Tenis con denominaci¨®n de origen
Desde la irrupci¨®n de Vilas, que populariz¨® el deporte de la raqueta en los a?os setenta, Argentina tiene ahora su mejor generaci¨®n
Ser¨¢ la tercera final de la Copa Davis que Argentina juegue en los ¨²ltimos seis a?os. Antes de que irrumpiera la actual generaci¨®n de tenistas, la llamada Legi¨®n, este pa¨ªs sudamericano solo hab¨ªa disputado un duelo por la Ensaladera, el de 1981, con Guillermo Vilas y Jos¨¦ Luis Clerc en el frente de batalla. Secos todos en cuanto al t¨ªtulo, resbaladizo en su historia, los argentinos esperan ahora que a la cuarta sea la vencida. Sobre todo, ante Espa?a, que les arrebat¨® en 2008 un trofeo que ya estaba en casa, en Mar del Plata.
Despu¨¦s del fen¨®meno de Vilas, que gan¨® cuatro torneos del Grand Slam y una Copa de Maestros y que lleg¨® a ser el n¨²mero dos en el ranking mundial (1975), nunca hab¨ªa coincidido una generaci¨®n de tan buenos tenistas como la presente. A partir de 2000, varios de ellos han llegado al top 20, desde David Nalbandian, Juan Mart¨ªn del Potro, Juan M¨®naco y Juan Ignacio Chela, integrantes del equipo que va a jugar en Sevilla, hasta Guillermo Coria, Gast¨®n Gaudio, Guillermo Ca?as, Mariano Puerta, Franco Squillari, Agust¨ªn Calleri y Jos¨¦ Acasuso. Del Potro gan¨® el Abierto de Estados Unidos, Gaudio derrot¨® en la final de Roland Garros a Coria y Nalbandian, subcampe¨®n en Wimbledon, gan¨® una Copa de Maestros. Por eso Argentina se ha convertido en un perseverante candidato a ganar la Copa Davis.
Hay dos millones de practicantes y el j¨²nior Velotti gan¨® en 2010 Roland Garros
Un motivo para el auge argentino fue la popularizaci¨®n del tenis que logr¨® Vilas, adem¨¢s del trabajo intenso de la Escuela Nacional y de los centros privados de alto rendimiento. Resulta que, a partir de los ¨¦xitos de Vilas, el tenis dej¨® de ser un deporte de ¨¦lite para los argentinos. Ya no eran 200.000 los que lo jugaban, sino que pasaron a practicarlo unos tres millones. Ahora son algo m¨¢s de dos millones los que empu?an la raqueta por lo menos una vez al mes.
"Despu¨¦s de Vilas, el tenis se hizo m¨¢s popular y m¨¢s competitivo, pero hubo un baj¨®n en cuanto a resultados. No se aprovech¨® aquel empuj¨®n", comenta Tony Pena, que dirigi¨® la Escuela Nacional (depend¨ªa de la Asociaci¨®n Argentina de Tenis y la Secretar¨ªa de Estado de Deportes) y entren¨® a Vilas y Gaudio, entre otros. "Despu¨¦s apareci¨® la Legi¨®n. Son momentos. Todos los pa¨ªses tienen tiempos de grandes tenistas y otros en que no salen figuras. Habr¨ªa que preguntarse por qu¨¦ ahora no salen buenos jugadores de Suecia, Estados Unidos o Australia. Y no es que se hayan acabado los buenos profesores", prosigue Pena.
Pero los buenos momentos no surgen de la casualidad. En Argentina, la cantera de jugadores se form¨® en la Escuela Nacional, que tambi¨¦n tuvo directores como Vilas, Alejandro Gattiker, Franco Dav¨ªn y Tito V¨¢zquez, el actual seleccionador para la Davis. Luego, una vez que desapareci¨® esa instituci¨®n, lo hizo en los casi 200 centros privados de alto rendimiento. "La competencia en Argentina es tremenda en infantiles y j¨²niors", describe Pena. "Los jugadores llegan muy hechos y aguerridos a profesionales. Lo mismo pasa en Espa?a", a?ade.
Algunos tenistas de la Legi¨®n confiesan que tambi¨¦n se vieron beneficiados cuando eran peque?os, en los a?os noventa, por la fuerte apreciaci¨®n del peso, que cotizaba a la par del d¨®lar. Eso les abarat¨® los viajes al exterior para jugar los primeros torneos internacionales. Despu¨¦s de la devaluaci¨®n de 2002, el peso est¨¢ volviendo a cotizar m¨¢s alto. Entre Vilas y la Legi¨®n pasaron los grandes a?os de Gabriela Sabatini, que gan¨® el Abierto de Estados Unidos en 1990. El a?o pasado, un joven, Agust¨ªn Velotti, venci¨® en el torneo j¨²nior de Roland Garros para ilusionar a su pa¨ªs con que no se acabar¨¢ el buen momento.
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