Washington se centra m¨¢s en Asia tras las profundas turbulencias registradas en la UE
Obama no quiere que el continente sea escenario del enfrentamiento con China
Ahora que la retirada completa de Irak es inminente y empieza el repliegue en Afganist¨¢n, ahora que "la corriente de la guerra cede", como dijo ayer Barack Obama horas antes de llegar a Hawai, Estados Unidos comienza a reorientar esas energ¨ªas y esos recursos hacia Asia, convencido de que es ah¨ª donde est¨¢ en juego el liderazgo en el siglo XXI.
La gira de nueve d¨ªas que Obama comenz¨® aqu¨ª, con su participaci¨®n en la cumbre de la Cooperaci¨®n Econ¨®mica Asia-Pac¨ªfico (APEC), y que le llevar¨¢ tambi¨¦n a Australia e Indonesia, es la ¨²ltima prueba de este giro en la pol¨ªtica exterior norteamericana. Obama cerrar¨¢ en Honolul¨² un acuerdo comercial con otras ocho naciones del ¨¢rea para crear la mayor zona de libre comercio del mundo, ser¨¢ el primer presidente estadounidense que acuda, en Bali, a una cumbre del Este de Asia y actualizar¨¢ los intereses militares en la regi¨®n con una visita a las bases del Pent¨¢gono en Australia.
De forma discreta pero concienzuda, al ritmo que crece la frustraci¨®n en Washington por el rumbo de los acontecimientos en Europa y Oriente Pr¨®ximo, la apuesta por Asia se hace m¨¢s patente. "El cierre de la guerra en Irak y la transici¨®n en Afganist¨¢n nos permiten concentrarnos de forma fresca y vigorosa en la regi¨®n de Asia-Pac¨ªfico", manifest¨® la secretaria de Estado, Hillary Clinton, durante su intervenci¨®n en la cumbre. "Despu¨¦s de una d¨¦cada en la que invertimos inmensos recursos en esos dos escenarios, hemos alcanzado un punto crucial: podemos buscar nuevas oportunidades y asumir nuevas obligaciones donde escojamos, y Asia es una regi¨®n donde las oportunidades abundan".
EE UU ha gastado alrededor de un bill¨®n de d¨®lares en Irak y lleva invertido otro tanto en Afganist¨¢n. Incluso con las dificultades econ¨®micas que afronta este pa¨ªs, el alivio de esa carga permite emprender nuevas misiones en Asia. Los dos principales aliados norteamericanos en ese continente, Jap¨®n y Corea del Sur, tienen su seguridad pr¨¢cticamente en manos de EE UU. El primero destina solo un 1% de su PIB a defensa, y el segundo, un 3%. Ambos observan con creciente preocupaci¨®n el ascenso de China y su paulatina transformaci¨®n de potencia econ¨®mica a potencia en todas sus dimensiones. Vietnam, que se suma r¨¢pidamente al grupo de naciones pr¨®speras y que formar¨¢ parte con EE UU de la Alianza Transpac¨ªfica, quiere tambi¨¦n de Washington garant¨ªas de protecci¨®n frente a Pek¨ªn. La regi¨®n entera crece, y con ella tambi¨¦n el est¨ªmulo de dominio sobre ella y la inquietud por su seguridad. EE UU no quiere convertir Asia en un escenario continuo de enfrentamiento con China, como Europa fue en la segunda mitad del siglo pasado el territorio de la rivalidad con la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Pretende, por tanto, crear un modelo de relaci¨®n con China que haga compatible la competencia con la cooperaci¨®n en los intereses comunes. Y la seguridad en Asia est¨¢ dentro de los intereses de una China que necesita mercados y consumidores.
Obama se reunir¨¢ hoy con el presidente chino, Hu Jintao. Es necesario que ambos presidentes despejen recelos mutuos. Pek¨ªn ha advertido esta semana que los planes norteamericanos en Asia-Pac¨ªfico son "demasiado ambiciosos". Por su parte, Obama quiere insistir en que China juegue limpio en el duelo comercial, por ejemplo, situando su moneda en el valor real.
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