato con el martillo sobre la ampolla llena de veneno, est¨¢ todav¨ªa vivo, pero judicialmente muerto.
Los tres casos por los que se persigue al juez de la Audiencia Nacional son, por orden de antig¨¹edad: el de la Memoria Hist¨®rica, por tratar de perseguir los cr¨ªmenes del franquismo; el de los supuestos pagos por unos cursos en la Universidad de Nueva York, y el de las escuchas telef¨®nicas en prisi¨®n a los principales acusados y sus abogados del caso G¨¹rtel, la trama de corrupci¨®n en la que est¨¢n implicados varios altos cargos del PP. Y, curiosamente, aunque este ¨²ltimo proceso es el m¨¢s reciente en el tiempo, es el primero que se va a juzgar. F¨ªjense que en este caso el juicio oral se abri¨® en abril, mientras que el de los cr¨ªmenes del franquismo lleva abierto un a?o y cinco meses y todav¨ªa no ha sido se?alado.
Los ciudadanos no entienden que, en lo que puede constituir un r¨¦cord Guinness, se vaya a juzgar al sheriff antes que a los cuatreros, puesto que Garz¨®n va a ser juzgado mucho antes que los jefes de la G¨¹rtel, como Correa o Crespo, que son precisamente los que le persiguen -le piden hasta 17 a?os de inhabilitaci¨®n- por las escuchas que el juez orden¨® para prevenir que blanquearan el dinero de las adjudicaciones irregulares.
Los magistrados de la Sala Segunda, que en su sabidur¨ªa jur¨ªdica sin prevaricar son capaces de absolver a Bot¨ªn y condenar a Atutxa interpretando de distinta forma el mismo precepto legal, consideran en una reciente sentencia que la prevaricaci¨®n requiere que el acto que se juzga sea objetivamente injusto, es decir, que la decisi¨®n prevaricadora no solo sea ilegal o contraria a derecho, sino que sea adem¨¢s arbitraria. Por eso se dice que tiene que ser "esperp¨¦ntica" o "extravagante".
De modo que si la prevaricaci¨®n tiene que ser tan evidente, el caso har¨ªa agua, puesto que Garz¨®n al ordenar las escuchas fue de la mano de dos fiscales de la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n, Concepci¨®n Sabadell y Myriam Segura, y su resoluci¨®n tachada de prevaricadora fue ratificada y prorrogada por el juez instructor de la G¨¹rtel en el TSJ de Madrid, Antonio Pedreira. Casualmente, y a pesar de que los corruptos ampliaron la querella contra ellos, ninguno de los tres ha sido molestado. Tanto es as¨ª, que el Supremo ni siquiera ha permitido que las dos fiscales y Pedreira declaren como testigos.
Parece significativo que el Supremo haya denegado la mayor parte de las pruebas propuestas por Garz¨®n para su defensa y por el fiscal, que en los tres procesos considera que no hubo delito y reclama la absoluci¨®n del juez. Y no deja de ser curioso que en un juicio por escuchas se admitan las conversaciones intervenidas, pero no la parte de esos di¨¢logos que fueron eliminados y que precisamente eran los m¨¢s reveladores sobre los planes de los corruptos para evadir el dinero. Ahora el juez ha recusado a cinco de los siete jueces que iban a juzgarle.
Tal y como est¨¢n las cosas, la situaci¨®n de Garz¨®n es tan delicada como la del gato de Schr?dinger, porque como asegura un conocido magistrado que prefiere mantener el anonimato: "?Alguien cree que el Supremo abre tres procesos por prevaricaci¨®n contra el juez m¨¢s famoso de Espa?a, uno de los cuales ya hab¨ªa previamente rechazado, para dejarle irse vivo?".
En fin, el poeta polaco Stanislaw Jercy Lec dec¨ªa con iron¨ªa: "Al derribar las estatuas, dejen los pedestales, siempre pueden ser ¨²tiles".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.