Un d¨ªa se?alado
Todav¨ªa hoy me estoy preguntando si el Gobierno socialista tuvo infiltrado a un gafe durante estos ¨²ltimos a?os, a un sieso como asesor en materias esplendentes. Pues ?a qu¨¦ mente se le ocurre convocar elecciones en un d¨ªa como hoy, en un 20 de noviembre, familiarmente conocido como 20-N? Desde que un consejero alumbr¨® -a principios de la primera legislatura de Zapatero- la idea de que las ministras posaran para Vogue, nunca como ahora se hab¨ªa puesto tan en evidencia la presencia de un infiltrado con mal fario en La Moncloa.
Olv¨ªdense quienes crean que el d¨ªa ¨¦ste me produce dentera porque en el de 1975 se muri¨® el dictador. No: esa jornada fue, pese al canguelo que sent¨ªamos, y al asco ante tanto entubamiento y prolongaci¨®n de la pesadilla, una jornada abierta a la esperanza y, sobre todo, represent¨® el final f¨ªsico de quien durante d¨¦cadas encarn¨® el mal sue?o. Pero por fin algo iba a moverse, aunque sinti¨¦ramos el abismo bajo los pies.
"Son las primeras elecciones sin que la amenaza de ETA pese sobre la libertad"
Celebrar elecciones, precisamente, un 20 de noviembre me parece un detalle de mal gusto por una raz¨®n mucho m¨¢s actual y de considerable peso. Y es porque en este d¨ªa -aunque en 1841- naci¨® en B¨¦lgica el se?or Victor d'Hondt, que en vez de dedicarse a fabricar chocolate invent¨® el sistema electoral proporcional para la consecuci¨®n de esca?os que Espa?a sigue aplicando, pese a las repetidas exigencias de reforma por parte de los partidos peque?os. Gracias a la llamada ley d'Hondt, ese m¨¦todo sumamente mejorable, los m¨¢s fuertes salen favorecidos, incluso por las papeletas en blanco, indignadas o no: no me cansar¨¦ de repetirlo, y por la abstenci¨®n. Es m¨¢s, los m¨¢s fuertes tambi¨¦n pueden fumigarse, apelando a la ley de proporcionalidad, a alg¨²n que otro candidato elegido -por IU, un suponer- que les moleste, apropi¨¢ndose del esca?o.
D¨ªganmelo ustedes. Dejando la muerte tard¨ªa de Franco aparte, centr¨¢ndonos ¨²nicamente en monsieur d'Hondt y sus periclitados hallazgos, ?hay o no que ser aguafiestas, o s¨¢dico, para seleccionar este d¨ªa? ?O tonto?
La impresi¨®n que hoy tengo -y la vengo teniendo desde que supimos para cu¨¢ndo se determinaba la convocatoria electoral- es que el d¨ªa de hoy es un d¨ªa que ha bebido aceite, que decimos en Catalu?a. Como si estuvi¨¦ramos pisando mierda durante muchos meses, y en esta jornada nos dispusi¨¦ramos a culminar la gran cagada. Dejando aparte que la voluntad popular es sagrada y que el cabreo que nos invade resulta monumental, hoy es el t¨ªpico d¨ªa en que no saldr¨ªa de la cama. Pero como voy a ir a votar, saldr¨¦: envuelta en mi m¨¢s punzante traje de erizo y con un cactus por bolso. Votar¨¦ para que haya un cambio, pero no a peor, como al parecer la mayor¨ªa, muy santamente -Rouco est¨¢ con ellos-, quiere. Pero no se me acerque nadie, que pincho. Pues nunca me gustaron los cambios a peor.
Tambi¨¦n tengo la impresi¨®n de que hay que dejar esta fecha atr¨¢s lo antes posible y, ocurra lo que ocurra, pechar con el inminente futuro sin resignaci¨®n y con rabia medida. Pues gane quien gane, van a seguir pintando bastos en la econom¨ªa -pintan en toda Europa-, y doblar la esquina de esta jornada, con las trifulcas que seguir¨¢n, los reproches y las est¨²pidas euforias, nos va a costar mucho m¨¢s a nosotros que a los derrotados y a los vencedores. Atravesar el largo invierno de nuestro descontento va a requerir reda?os, cabeza y coraz¨®n.
Pese a los retrocesos, y con todos los descalabros, las ca¨ªdas, las decepciones; pase lo que pase esta noche, cuando ante el televisor adivinemos el devenir inmediato de nuestra historia, no nos arruguemos. Pese a las muchas palabras vanas que escucharemos y a las promesas imposibles de cumplir que se nos har¨¢n... Pese a todo eso: ma?ana ser¨¢ d¨ªa 21. Ma?ana se cumplir¨¢n 11 a?os del asesinato de Ernest Lluch.
Aunque ahora parezca que no nos importa, que hemos dejado atr¨¢s el terrorismo con un encogimiento de hombros, ¨¦stas son las primeras elecciones que efectuamos sin que la amenaza de ETA pese sobre la libertad.
Todo tiene un final, cuando se trabaja bien y se mantienen el rigor y la esperanza.
www.marujatorres.com
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