C¨®mo escapar con el circo
Los libros se ven pero no se tocan". Eso advert¨ªa la profesora a los ni?os del quinto grado que, con diez a?os, asist¨ªamos a la primera Feria Internacional del Libro de Guadalajara, all¨¢ por 1987. A fuerza de miradas torvas y piquetazos en el trasero consigui¨® mantenernos a un pedag¨®gico metro de los estantes met¨¢licos que atesoraban los vol¨²menes en aquella ¨¦poca. Un cuarto de siglo despu¨¦s he tocado tanto esos libros que puedo darme, con la FIL, el lujo de la familiaridad.
A m¨ª, tan luego, hablarme de la FIL. He asistido a las 24 ferias que se han realizado en Guadalajara y asistir¨¦ a la de este a?o, que ser¨¢ la n¨²mero 25. Comenc¨¦ como alumno en los talleres infantiles, sentado sobre el piso de cemento de las primeras ferias (y que no pas¨® a ser alfombrado sino en 1995). En salones alzados de la nada con tablas, en los que se o¨ªa de todo menos al conferenciante en turno, atestig¨¹¨¦ mi primera presentaci¨®n de libro en la vida y obtuve mi primer ejemplar firmado (Gazapo, de Gustavo S¨¢inz, en 1991). Entre 1997 y 2008 cubr¨ª la FIL como periodista y la asistencia pas¨® de 300.000 a casi medio mill¨®n de personas. Me cas¨¦ durante el ¨²ltimo d¨ªa de actividades de la feria, en 2001, para no entorpecer la cobertura del diario en que trabajaba. Mi hija mayor hizo su recorrido inaugural por esos pasillos en 2002.
El manuscrito de El buscador de cabezas, mi debut en la novela, cay¨® en manos de ?lvaro Enrigue, quien por entonces trabajaba en el Fondo de Cultura Econ¨®mica, en la FIL de 2004. Enrigue no pod¨ªa publicarme pero cometi¨® la excentricidad de buscarme editor. Firm¨¦ contrato en la feria de 2005 y en esa misma edici¨®n me aplaudi¨® en p¨²blico, por primera vez, alguien que no me conoc¨ªa desde los pa?ales. He asistido, a lo largo de 25 a?os, a m¨¢s de 350 actividades y trepado a escena, a presentar libros ajenos o perorar sobre los propios, casi cuarenta veces. He entrevistado a cien autores y consumido una milla n¨¢utica de tequila, vodka, whisky, vino tinto y cerveza en los c¨®cteles editoriales nocturnos. La historia tambi¨¦n registra que bail¨¦ merengue en compa?¨ªa del admirable cuentista Francisco Hinojosa, por motivos nunca dilucidados, en la edici¨®n de 2009.
De la FIL he obtenido, por medios legales o il¨ªcitos (no me persigan m¨¢s, aquello ya pas¨®), m¨¢s de mil libros de todo tipo. Por ella me hice lector devoto; por ella, y al calor de las charlas memorables de algunos iluminados o las deplorables de ciertos idiotas, supe que quer¨ªa ser escritor y eleg¨ª el tipo exacto de plum¨ªfero que aspiraba a ser. Total, si la feria se incendiara un d¨ªa -no lo quiera el destino-, uno de los pocos fulanos que escapar¨ªan con vida iba a ser yo, que me he estado actualizando sobre las rutas de evacuaci¨®n desde 1998. Mi paso de escolar uniformado a escritor cuyos libros se presentan y venden en la FIL es la historia del tipo que a fuerza de sentarse a ver el circo, una y otra vez cada verano, y a fuerza de admirar al domador, execrar al payaso, relamerse con la trapecista y aterrarse con el le¨®n, termina por colarse en uno de los vagones y escaparse con ¨¦l.
Para quien padezca la desdicha de no haberla visitado, valga aclarar que la FIL es, por s¨ª misma, una ciudadela. Una villa ef¨ªmera de concreto y cristal, con trazas de bazar, que se establece diez d¨ªas por a?o, y en cuyas tripas se alargan los pasillos con tenderetes de toda clase, que ofertan las novedades editoriales de moda o los cl¨¢sicos y que abarcan lo mismo la "filosof¨ªa" de Steve Jobs y compa?¨ªa o la de los camaradas Mao Zedong y Malcolm X.
Nacida bajo augurios de fenecimiento inevitable en 1987, con s¨®lo 38 editoriales invitadas, la FIL hoy d¨ªa se extiende a lo largo de 26.000 metros cuadrados, con dos mil sellos editoriales de 42 pa¨ªses presentes y una audiencia que rebas¨® las 600.000 personas en 2010. Una parvada de 1.700 periodistas reporta las peripecias de los 18.000 profesionales del libro reunidos (escritores, editores, libreros, agentes, traductores, compradores...) y lo que acontece en los 50 foros literarios y 22 acad¨¦micos, la entrega de 14 galardones diferentes, las 90 actividades art¨ªsticas, las casi quinientas presentaciones de libros anuales. Hablamos, pues, de un Brontosaurio editorial.
Pero la FIL no es s¨®lo un encuentro como los de Fr¨¢ncfort o Londres (y la principal feria del idioma, como no les gusta recordar a sus similares en Argentina y Espa?a). Es, ante todo, un carnaval. En salones casi siempre colmados (gracias a la presencia de alumnos de la Universidad de Guadalajara, cuyos profesores han convertido en rutina la obligaci¨®n de ir, cuando menos, a una presentaci¨®n por a?o), en corredores donde se dificulta avanzar por las ingentes cantidades de conocidos que aparecen, y que van del vecino a la ex novia y del profesor de bachillerato a Carlos Fuentes; en c¨®cteles repletos de escritores de toda cala?a, figurones, cortesanos, novatos y resentidos; en los indiscretos maridajes de notables de la far¨¢ndula con sus colegas literarios y pol¨ªticos que se dan el lobby del vecino hotel Hilton -secreto coraz¨®n del circo-, la FIL alcanza, a fuerza de ambiciones cruzadas, de brillantez y belleza, pero tambi¨¦n de fealdades y vilezas inconmensurables, las proporciones pl¨¢sticas y dram¨¢ticas de una mascarada renacentista.
Para Guadalajara, la tierra que la alberga, la feria es un ciudadano querido pero inc¨®modo. Pese a que los c¨¢lculos oficiales de la "derrama" econ¨®mica que deja a la ciudad rondan los 30 millones de d¨®lares, y pese a la felicidad anual que representa para hoteleros y restauranteros, menudean las voces cr¨ªticas. En una ciudad sin editoriales y con menos de cincuenta librer¨ªas, con un promedio mediocre de lectura en un pa¨ªs donde no se lee casi nada (1,1 libros anuales, cuando la media nacional es de 1,5), la feria es, necesariamente, un chipote descomunal. El Everest en mitad de un p¨¢ramo. El gasto econ¨®mico y humano que la Universidad de Guadalajara debe hacer en cada edici¨®n (si la feria no crece notoriamente cada a?o, la percepci¨®n general ser¨ªa que se achica) no es bien visto por algunos, en un clima pol¨ªtico enrarecido por las dificultades financieras y la omnipresencia del crimen organizado.
Lo cierto es que tres generaciones de escolares y universitarios locales han visto desfilar ante as¨ª y aplaudido a los nobeles y los genios: Garc¨ªa M¨¢rquez, Saramago, Vargas Llosa, Gordimer, Le Cl¨¦zio, Derek Walcott, Pamuk, Herta M¨¹ller, Golding, Toni Morrison, Fonseca, Amis, Rushdie (con escolta de Scotland Yard), Mars¨¦, Ellroy, Vila-Matas, Goytisolo, Calasso, adem¨¢s de la pr¨¢ctica totalidad de los latinoamericanos de relevancia durante el ¨²ltimo cuarto de siglo (con excepciones dolorosas: Bola?o y Fogwill murieron sin asistir). No: no todos los ni?os que pasan por los talleres terminar¨¢n convertidos en lectores. Y pocos entre ellos podr¨¢n decir un d¨ªa que escaparon con el circo, as¨ª sea rugiendo como leones. Pero lo seguro es que desde el momento en que comenzaron a cont¨¢rnoslo, en aquel piso de cemento de 1987, el de la FIL ha sido un cuento fascinante.
Antonio Ortu?o (Guadalajara, M¨¦xico, 1976) es autor de La Se?ora Rojo (P¨¢ginas de Espuma) y Recursos humanos (Anagrama), entre otros libros, ha participado en el libro de relatos Mi madre es un pez (Libros del Silencio, 2011) y ha publicado recientemente en M¨¦xico la novela ?nima (Mondadori).
El mayor escaparate en espa?ol
- La 25? feria Internacional del Libro de Guadalajara ser¨¢ del 26 de noviembre al 4 de diciembre. Estar¨¢ abierta para el p¨²blico el 26 y el 27 de noviembre y del 1 al 4 de diciembre. Entre el 28 y el 30 de noviembre, solo para profesionales. En 2010 la visitaron 609.000 personas. -
E17.700 profesionales y 800 editoriales exhibir¨¢n su cat¨¢logo desplegados en 26.000 metros cuadrados. Asistir¨¢n m¨¢s de 200 escritores. -
EAlemania es el invitado y la literatura latinoamericana menos conocida tendr¨¢ un tratamiento especial con los 25 secretos.
- Los premios Nobel Herta M¨¹ller y Mario Vargas Llosa dialogar¨¢n el 27 de noviembre. -
EFernando Vallejo recibir¨¢ el Premio FIL.
- Se celebrar¨¢ un Encuentro Internacional de Cuentistas, con presencia de escritores como Fernando Iwasaki, Marcos Giralt Torrente o Peter Stamm.
- Habr¨¢ eventos especiales con la literatura de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Corea, las letras espa?olas representadas por Galicia, Pa¨ªs Vasco y Castilla y Le¨®n. Adem¨¢s estar¨¢ el sal¨®n de los ilustradores. E. S.
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