La avenida Manuel Fraga ya conduce a la Cidade da Cultura

Si el gobierno local de Santiago quer¨ªa agradecer a Manuel Fraga las "inauguraciones de obras emblem¨¢ticas que apoy¨® desde la Xunta" para la capital poni¨¦ndole su nombre a una calle, el Ayuntamiento eligi¨® precisamente la avenida que conduce a las obras de su proyecto m¨¢s caro y pol¨¦mico y que puede quedar inconcluso. Desde ayer, la v¨ªa que sube al compostelano monte Gai¨¢s se llama Avenida Manuel Fraga.

Con dos centenares de personas invitadas, un gaiteiro para poner m¨²sica al Antiguo Reino de Galicia y al himno gallego, un presentador, tres pantallas de plasma en las que no se pod¨ªa ver nada por el sol y dos autobuses lanzadera para unir el control policial de la rotonda de acceso a la Cidade da Cultura con el punto donde se celebr¨® el acto, el presidente de la Xunta, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, el alcalde de Santiago, Gerardo Conde Roa, y un nieto de Manuel Fraga, de nombre igual al de su abuelo, descubrieron las letras que "en pared de piedra gallega" nombran el vial. Al acto acudieron otros familiares de Fraga, altos cargos de la Xunta, concejales, otras autoridades y vecinos, pero no el expresidente del Gobierno gallego, a pesar "de que as¨ª era su deseo", como inform¨® Conde Roa.

El pleno del Ayuntamiento aprob¨® a finales de septiembre nombrar la calle con el nombre de su impulsor de la Cidade da Cultura gracias a los votos de los grupos popular y socialista. El exalcalde Xos¨¦ S¨¢nchez Bugallo, que ya hab¨ªa propuesto hace unos a?os bautizar en honor a Fraga una calle, estaba tambi¨¦n en la tribuna de autoridades.

El acto se convirti¨® en todo un homenaje del PP a la trayectoria del presidente de honor de su partido. N¨²?ez Feij¨®o hizo una defensa del "galleguismo amable" que, a su parecer, "estaba latente en la sociedad gallega". "Galicia anhelaba un modelo propio de amor al pa¨ªs que no provocara rupturas internas ni desafectos con la Espa?a com¨²n. Y don Manuel convierte en pol¨ªticamente normal lo que en la calle era normal. Ese galleguismo amable estaba ya latente en la sociedad gallega. El pueblo gallego sent¨ªa que ese era el traje en el que se sent¨ªa a gusto", afirm¨®. El acto termin¨® con el himno gallego, versi¨®n corta, que los presentes cantaron de forma apenas audible y silencios.