La Uni¨®n Europea le dicta a Roma el Presupuesto para el a?o pr¨®ximo
Bruselas y el FMI empiezan a ejercer una supervisi¨®n estrecha al Gobierno
Estar¨¢n escritos en italiano, pero tendr¨¢n acento extranjero. Los Presupuestos para 2012 que la C¨¢mara de Diputados aprobar¨¢ con urgencia durante el fin de semana ser¨¢n posiblemente los menos soberanos de la historia de Italia. El texto recib¨ªa anoche las ¨²ltimas puntadas bajo la supervisi¨®n de los inspectores de la Comisi¨®n Europea (CE) y del Banco Central Europeo (BCE) que llegaron ayer a Roma para asegurarse de la inclusi¨®n de las reformas exigidas por Bruselas. La prisa es tanta y la situaci¨®n tan dram¨¢tica que, por una vez, se dej¨® de lado la diplomacia. Los inspectores entraron hasta la cocina del Banco de Italia y de los Ministerios de Econom¨ªa y de Administraciones P¨²blicas para comprobar, in situ, que los datos aportados son reales. No por falta de confianza. Sino por desconfianza total hacia el, todav¨ªa, Gobierno de Silvio Berlusconi.
La llegada de los inspectores a Roma coincidi¨® con el d¨ªa m¨¢s negro de la econom¨ªa italiana. La prima de riesgo alcanz¨® los 574 puntos b¨¢sicos, superando as¨ª la barrera de los 500 que provoc¨® la intervenci¨®n europea en Grecia, Irlanda y Portugal. La presidenta de la patronal Cofindustria, Emma Marcegaglia, admiti¨® que la situaci¨®n es desesperada, pero a?adi¨® que Italia "no se merece" terminar como Grecia.
M¨¢s que no merecerlo, es la envergadura de la econom¨ªa italiana lo que hace m¨¢s peligroso el rescate para el rescatador. As¨ª que el prop¨®sito es que Italia llegue a la orilla sola. La primera medida era sacudirse a Berlusconi y, aunque con Il Cavaliere nunca se sabe, parece que la pr¨®xima semana estar¨¢ fuera de juego. Lo segundo, enviar a los inspectores a Roma para comprobar la inclusi¨®n de las reformas. Lo tercero, en un alarde de intervencionismo, acaba de ser representado por el vicepresidente de la Comisi¨®n Europea, Olli Rehn, quien reclama por carta al ministro de Econom¨ªa italiano, Giulio Tremonti, la "especificaci¨®n" de las nuevas medidas adoptadas por el Gobierno. "Te estar¨ªamos muy agradecidos si pudieras facilitarnos, en ingl¨¦s, todas las aclaraciones y las informaciones solicitadas por el cuestionario adjunto antes del 11 de noviembre de 2011".
En una semana, el d¨ªscolo Tremonti -sus relaciones con el primer ministro no pueden ser peores- tendr¨¢ que contestar a un exhaustivo cuestionario de 39 preguntas formuladas a sangre y fuego sobre si el, todav¨ªa, Ejecutivo de Berlusconi va a incluir en los presupuestos las enmiendas exigidas por Bruselas. Para terminar de tenerlo todo atado y bien atado, la delegaci¨®n de inspectores, encabezada por el subdirector general para Asuntos Econ¨®micos y Financieros, Servaas Deroose, ten¨ªa otras dos misiones que cumplir. En primer lugar, asegurarse de que, una vez confeccionados unos presupuestos a la medida de la crisis, la oposici¨®n los apruebe sin rechistar. Y, muy importante, que sea quien sea el sucesor de Silvio Berlusconi acepte a pies juntillas lo pactado y lo haga ejecutar. Con el agua el cuello, nadie fue capaz de rechistar.
Bruselas intenta enderezar la crisis italiana de modo convencional, con ajustes que permitan hacer que su deuda sea sostenible. El problema de Italia es su gran deuda (120% del PIB), pero no tanto su d¨¦ficit (4% este a?o). Al encarecerse la financiaci¨®n de la deuda, Italia necesita un super¨¢vit primario (antes de intereses) cada vez mayor para que su deuda sea sostenible. Pero como bazas a su favor, la econom¨ªa y el sistema financiero italiano son mucho m¨¢s s¨®lidos y diversificados que los de pa¨ªses como Grecia y Portugal y el Estado a¨²n es el primer accionista de grandes compa?¨ªas como la petrolera ENI o la el¨¦ctrica Enel, que puede privatizar.
Si los ajustes no calman a los inversores, la situaci¨®n se complica. Un rescate en toda regla que le libre de acudir a los mercados como a Portugal o Irlanda no es posible con los recursos disponibles; una l¨ªnea de cr¨¦dito preventiva (del FMI o del fondo de rescate europeo) apenas servir¨ªa para ganar tiempo, pero sin reconducir las cuentas italianas tampoco servir¨ªa de nada. La ¨²ltima opci¨®n ser¨ªa el Banco Central Europeo, con capacidad ilimitada para comprar deuda si decidiese ejercer como prestamista de ¨²ltimo recurso para los Estados, pero eso es un tab¨² para Alemania.
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