Asalto al palacio de La Moncloa
Anoche se celebr¨® el tan publicitado cara a cara televisivo a una sola vuelta entre los candidatos del PSOE y el del PP a la Presidencia del Gobierno el pr¨®ximo 20-N. La solemnidad concedida al acontecimiento por sus protagonistas y organizadores, fechado el 7 de noviembre de 2011, parec¨ªa recordar uno de aquellos impresionantes aniversarios que los dirigentes sovi¨¦ticos sol¨ªan dedicar en la ¨¦poca estaliniana al Asalto del Palacio de Invierno de 7 de noviembre de 1917, aunque referido esta vez modestamente al pac¨ªfico Asalto al palacio de La Moncloa del 7 de noviembre de 2011.
Pero si la haza?a del crucero Aurora y de los obreros de San Petersburgo de hace 84 a?os ha quedado al menos representada en Madrid por la fastuosa muestra del museo de L'Hermitage montada estos d¨ªas por el Museo del Prado, el cara a cara entre Rubalcaba y Rajoy se agota en su propia consumaci¨®n como acto electoral.
En debates as¨ª, los l¨ªderes deben ser preguntados por periodistas sobre cuestiones pol¨ªticas
Solo la mezquina resistencia de Aznar en los a?os 1996 y 2000, y de Rajoy en el a?o 2004, a sumarse a la normalizaci¨®n de los debates electorales europeos y americanos permite explicar la explosi¨®n de entusiasmo hortera que deber¨ªa formar parte desde hace muchos a?os de los ritos acu?ados en estas circunstancias. Ha corrido demasiada agua bajo los puentes desde que la sombra de la barba mal afeitada de Nixon en su primer cara a cara televisivo con Kennedy en 1960 le cost¨® la presidencia de EE UU.
Las minuciosas y repetitivas explicaciones dadas por la entidad organizadora del debate (una m¨¢s bien misteriosa Academia de Televisi¨®n cuyas actividades ordinarias, organigrama y financiaci¨®n no se conocen con demasiada precisi¨®n) sobre los trabajos de carpinter¨ªa, luminot¨¦cnica, mobiliario, pintura, decoraci¨®n, acondicionamiento de la sala, focos y cubicaci¨®n del espacio entran de lleno en el rid¨ªculo descriptivo. Sobraron los r¨ªgidos bloques de temas y los minutajes de las intervenciones de los candidatos. Y faltaron los periodistas. Ha llegado la hora de que el Parlamento, cuya mayor¨ªa cualificada ostentan socialistas y populares, modifique la Ley de R¨¦gimen Electoral (LOREG) para acabar con tanta tonter¨ªa reglamentista. Ser¨ªa absurdo que Rajoy volviese a vivir sus angustias como opositor a Registrador de la Propiedad por temor a olvidar un ¨ªtem del temario o que Rubalcaba regresara al Examen de Estado del Bachillerato con miedo a ser preguntado sobre los hititas. Son pol¨ªticos que deben ser interrogados por los periodistas sobre cuestiones pol¨ªticas.
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