Austen se reinventa en las redes sociales
Lanzarse al amor sin miedo al cataclismo o hacer el esfuerzo protector de contenerse. Hace 200 a?os, Jane Austen (Steventon, 1775-Winchester, Inglaterra, 1817)
planteaba esta cuesti¨®n en Sentido y sensibilidad. Una duda que a¨²n contin¨²a vigente a juzgar por el ¨¦xito de ventas, cr¨ªtica y p¨²blico con el que la novela llega a su segundo centenario. Esta primera publicaci¨®n de la autora constituye el ejemplo perfecto de obra que trasciende la etiqueta de cl¨¢sico para encuadrarse en la de fen¨®meno editorial y cultural. "El secreto de su popularidad constante a lo largo de dos siglos reside simplemente en su gran calidad. Jane Austen es la ¨²nica escritora en ingl¨¦s que no ha perdido el favor de la cr¨ªtica nunca", afirma v¨ªa e-mail David Shapard, autor de The Annotated Pride and Prejudice y uno de los mayores expertos mundiales en la obra de la escritora.
El supuesto feminismo de sus novelas dispara los debates m¨¢s encendidos entre expertos
Los libros de Austen no han dejado nunca de reeditarse ni de atrapar al gran p¨²blico. Los cambios sufridos por la sociedad y, supuestamente, dentro de las relaciones sentimentales desde 1811 no hacen mella en sus p¨¢ginas ?Las claves? Para empezar, "cada argumento est¨¢ s¨®lidamente construido: encaja con los dem¨¢s armoniosamente", defiende Shapard.
La autora entrelaza historias de las que siempre se desprende una lecci¨®n vital. Nada en ella resulta accesorio. "En sus libros siempre prevalece la justicia, la virtud frente al vicio. Austen busca demostrar que aquellos que se comportan honestamente y son fieles a s¨ª mismos terminan siendo recompensados por la vida", apunta Shapard. A trav¨¦s de sus antag¨®nicas hero¨ªnas, Sentido y sensibilidad ejemplifica, quiz¨¢ mejor que ninguna de sus otras novelas, esa intenci¨®n moralizante. Elinor Dashwood, que obra con contenci¨®n, racionalidad y decoro, resulta premiada -tras mucho sufrimiento- con un destino perfecto. Mientras que Marianne, irreflexiva y pasional, es castigada con la verg¨¹enza, el abandono de su amado y casi la muerte. Solo cuando se arrepiente y endereza, la autora decide rescatarla del erial emocional y darle un final de cuento de hadas. Un cierre que siempre tiene lugar en un mismo escenario: el altar.
Quiz¨¢ por ello, a¨²n hoy, muchos enmarcan su producci¨®n dentro del g¨¦nero rom¨¢ntico. "Esa imagen de novela para se?oritas, que indigna a autores como Mark Twain, surgi¨® en la ¨¦poca victoriana", apunta el responsable de Alba Luis Magriny¨¤, que, para celebrar el bicentenario de la obra, reedita Juicio y sentimiento -as¨ª es como tradujo en 1993 Sense and sensibility- adem¨¢s de Mansfield Park, la novela con la inauguraron la colecci¨®n Alba Cl¨¢sica en 1995.
La interpretaci¨®n ros¨¢cea de las novelas de Austen qued¨® rebatida en los a?os cuarenta, cuando el profesor de literatura inglesa D. W. Harding public¨® el ensayo Scrutiny y devolvi¨® a la autora la categor¨ªa de gran observadora social que hoy reconoce la cr¨ªtica y que muchos escritores clave del siglo XX como Vlad¨ªmir Nabokov, Carmen Mart¨ªn Gaite, David Lodge o William Somerset Maugham toman como referencia.
Cierto que en sus novelas hay grandes historias de amor, pero, seg¨²n Magriny¨¤, la brit¨¢nica era una antirrom¨¢ntica total: "Hace s¨¢tira de todos los vicios dom¨¦sticos, incluidas las conductas pasionales no moderadas por la raz¨®n". Austen predica que el amor y el cari?o son necesarios dentro del matrimonio y se opone a las uniones forzadas, pero tambi¨¦n defiende que estas deben ser pr¨¢cticas y, en palabras de Shapard, "nunca insin¨²a que el dinero no importa, sino todo lo contrario". El "contigo pan y cebolla" no era para Austen. De hecho, las hermanas Dashwood comen perdices junto a hombres que est¨¢n muy por encima de su posici¨®n social y financiera.
Los problemas y desigualdades econ¨®micos no son meras pinceladas costumbristas dentro de la obra de Austen. La escritora critica repetidas veces el sistema hereditario patriarcal que imperaba en Reino Unido y que dejaba a las mujeres a merced de la generosidad de sus hermanos o de un buen casamiento. Es precisamente en Sentido y sensibilidad donde m¨¢s dura e hilarantemente resulta esta denuncia. En concreto en su segundo cap¨ªtulo, uno de los m¨¢s alabados y estudiados por la cr¨ªtica. La pieza arranca con el hermanastro de las Dashwood concedi¨¦ndoles una renta generosa tras la muerte de su padre y termina dej¨¢ndolas casi en la indigencia.
Pasajes de este tipo hicieron que ya en el siglo XIX estudiosos como Margaret Oliphant empezasen a hablar de su "cinismo femenino" y, m¨¢s tarde, de su supuesto feminismo. Un tema que hoy dispara los debates m¨¢s encendidos entre expertos. Magriny¨¤ concede que existe una clara lectura feminista de sus novelas, mientras Shapard se?ala que este movimiento era a¨²n incipiente cuando Austen escrib¨ªa: "En Sentido y sensibilidad se queja de que los hombres son menos castigados que las mujeres por sus comportamientos sexuales inapropiados, y expresa su deseo de que la condena social sea m¨¢s parecida, aunque nunca dice que deba ser igual", plantea.
Una tibieza quiz¨¢ hoy en d¨ªa. Pero pese a todo lo que han cambiado las reivindicaciones sociales y sentimentales a lo largo de 200 a?os, la novela no ha quedado obsoleta. La capacidad de la brit¨¢nica para reflejar la naturaleza humana sigue enganchando al p¨²blico del siglo XXI como lo hiciera en el XIX. "Austen act¨²a como una narradora casi invisible que, a trav¨¦s de su magn¨ªfico sentido del humor y de unos incre¨ªbles di¨¢logos, permite que veamos c¨®mo los protagonistas crecen, que seamos testigos de sus errores y aprendamos de las lecciones morales que devienen con naturalidad de sus actos", argumenta la expresidenta de la Jane Austen Society of North America Joan Klingel Ray. Una de las coet¨¢neas de Austen m¨¢s c¨¦lebres, la princesa Carolina de Gales (1796-1817), hija del rey Jorge IV, dec¨ªa que ve¨ªa en Marianne Dashwood -la hermana alocada de la novela- "la misma imprudencia" que en s¨ª misma.
Como la arist¨®crata, muchos lectores actuales siguen identific¨¢ndose con sus personajes. La raz¨®n est¨¢ clara para Klingel: "Los protagonistas deben tomar las mismas decisiones vitales que una persona real. Adem¨¢s, todav¨ªa resulta f¨¢cil encontrar a hombres d¨¦biles como Edward Ferrars, que no se atreve a confesarle a Elinor Dashwood que est¨¢ comprometido, o mujeres que siguen buscando a su se?or Darcy [el protagonista de Orgullo y prejuicio]". Es decir, ese amor perfecto (y econ¨®micamente conveniente) que, tras algunos obst¨¢culos, tenga el mismo final que las novelas de Austen. Un "felices para siempre" muy ventajoso desde un punto de vista comercial, seg¨²n el editor de DeBolsillo Jaume Bonfill.
Su sello ha lanzado 14 ediciones de Sentido y sensibilidad en la ¨²ltima d¨¦cada. "Es el t¨ªtulo de Austen que m¨¢s vendemos -unos 10.000 ejemplares al a?o- y el que tira del resto de sus obras, de las que se han despachado 600.000 unidades desde 1996. Algo espectacular", asegura. Se acaba de publicar una edici¨®n en tapa dura de la novela con motivo de su bicentenario: "Solemos hacerlo para promocionar a los escritores, pero Jane Austen no lo necesita".
No son los ¨²nicos. Este a?o es testigo de una cascada de revisiones: desde la ilustrada para formato electr¨®nico que propone el portal Amazon hasta los 500 exquisitos facs¨ªmiles que public¨® este verano la Casa Museo de Jean Austen. Adem¨¢s de iniciativas amateurs como la p¨¢gina de la red social Flickr, en la que fans hispanohablantes de todo el mundo cuelgan im¨¢genes suyas leyendo el libro.
Las m¨²ltiples pel¨ªculas y series basadas en las novelas de Austen tambi¨¦n han ayudado a consolidar el fen¨®meno, tal y como reconoce Bonfill. En DeBolsillo notaron el primer repunte en las ventas tras el estreno de la pel¨ªcula de Ang Lee Sentido y sensibilidad (1995). La cinta obtuvo un Oscar al mejor gui¨®n adaptado y dio a conocer la historia de las hermanas Dashwood a un p¨²blico global. En un intento por repetir los buenos resultados de cr¨ªtica y taquilla, Hollywood potenci¨® la divulgaci¨®n de la obra de Austen al adaptar tambi¨¦n Emma (1996), Orgullo y prejuicio (2005) e incluso la seudobiograf¨ªa La joven Jane Austen (2007), basada en la obra Becoming Jane Austen, de Jon Spence. Eso sin contar las maravillosas aunque menos conocidas series de la BBC.
Feminista o no, rom¨¢ntica o c¨ªnica, todos coinciden en que Austen fue una incisiva observadora social, cuyos personajes, creados con pluma y tinta hace 200 a?os, siguen triunfando hoy en papel, pantalla grande y peque?a, formato digital y hasta en las redes sociales.
Juicio y sentimiento. Jane Austen. Traducci¨®n de Luis Magriny¨¤. Alba. Barcelona, 2011. 472 p¨¢ginas. 23 euros. Mansfield Park. Jane Austen. Traducci¨®n de Francisco Torres Oliver. Alba. Barcelona, 2011. 524 p¨¢ginas. 26 euros. Sentido y sensibilidad. Jane Austen. Traducci¨®n de Ana Mar¨ªa Rodr¨ªguez. Debolsillo. Barcelona. 2011. 369 p¨¢ginas. 9,95 euros. Sense and Sensibility: 200 Anniversary Special Edition. Jane Austen. Amazon. Solo disponible en libro electr¨®nico. 5 euros. Becoming Jane Austen. Jon Spence. Hambledon and London, 2003. 294 p¨¢ginas.
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