Espa?a afronta una d¨¦cada perdida
El aumento de las tensiones financieras en Europa aleja otra vez la recuperaci¨®n - Se tardar¨¢ muchos a?os en volver a las tasas de paro previas a la Gran Recesi¨®n
En su ¨²ltima Cumbre Iberoamericana, hace dos semanas, el presidente del Gobierno espa?ol, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, escuch¨® en Asunci¨®n (Paraguay) los amigables consejos de sus colegas latinoamericanos. Le hablaron de c¨®mo sus pa¨ªses crecen otra vez con fuerza tras penar durante a?os en un c¨ªrculo vicioso de ajustes fiscales y asfixiante endeudamiento. De c¨®mo dejaron atr¨¢s aquel mal sue?o, que comparte el apelativo de d¨¦cada perdida con el estancamiento japon¨¦s de los noventa y con los a?os de estricto racionamiento en Reino Unido, tras la Segunda Guerra Mundial. El mismo calificativo que puede servir ahora para describir el trance por el que pasa la econom¨ªa espa?ola.
En estas dos ¨²ltimas semanas, la confianza en la zona euro se ha roto, la crisis financiera ha ganado en escala. Las alarmas suben de volumen, con variaciones sobre el mismo tema. "Nos enfrentamos con el riesgo de una d¨¦cada de bajo crecimiento y elevado desempleo", sintetiz¨® el pasado martes la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde.
El FMI pronostica que el desempleo no bajar¨¢ del 16% hasta 2016
A¨²n creciendo no se garantiza que se creen suficientes puestos de trabajo
Al afrontar la crisis bancaria no se ha aprendido de los errores de Jap¨®n
El enorme volumen de endeudamiento acumulado por varias econom¨ªas avanzadas ya hac¨ªa presagiar una recuperaci¨®n lenta y d¨¦bil de la Gran Recesi¨®n. El activismo de Gobiernos y bancos centrales pareci¨® conjurar el peligro. Fue un espejismo. Los mercados cuestionan ahora el atrac¨®n de deuda p¨²blica con el que intent¨® paliarse la flojera del sector privado. La banca vuelva a tambalearse, el cr¨¦dito escasea. En pocos meses, la recuperaci¨®n transmuta, otra vez, en recesi¨®n.
"Varios pa¨ªses est¨¢n a medio camino de una d¨¦cada perdida, no hay una instituci¨®n europea que pueda asumir la deuda soberana y tardar¨¢ mucho en haberla", resume Keiichiro Kobayashi, investigador del Instituto Rieti, de Tokio.
Espa?a queda otra vez mal parada tras el ¨²ltimo latigazo de la crisis. En su primer recuento de da?os tras la Gran Recesi¨®n de 2009, el FMI anticip¨® que la econom¨ªa espa?ola no recuperar¨ªa el nivel que alcanz¨® antes de la crisis hasta 2014. Con otra recesi¨®n en ciernes, todo apunta a que el pron¨®stico se cumplir¨¢, si es que no se queda corto. "La digesti¨®n de los desequilibrios provocados por la expansi¨®n de lo inmobiliario y el endeudamiento privado est¨¢ siendo pesad¨ªsima", lamenta Santiago Lago, catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Universidad de Vigo.
Pablo Bustelo, investigador del Real Instituto Elcano, matiza que, a tenor de las cuentas del FMI, solo Italia experimenta una d¨¦cada perdida a la japonesa, con un crecimiento bajo m¨ªnimos. "Es el ¨²nico pa¨ªs que va a estar 10 a?os con tasas inferiores al 1,5%", a?ade el tambi¨¦n profesor de Econom¨ªa de la Universidad Complutense. Seg¨²n ese vaticinio, Espa?a solo se acercar¨ªa al 2% entre 2013 y 2016.
Pero la debilidad en el crecimiento, o su ausencia, es solo indicio de una ¨¦poca malograda. En Am¨¦rica Latina, el PIB se subi¨® a una monta?a rusa en los a?os ochenta del siglo pasado, a golpe de devaluaciones y ajustes. Entre los s¨ªntomas del mal, una inflaci¨®n desbocada. La secuela, un mont¨®n de a?os perdidos en la lucha contra la pobreza y la desigualdad.
Bien distinto era lo que estaba en juego en Jap¨®n (m¨¢s bienestar social, el liderazgo econ¨®mico mundial) durante los a?os noventa. Y el s¨ªntoma principal -una deflaci¨®n, que agrand¨® el valor real de las deudas y atrofi¨® el ahorro-, no pod¨ªa ser m¨¢s opuesto. Otros factores, como la crisis bancaria o la sequ¨ªa del cr¨¦dito, emparentan la d¨¦cada perdida japonesa con lo que experimenta ahora Europa. Dentro de la zona euro, es el brusco deterioro del empleo lo que identifica una d¨¦cada perdida a la espa?ola.
La tasa de paro en Jap¨®n, donde a¨²n influye la tradici¨®n del empleo vitalicio, pas¨® del 3% al 5,5% durante su d¨¦cada maldita. Italia enfila ahora el 9%, cuando antes de la crisis part¨ªa del 6%. Nada que ver con el brutal repunte del desempleo en Espa?a: si en 2007 hab¨ªa bajado al 8%, en estos meses el 22% de la poblaci¨®n activa est¨¢ sin trabajo.
"La tasa de paro seguir¨¢ alrededor del 20% hasta, al menos, 2014 si no cambia radicalmente el entorno econ¨®mico europeo", sostiene el catedr¨¢tico Lago. La econom¨ªa espa?ola solo pas¨® por algo parecido durante la d¨¦cada de los noventa, cuando acometi¨® una reconversi¨®n industrial y un intenso ajuste p¨²blico tras sufrir el embate de una crisis por el tipo de cambio de la peseta. Entonces enlaz¨® cinco a?os con tasas de paro por encima del 20%. Pero no es lo mismo: con los criterios actuales, aquella estad¨ªstica habr¨ªa arrojado resultados menos abultados. Y, sobre todo, el punto de partida era diferente. En los a?os ochenta, con una econom¨ªa en v¨ªas de modernizaci¨®n, casi nunca se bajaba del 16%. En los primeros a?os de este siglo, ya en la zona euro, la tasa de paro se ancl¨® en el 11%. Y el frenes¨ª constructor lleg¨® a reducirla al 8%.
El FMI cuenta con que la tasa de paro espa?ola no baje del 16% hasta 2016. Eso sin haber tenido en cuenta el nuevo mazazo en el mercado laboral, que lleg¨® a los cinco millones de parados este verano. Tantos a?os con altos niveles de desempleo obligar¨ªan a replantear otra vez como financiar el estado del bienestar, las pensiones o el sector p¨²blico.
A¨²n con crecimiento, "esta vez no est¨¢ garantizado que vayan a generarse suficientes puestos de trabajo", avisa Javier Andr¨¦s, catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Universitat de Val¨¨ncia. Andr¨¦s cita los efectos de la competencia de pa¨ªses emergentes y la falta de formaci¨®n (menos relevante en el boom del ladrillo) como condicionantes de una recuperaci¨®n sin empleo.
Pero para el profesor de la Universitat de Val¨¨ncia, lo m¨¢s significativo es la reacci¨®n de las empresas espa?olas al choque econ¨®mico: muchos despidos, s¨ª, y tambi¨¦n jornadas laborales m¨¢s extensas para los trabajadores que quedaban en plantilla. Es algo ins¨®lito entre los pa¨ªses avanzados y, en opini¨®n de Andr¨¦s, un argumento esencial para abordar otra reforma laboral. "Hay que incentivar el reparto del trabajo para ganar productividad", plantea.
"La reforma laboral debe ser prioritaria para el nuevo Gobierno, le pese a quien le pese", defiende Javier D¨ªaz-Gim¨¦nez, profesor de Econom¨ªa en la escuela de negocios IESE. En los albores de la crisis, D¨ªaz-Gim¨¦nez advirti¨® de que el Gobierno de Zapatero pod¨ªa haberse precipitado al retirar est¨ªmulos fiscales, al anunciar una subida del IVA. "Eso era entonces, cuando a¨²n ni se hablaba del primer rescate a Grecia, ahora hay que seguir reduciendo gastos, la alternativa es salirse del euro", concluye.
El debate sobre el margen de actuaci¨®n del Gobierno para incitar el crecimiento es enconado. "En 1997, Jap¨®n cometi¨® un error clamoroso al subir el IVA. Aqu¨ª quiz¨¢s nos hemos apuntado a la austeridad demasiado pronto", opina Bustelo. "Hay que suavizar el ajuste fiscal", a?ade Lago, que se confiesa "poco creyente" en los "efectos milagrosos de una nueva reforma laboral".
En lo que s¨ª hay coincidencia es en que, al afrontar la crisis bancaria, no se aprendi¨® la lecci¨®n de Jap¨®n. "Se ten¨ªa que haber utilizado, de forma masiva y de una vez, el dinero del contribuyente para sanear los balances", afirma Kobayashi. En otras palabras, soportar el enorme coste pol¨ªtico de inyectar dinero p¨²blico al sector que ahij¨® la crisis, en la confianza de que el cr¨¦dito volver¨ªa a aflorar.
Ante la par¨¢lisis bancaria y la senda de ajustes fiscales y reformas que transitan ya los pa¨ªses m¨¢s vulnerables, el investigador del Instituto Rieti se apunta a la creciente corriente de opini¨®n entre los expertos que reclama una intervenci¨®n mayor a Alemania y el Banco Central Europeo. "La zona euro est¨¢ dise?ada para una convergencia fiscal paulatina. Cambiar eso de la noche a la ma?ana ser¨ªa indefendible ante los contribuyentes alemanes", opone D¨ªaz-Gim¨¦nez.
El profesor del IESE resume la situaci¨®n con una imagen perturbadora: "Espa?a est¨¢ en un laberinto, dentro de un caos". En ese mismo caos de primas de riesgo encendidas, Alemania es capaz de endeudarse sin coste, de preservar una tasa de paro min¨²scula, de cosechar m¨¢s ingresos fiscales que nunca. La d¨¦cada perdida en la que se adentra la econom¨ªa espa?ola amenaza con consagrar, por la v¨ªa de los hechos, la Europa a dos velocidades que inflama tantos debates ret¨®ricos.
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