"Espa?a no es una madre, es una madrastra"

Elena Asins guarda una inquietante relaci¨®n con su obra y Wikipedia. En una indaga los misterios del alma. En otra, sobre su salud f¨ªsica y mental. Como si de una torera enfrentada al misterio de la muerte se tratara, le gusta plantarse sola frente a sus ocurrencias en una b¨²squeda intensa de silencios, preguntas, espacios propios y agujeros negros donde invita a entrar. Radical y permanentemente indagadora, a veces dice sorprenderse por instantes de felicidad ef¨ªmera cuando redondea una idea.

Asins ha sido una outsider en el panorama art¨ªstico espa?ol. Pero este ha sido su a?o. Primero, el Reina Sof¨ªa le dedic¨® una generosa e importante exposici¨®n. Hace un mes le concedieron el Premio Nacional de Artes Pl¨¢sticas. Era la consagraci¨®n plena a los 71 a?os, el tard¨ªo reconocimiento a una vida entregada a la b¨²squeda y a una actitud pionera que la llev¨® a experimentar la creaci¨®n por ordenador a finales de los a?os sesenta, cuando ese mundo pertenec¨ªa a los visionarios y a las pel¨ªculas de ciencia ficci¨®n.

"Cuando estudias teolog¨ªa, y lo he hecho, parece que examinaras a Dios"

"Amo profundamente mi soledad, pero tambi¨¦n me duele"

Asins contempla el mundo en blanco, negro y gris, all¨ª desarrolla su propio mundo de geometr¨ªas y espacios expansivos y horizontales, de llanuras en nebulosa y electrocardiogramas del abismo, el intelecto y los sentidos. De Wittgenstein a Kant, de Mozart a Bach, de Einstein a Pit¨¢goras, de Azpiroz (Navarra) -donde vive retirada entre la naturaleza- a la oscuridad de Hamburgo, donde se ha prometido morir, Elena Asins ha desmenuzado las matem¨¢ticas y el c¨¢lculo desde la Biblia -es fervorosa creyente y anticat¨®lica- a la posmodernidad sin concesiones. Ni personales, ni est¨¦ticas.

Habla usted de que en su obra trata de apartar los sentimientos, que no le gusta este mundo y su deseo es crear otro. ?Por qu¨¦?

?Te parece poco con lo que est¨¢ pasando? ?Con esas fotograf¨ªas de masacres, con c¨®mo va el mundo?

He ah¨ª los sentimientos.

Digamos que estoy perfeccionando ese mundo que busco. ?Que hay sentimientos? Pues claro. Soy una persona, una persona est¨¢ compuesta de mente y coraz¨®n, pero ahora trato de reflejarlo de una manera m¨¢s depurada, m¨¢s perfecta.

Las denuncias pueden adivinarse hasta en las obras m¨¢s abstractas.

S¨ª, yo he elegido un rechazo silencioso, callado, a lo que me rodea. No lo quiero ni comentar. Solo crear algo diferente.

Pero sus causas no me interesan tanto como buscar su sentimiento.

Eso ya es un psicoan¨¢lisis.

Bueno, una entrevista. Para hablar de cosas, si es posible, anormales.

Me parece bien.

Es que cuando se publican art¨ªculos sobre usted y habla de que no le gusta este mundo, ni nada, noto que falta algo, algo profundo, ¨ªntimo, es lo que me gustar¨ªa que me contara. La emoci¨®n oculta que le impulsa a crear ese mundo. ?Cu¨¢l?

No s¨¦. Para empezar, he sido una persona m¨¢s admirada que querida.

Ummm. Ah¨ª vamos.

He sentido en mi vida m¨¢s admiraci¨®n que amor. Empezando por mi madre. He sido una mujer, con lo cual te sientes ciudadana de segunda categor¨ªa, por lo menos cuando yo nac¨ª, aunque no creo que las cosas hayan cambiado tanto, pese a la careta. Trato de ser quien soy, nada m¨¢s. Y eso implica ver el mundo desde un punto de vista, estoy condicionada. Es tan digno como limitado.

?Por qu¨¦?

Cuando yo empec¨¦, buscaba sola mi propio camino, junto a hombres. No me ha importado nunca, mis mejores amigos son hombres. Debe de ser la costumbre. Siempre me sent¨ª aceptada. Ahora me estoy preguntando si soy autista o si tengo el s¨ªndrome de Asperger.

?Se lo est¨¢ preguntando? ?A qui¨¦n? ?A alg¨²n m¨¦dico?

Al m¨¦dico no, a Wikipedia. El otro d¨ªa empec¨¦ a pensar en ello. Me inform¨¦ y despu¨¦s empec¨¦ a pensar entre el solipsismo. ?Qu¨¦ diferencia hay entre los tres? Se lo pregunt¨¦ a Wikipedia y Wikipedia me dijo que no hab¨ªa l¨ªmites. Y me cont¨®, por ejemplo, que el personaje de Esperando a Godot anda a caballo entre solipsismo y autismo. No es la soluci¨®n. El cerebro y sus mecanismos me interesan much¨ªsimo. ?De d¨®nde vienen las depresiones, los complejos? La entrevista que queremos hacer.

?Y no le puede ayudar un especialista mejor?

No, me remito al bicho del ordenador. He estado seis a?os yendo al psiquiatra, al psic¨®logo, y me dec¨ªan: pero, Elena, ?t¨² sabes lo complicado que es el cerebro? ?Qu¨¦ es la memoria visual? ?Lo sabemos? No. He escrito sobre eso y no he encontrado bibliograf¨ªa. El ordenador trabaja como nuestro cerebro, lo ¨²nico que se diferencia de ello es el subconsciente. En eso fui pionera.

En esa clase de art¨ªculos y en aplicar el ordenador al arte.

En cierto modo, s¨ª. Eso conform¨® mi pensamiento.

?La inform¨¢tica? ?C¨®mo?

Eliminando muchas cosas accesorias e integrando las imprescindibles.

?Cu¨¢les?

La estructura de las cosas, la esencia de las cosas.

?Los espacios?

Los espacios, los silencios. Lo que tienes que decir y lo que no puedes decir.

Ese es su arte.

Ese es mi arte y mi forma de concebirlo.

?Y c¨®mo una persona que busca esa pureza, esa limpieza de espacios, se recluye en un pueblo de Navarra entre monta?as y parajes m¨¢s bien ocultos, laber¨ªnticos?

Porque es un lugar bell¨ªsimo.

Me resulta que ser¨ªa m¨¢s feliz en un llano.

?Por qu¨¦? Soy muy del norte. Viv¨ª mucho en Alemania, en Hamburgo concretamente, y me fascinaban las cosas que a la gente no le gustan; por ejemplo, que anochezca muy pronto y que amanezca muy tarde. Que la luz se limite a unas pocas horas. Eso me daba una capacidad para trabajar y concentrarme inmensa. No me gusta el sol ni la luz. Me molesta, se me inflaman los p¨¢rpados. Encajo muy bien en ese espacio. ?Por qu¨¦ me gusta Azpiroz? Desgraciadamente, est¨¢ cambiado, ahora me resulta tropical. Antes hab¨ªa niebla y chirimiri; ahora, un sol deslumbrante, los ¨¢rboles secos, hay una luz horrorosa. Me han enga?ado. Pero de momento no puedo irme.

?Por qu¨¦?

Porque tengo una hipoteca espantosa de esas de cuando los bancos te met¨ªan el dinero por los ojos. Yo me ir¨ªa ya. Soy n¨®mada. A cualquier sitio. A Hamburgo, quiero morir all¨ª, se lo tengo prometido.

Les pasa a varias mujeres, que prometen morir en un sitio en vez de vivir en ¨¦l. O con alguien.

A m¨ª, con alguien no me importa. Naces solo y mueres solo. Estamos solos siempre. Por eso me interesa el autismo y el solipsismo. ?Hasta qu¨¦ punto somos seres sociales? ?Somos capaces de ponernos en el lugar del otro? No, no podemos pasar la barrera del yo.

Pero ?no lleva eso a la intolerancia?

Nooooo, ni much¨ªsimo menos.

Es que me asusta.

Yo no puedo entenderte a ti como un hombre, ni t¨² a m¨ª como una mujer, ?no est¨¢s de acuerdo?

Hay misterios que perviven entre los dos, pero nos vamos aproximando. Entre las artistas est¨¢ la necesidad de crear mundos ajenos y propios, como ese agujero negro suyo.

Pero ?eso es femenino? Eso es un juego con la invisibilidad. Quer¨ªa un espacio sin objetos. Mi casa me la he hecho yo, sin cuadros, soy iconoclasta. No puedo soportar una obra m¨ªa, porque implica estudio y problemas, y no quiero m¨¢s problemas. Quiero mirar y encontrar un vac¨ªo. De eso trata el agujero negro, del vac¨ªo. Admiro a los coleccionistas, pero no los entiendo. No he coleccionado en mi vida nada.

?En serio?

Ni obra m¨ªa ni de nadie, tengo cuadros de muchos amigos, pero, con todo el respeto, los tengo guardados y a quien me lo pide se los ense?o, claro, es que no puedo estar vi¨¦ndolos. Me dejaron una casa una vez, de un coleccionista, llena de cuadros y de cosas, hasta en la mesa, no pude soportarlo, me fui a un hotel. ?Qu¨¦ horror de im¨¢genes! Ese es el agujero negro, no hay luz, ni im¨¢genes, nada.

?Pues sabe que a m¨ª lo que se me aparec¨ªan al estar dentro eran im¨¢genes?

?Ah s¨ª? Porque estamos hechos a buscarlas. Pero yo no tengo la culpa, te lo provocaba una sociedad que las difunde constantemente.

A m¨ª me da igual de qui¨¦n es la culpa, aparec¨ªan.

Pues a m¨ª la gente me dice que le produc¨ªa mucho sosiego. Miedo y despu¨¦s sosiego.

Porque te obliga el miedo, me dec¨ªa: ?c¨®mo puedo yo estar aqu¨ª, en el silencio, incluso en la muerte, y ver im¨¢genes?

No s¨¦, agradezco que me lo digas, porque nunca me lo hab¨ªan dicho. Es una reacci¨®n curiosa. Cualquiera sabe, lo pensar¨¦. Interesante. ?Ven¨ªan im¨¢genes y las ve¨ªas?

Destellos.

Bueno, la oscuridad es algo en lo que vas descubriendo objetos.

?Es imaginaci¨®n?

No, es realidad, se revelan poco a poco. Es bonito porque as¨ª la gente descubre el misterio de la soledad, la oscuridad y los objetos. Es fant¨¢stico. ?Qu¨¦ crees que es la muerte? Pregunto yo.

Si tiene sentido es para convertirnos en memoria.

Nadie sabemos lo que es. Nada de lo que digamos ser¨¢ cierto. No es nada. Solo temor. Cuando estamos graves, sentimos temor. Es un salto: ?Ad¨®nde? No sabemos. Es misterio, es lo m¨¢s hermoso y lo m¨¢s terrible, ser conscientes de ese abismo. Yo soy creyente.

Eso le iba a preguntar...

S¨ª, s¨ª, s¨ª. Tengo fe. Lo que hay no lo s¨¦. ?Yo c¨®mo me voy a inventar el cielo? No tengo ni imaginaci¨®n, ni ganas. Pero creo en algo m¨¢s. No quiero hacerle un examen a Dios. Cuando estudias teolog¨ªa, y yo de hecho la he estudiado, parece que lo examinaras, a Dios, y pierdes la fe. As¨ª que de momento lo he aparcado.

?Pedir cuentas a Dios?

S¨ª, mira eso de preguntar: oye, ?t¨² qui¨¦n eres? ?Por qu¨¦ me has hecho? Examinarle, o sea.

Y al final, ?qu¨¦? ?Suspende Dios? ?No resiste el examen?

No es que no resista, es que no contesta.

No presentado, entonces.

Es el silencio de Dios, acu¨¦rdate de Bergman. Es su gran pregunta, como en Esperando a Godot, no viene, pero ?y si nos est¨¢ esperando?

As¨ª que cree en Dios... ?En qu¨¦ m¨¢s?

En Cristo, por ejemplo. Lo importante no es que haya existido siquiera, es todo lo que implica su figura: sus valores, nuestra conciencia, la forma de entender el mundo.

Ese salto del c¨¢lculo a la teolog¨ªa, ?c¨®mo se hace?

No est¨¢n tan distantes.

Uno no estudia matem¨¢ticas para sacar la cuenta del m¨¢s all¨¢. No sale.

El templo de Salom¨®n estaba lleno de c¨¢lculos y medidas, no est¨¢ tan lejos, no. Hay una l¨®gica para creer. Debemos cultivar la ciencia de los n¨²meros porque nuestros mayores cr¨ªmenes son errores de c¨¢lculo. Eso es Pit¨¢goras.

?Cu¨¢les son nuestros mayores errores de c¨¢lculo?

Muchos. Convertir lo blanco en negro.

?Eso que dice el Papa de la dictadura del relativismo?

No me hables del Papa porque ni siquiera soy cat¨®lica. El Papa y yo no compartimos discurso. En eso estoy en contra. No entiendo a los cat¨®licos.

Pero entonces, ?est¨¢ a favor de Einstein o del Papa?

De Einstein, adem¨¢s era creyente y dijo que Dios no hizo el mundo jugando a los dados. Su interpretaci¨®n es mucho m¨¢s po¨¦tica, aunque ahora hay un problema con eso de los neutrinos, que van a m¨¢s velocidad que la luz, parece ser, todav¨ªa no se sabe.

Dentro de su mundo ideal tambi¨¦n cabe la m¨²sica. Pero en su obra homenajea a Mozart y no a Bach, ese gran matem¨¢tico.

Estudi¨¦ piano, siempre me ha fascinado. Bach es Bach, caramba, la m¨²sica en s¨ª y su arquitectura, pero hubo una ¨¦poca en la que yo escuchaba los Cuartetos prusianos y le dediqu¨¦ una exposici¨®n en la Biblioteca Nacional. Tambi¨¦n me gusta mucho Stockhausen.

Aunque implique la destrucci¨®n de la armon¨ªa.

No, no. Es la construcci¨®n de algo nuevo. Como ocurre ahora, con la destrucci¨®n de la imprenta y el cambio de todos los viejos paradigmas, vivimos una nueva era, y eso es maravilloso, magn¨ªfico, fascinante. Que podamos encontrar lo que queramos en un aparato como ese.

?Un m¨®vil?

No, un m¨®vil no, eso de que interrumpan tu vida y te llame fulanita y te cuente su historia no lo puedo soportar, no es el m¨®vil lo que me interesa de todo eso.

?Es lo que lo acompa?a?

No, no es eso, tampoco es compa?¨ªa, puede que nos deje m¨¢s solos todav¨ªa; de hecho, caminamos hacia una retroalimentaci¨®n, m¨¢quina-hombre.

De eso, usted sabe.

Bueno, de alguna manera las m¨¢quinas tienen su almita.

Yo a veces tambi¨¦n lo creo.

Claro que s¨ª, como un coche es diferente a otro.

O, m¨¢s que alma, car¨¢cter.

Su car¨¢cter, su ruido, su manera de interpretarte, de quejarse. Mi ordenador me habla de alguna manera, le llamo de todo.

?Un ordenador le ha dado m¨¢s en esta vida que otras cosas? ?Que un amante, por ejemplo?

Yo nunca he tenido un amante. Me cas¨¦ muy joven, nos conocimos mi exmarido y yo muy j¨®venes. Nos casamos por la Iglesia, adem¨¢s, y nos separamos pronto, en cuanto naci¨® mi hija. Fue horroroso que naciera, horroroso.

?Ah, s¨ª?

La peor noticia que me han dado en mi vida fue decirme que estaba embarazada, lo tengo tan claro como eso. No ten¨ªa ningunas ganas con 21 a?os de ser madre, lo ¨²nico que me ha interesado siempre es mi trabajo. ?l tampoco quer¨ªa ser padre. Mi hija vino, bienvenida, pero la dejamos con mi padre y mi madre, que estaban felices. Para ellos fue un rejuvenecimiento. Mi marido y yo convivimos, fue mi mejor amigo, pero desde que nos casamos fue horrible. Yo necesito mi intimidad, rompimos porque necesitaba encontrarme a m¨ª misma, y llor¨¢bamos juntos. Cuando nos separamos fui feliz, yo no hubiese continuado con mi obra de seguir casada, estoy segura. Despu¨¦s me he ido enamorando, pero plat¨®nicamente.

?Se convirti¨® en una ermita?a?

La soledad tiene dos caras: es triste, pero tambi¨¦n maravillosa. Amo profundamente mi soledad, pero tambi¨¦n me duele.

?Cu¨¢ndo duele m¨¢s?

Cuando me entran ataques de ansiedad. Muy complejo, el ser humano es muy complejo, tambi¨¦n los animales son complejos. Mejor as¨ª, ?no? Si no, fig¨²rate qu¨¦ aburrido.

Pero lo de las m¨¢quinas... No s¨¦ si se van a parecer unas a otras.

?Qu¨¦ va! ?Ya te digo que tienen su almita!

Las m¨¢quinas no son iguales porque no todos las utilizamos de la misma manera. Pero cuentan con id¨¦ntico potencial. Igual que el hombre puede contar con una potencialidad casi divina, las m¨¢quinas poseen esa potencialidad que nadie alcanza. ?O no?

Eso es, lo dice la Biblia: "Dioses somos". ?Hasta d¨®nde podemos llegar ambos? ?Cu¨¢l es su l¨ªmite? Yo, por ejemplo, no dejo mi coche nunca a nadie, est¨¢ adaptado a m¨ª y me habla a m¨ª y me dice unas tonter¨ªas tremendas a m¨ª: "Asientos traseros no llevan el cintur¨®n abrochado". Y yo le respondo: ?Pero si no hay nadie!

?Qu¨¦ coche es ese?

Un Mercedes, pero peque?¨ªn.

?No me lo deja entonces?

No, no, ya he tenido experiencia y me lo han fastidiado. El coche lo siente. No, ni mi lavadora, ni mi secadora, y mucho menos el ordenador. Son cosas muy personales.

?Pero conduce todav¨ªa?

No hago largas distancias. Estoy bastante vieja.

Nada de eso.

Los a?os son subjetivos. Cuando veo a gente de mi edad con nietos, digo: qu¨¦ horror. O cuando veo jubilados. Yo quiero morirme trabajando. Y despu¨¦s, ?qu¨¦? No s¨¦, me imagino que no tendr¨¢s que luchar con que el ordenador no te procesa.

?Y es feliz?

A veces s¨ª, por temporadas, por instantes; otras, la mujer m¨¢s desdichada del mundo.

?Cu¨¢ndo es feliz?

Cuando consigo redondear una obra. Y cuando doy pasos muy cortitos hacia ella, tambi¨¦n. Ese momento me da euforia, pero es transitorio, luego empiezas a investigar otra cosa y, en fin. Pero hay desenga?os en la vida, much¨ªsimos. La gente que te machaca con ellos. Por ejemplo, compa?eros que no me han llamado para felicitarme por el premio. Mis amigos son mis amigos, eh. Pero sientes traiciones, creo que todos sabemos de qu¨¦ hablamos. La gran crisis que te hace plantearte: ?c¨®mo terminar¨¦? Llena de premios, durmiendo en la calle.

?No dan para vivir los premios?

No. ?C¨®mo es este pa¨ªs! Mira que me han avisado: no te vuelvas a Espa?a. No es una madre, es una madrastra. Para la cultura somos nefastos. Picasso es Picasso porque se fue a Francia. Cervantes, no s¨¦. Qu¨¦ brutalidad es el Quijote, ?verdad? Yo lo le¨ª siendo muy ni?a para un t¨ªo que ten¨ªa ciego y me acuerdo que me hac¨ªa da?o aquella perversi¨®n espa?ola. Ridiculizar es una perversi¨®n tan enorme, que me hizo da?o. Ese realismo espa?ol me ha herido siempre.

Lo mismo pasa con la Biblia.

Yo la leo todas las noches, pero est¨¢ llena de cosas hermosas, como el salmo 62, que habla del mundo y todos sus coeficientes.

?C¨¢lculo?

No, m¨¢s all¨¢ del c¨¢lculo. Hermoso, una obra de arte. La lectura te abre el mundo. Kant no viaj¨® nunca y lo supo todo por haber le¨ªdo. No hace falta una presencia f¨ªsica para nada, puede sobrar. Tengo grandes amigos por Internet que no conozco.

?Es adicta a las redes sociales?

No, nunca me meto en Facebook ni cosas parecidas. La presencia f¨ªsica no es importante. Volvemos al agujero negro. La presencia no es fundamental. Puedes amar mucho a una persona y no tener la necesidad de vivir con ella. ?Me comprendes?

No.

Pues s¨ª, puede ocurrir. Cr¨¦eme. Porque te das cuenta de que no es lo apropiado para ti, de que es mejor estar a distancia, precisamente para conservar la ilusi¨®n. La convivencia es horrible, mata todo. ?No est¨¢s de acuerdo?

No, no tanto.

Ah, pues te habr¨¢ ido muy bien en la vida. La gente se separa, para siempre en nuestra ¨¦poca es muy dif¨ªcil, nos transformamos constantemente, hay veces que te dan ganas de decirle al universo: ?para!, ?detente! Da v¨¦rtigo girar continuamente. Pero nada se detiene. Todo sigue, y nosotros tambi¨¦n, y al final del camino nos vamos a encontrar o a separar. Esa es la vida. ?Contento?