Los trileros como grupo criminal
La Guardia Urbana busca atajar el juego callejero con el nuevo C¨®digo Penal
Ismet Duga charla con varios hombres sentados en una parada del autob¨²s en La Rambla. Lleva una cerveza en la mano. La ¨²nica mujer de la pandilla, con gafas de sol en la cabeza, bolso, minifalda y tacones, bebe un zumo de naranja y come un bocadillo a su lado. Son los trileros de la ciudad de Barcelona y descansan junto a su lugar de trabajo. Hace cinco minutos, han estafado 100 euros a una joven turista seducida por la magia de la bolita, la caja de cerillas y el tapete rojo. La mujer de las gafas de sol, fingiendo ser una turista m¨¢s, ha sido el gancho para que picasen.
El intendente de la Guardia Urbana Juan Rodr¨ªguez recuerda que hace 25 a?os, cuando ¨¦l entr¨® en la Polic¨ªa Local, ya se pod¨ªa ver a los trileros en la plaza de Catalunya y en la calle de Pelai. La presi¨®n policial los ha ahuyentado de la calle a temporadas. Pero al m¨ªnimo descuido, regresan inmarcesibles.
As¨ª es, pero ?as¨ª ser¨¢ siempre?Esta vez la polic¨ªa tiene una nueva arma: el grupo criminal. La figura, introducida en la ¨²ltima reforma del C¨®digo Penal, el a?o pasado, permite condenarlos a entre tres y seis meses de prisi¨®n. "Hemos puesto toda la carne en el asador", explica el responsable policial de uno de los distritos m¨¢s complicados de la ciudad, el de Ciutat Vella.
En la calle, Ismet, de 38 a?os, sigue estafando igual que lo hac¨ªa antes. "Yo tampoco entiendo c¨®mo caen", dice refiri¨¦ndose a los desprevenidos turistas que corren a las cajitas de cerillas que colocan en el suelo y mezclan, h¨¢biles, con las u?as ennegrecidas de tocar el suelo. "?C¨®mo van a ganar dinero en la calle?", se burla. El sistema es sencillo: "Cuando el turista paga, quitamos la bola".Junto a ¨¦l, otro hombre, con chaqueta de cuero y cabello canoso, cuenta que en sus 12 a?os de trilero ha visto cambiar mucho La Rambla. Antes, la mayor¨ªa eran espa?oles. Ahora, los ficheros policiales est¨¢n plagados de georgianos, albaneses, bosnios, macedonios, rusos, franceses, italianos... Todos insisten en que no tienen otra forma de vivir.
"El que puede hurtar tambi¨¦n hurta", dice el intendente Rodr¨ªguez. En su lucha contra el juego callejero, la Guardia Urbana ha practicado 1.522 detenciones entre los trileros de La Rambla y les ha imputado 1.344 estafas en lo que va de a?o. Eso supone un 228% m¨¢s que en 2010. Los dos grupos m¨¢s activos de la ciudad, formados por unas 30 personas, van y vienen. "Alguno incluso se atreve con el robo con intimidaci¨®n", advierte Rodr¨ªguez.
"A mis hijos les digo que trabajo en una pizzer¨ªa", explica Ismet. Tienen dos y seis a?os. "Lo dejar¨ªa", asegura, mientras el resto de los trileros le exigen que vuelva al tajo. ?l distrae a los que blanden papel y boli, para evitar fotos.
"Hasta tienen horario", sigue el intendente. Los martes, asegura, libran. Ellos lo niegan. ?lex, espa?ol de 55 a?os, avisa si se acerca la polic¨ªa. Antes trabajaba en la construcci¨®n. Al quedarse en paro, se acerc¨® a La Rambla, aprendi¨® el truco de la bolita y se sum¨® a la estafa.
"Debemos ponernos manos a la obra", dice Rodr¨ªguez. Los dos principales clanes de trileros est¨¢n imputados como grupo criminal, pero a¨²n no hay sentencia. "La inseguridad en la ciudad es un c¨²mulo de peque?as cosas", advierte. Los trileros, por ahora, siguen con sus billetes falsos, estafando a turistas y ganando al d¨ªa unos 50 euros por cabeza. "Algunas veces son 10", matiza Ismet. Rodr¨ªguez est¨¢ convencido de que les esperan malos tiempos.
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