La org¨ªa invisible
Cada viernes, a las siete en punto de la tarde, la vecina del piso superior recibe un visitante. Las paredes de este apartamento en el Greenwich Village son muy finas y se escucha pr¨¢cticamente todo. El sonido de las copas de vino al brindar, la m¨²sica de baile; las frases, primero de una cortes¨ªa innecesaria entre amigos, luego las expresiones m¨¢s airadas, los insultos, los platos y botellas rotas, los gritos y persecuciones por el piso. El violento forcejeo en el dormitorio, la cama que chirr¨ªa, los gritos e insultos de ella, los golpes, sus desaforados jadeos de ¨¦xtasis sexual. Al final, el silencio. Cada viernes igual. Los vecinos, alarmados, deciden que la siguiente semana llamar¨¢n a la polic¨ªa y lo hacen. Cuando la mujer abre la puerta completamente ebria, con un elegante vestido verde de c¨®ctel rasgado, el maquillaje corrido y una copa en la mano, ven el violento desastre en el piso, lo registran... y no encuentran a nadie. Est¨¢ sola, siempre lo ha estado.
Ricardo Llorca (Alicante, 1962) se bas¨® en esta experiencia real para componer su ¨®pera Las horas vac¨ªas, para soprano, actriz, coro, piano y orquesta de c¨¢mara. Profesor de la prestigiosa Juillard School, en Nueva York, es uno de los m¨²sicos espa?oles con mayor proyecci¨®n internacional. En la obra de Llorca cambian algunos detalles. Lo que predomina es una inmersi¨®n en la soledad en las grandes urbes y los fr¨¢giles l¨ªmites entre fantas¨ªa y realidad. "Es la historia de una mujer adicta a Internet. Chatea con un amante, bebe con ¨¦l, habla con ¨¦l, hacen el amor, discuten. Es la cr¨®nica de una obsesi¨®n", explica el compositor en un DVD que acompa?a al disco.
Estrenada en 2007 en la XII Semana de M¨²sica Sacra de Benidorm, se present¨® por primera vez en versi¨®n esc¨¦nica en noviembre de 2010 en el Lincoln Center de Nueva York. Unos d¨ªas antes se grab¨® el CD que se acaba de lanzar en Espa?a. Los int¨¦rpretes son la soprano gallega Laura Alonso Pad¨ªn, la pianista Rosa Torres-Pardo, la actriz Ang¨¦lica de la Riva, el Manhattan Choral Ensemble y la orquesta de la New York Opera Society, dirigida por Emmanuel Plasson.
La ¨®pera echa mano tanto de t¨¦cnicas musicales tradicionales como de elementos de la m¨²sica cl¨¢sica contempor¨¢nea. Se trata de una obra dual "producto del instinto y, a su vez, de reflexiones estructurales formales y de desarrollo", escribe Llorca en la presentaci¨®n del libreto. El resultado es una seductora y a la vez sobrecogedora obra con toda la carga de la ¨¦poca actual, tanto en el argumento como en su di¨¢fana estructura musical. Para Llorca hoy d¨ªa existe una gran confusi¨®n en torno a los fines de la m¨²sica contempor¨¢nea. "Los compositores j¨®venes nos hemos visto en la disyuntiva de continuar por el camino de la experimentaci¨®n o volver a los esquemas cl¨¢sicos", contin¨²a. "La mirada hacia atr¨¢s es quiz¨¢ la ¨²nica salida posible: revisar el pasado y volver a trabajar sobre las estructuras y sobre los conceptos cl¨¢sicos de la m¨²sica".
Las horas vac¨ªas. Ricardo Llorca. Editado por Columna M¨²sica.
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