En otro punto cardinal
En el plazo de unas semanas he le¨ªdo dos veces esta antolog¨ªa de Tomas Transtr?mer. La primera vez se trataba del libro de un poeta sueco, nacido en 1931, el de mayor ¨¦xito en su pa¨ªs, y autor de culto fuera de sus fronteras. Lo he vuelto a leer cuando Transtr?mer ha recibido el Premio Nobel de Literatura. Aunque no parece posible prescindir de ese acontecimiento, prevalecen algunas verdades en un plano m¨¢s alto. El Nobel perfila al poeta ante el gran p¨²blico. Hace que se le escuche en su condici¨®n aut¨¦ntica, a la vez ¨²nico y universal, m¨¢s all¨¢ de la pertenencia a una lengua o a una literatura nacional. Alcanzada esa universalidad exterior, podemos apreciar la universalidad ¨ªntima que ha ido construyendo el Transtr?mer joven, el maduro, el anciano, cuando s¨®lo era un poeta. En alguna ocasi¨®n Transtr?mer ha pedido lenguaje y no palabras. "Dejar su disfraz de yo". Marie-Claire Zimmermann, una de las mejores conocedoras de la poes¨ªa contempor¨¢nea, ha llamado a esto "despersonaci¨®n" o "impersonaci¨®n". Por eso Transtr?mer puede cambiar de voz, dramatizando, no s¨®lo de un poema a otro, sino de un verso a otro. Deja hablar al lenguaje. Tiene versos casi vanguardistas, pero la herencia cl¨¢sica se proyecta en la nitidez, que no es facilidad, sino naturalidad trabajada: "Esta tarde se refleja la bonanza del mundo". Los formalistas rusos pensaron que los poetas ten¨ªan que usar un idioma extra?o. Sin embargo, un lenguaje muy b¨¢sico resulta perfecto, si las cosas se captan de otro modo. Transtr?mer -con su bachillerato en lenguas cl¨¢sicas y su licenciatura en psicolog¨ªa- lo hace: la fuente aparece "art¨ªsticamente petrificada alrededor del chorro de agua". As¨ª prestamos atenci¨®n al agua, que "sube entre animales salvajes" y significa la m¨²sica de Bach, en una rica operaci¨®n simb¨®lica. Este poeta siempre est¨¢ ofreciendo im¨¢genes deslumbrantes, como aquel abedul que se pudre erecto "como un dogma". Y es capaz de dar un golpe narrativo maestro, que realmente lo retrata: "Y en otro punto cardinal...". El Transtr?mer joven recurre a Horacio para compartir altas temperaturas. Es el momento de valorar por muchas razones que la edici¨®n sea biling¨¹e. En el original sueco se percibe de un vistazo la construcci¨®n horaciana, casi escult¨®rica, de algunos textos. Por otra parte, no hace falta saber sueco para captar algunos destellos genuinos (algo de alem¨¢n o de ingl¨¦s permite comprobar que Kristallklar salt es "clara como la sal". Y En anti-f?gel , "un anti-p¨¢jaro"). Y, una vez disfrutados los aspectos visual y sonoro, se pueden meditar las palabras: "Clara como la sal es /el agua que golpea las cabezas de todos / los verdaderos refugiados". Esto es un cl¨¢sico, alguien que afirma cosas imperecederas. Desde este pasaje, por ejemplo, puede hacerse general la felicitaci¨®n general al traductor, Roberto Mascar¨®, poeta, uruguayo, muy cercano a Transtr?mer. La selecci¨®n de poemas configura una excelente antolog¨ªa en la que est¨¢n representados todos los libros de Transtr?mer, del primero al ¨²ltimo: 17 poemas (1954); Secretos en el camino (1958); Prisi¨®n (1959); El cielo a medio hacer (1962); Ta?idos y huellas (1966); Visi¨®n nocturna (1970); Senderos (1973); La barrera de la verdad (1978); La plaza salvaje (1983); Para vivos y muertos (1989), y El gran enigma (2004).
Deshielo a mediod¨ªa
Tomas Transtr?mer
Traducci¨®n de Roberto Mascar¨®
Edici¨®n biling¨¹e
N?rdicalibros. Madrid, 2011
224 p¨¢ginas. 19,50 euros
Recomiendo este libro a los amantes de la naturaleza: hay r¨ªos, muchos animales, p¨¢jaros, ciervos, mucha nieve. El animismo de Transtr?mer -digno de un ni?o, y eso me hace pensar que algunos de estos poemas pueden llegar a ese p¨²blico- le deja ver una casa "empollando sus piedras elementales". No pueden perd¨¦rselo los amantes de la m¨²sica, ya que Transtr?mer es uno de ellos. Est¨¢ descrita muy bien la vida urbana, sin frivolidad ni cinismo. El poeta se sit¨²a "fuera de Metr¨®polis" pero recurre a muchas met¨¢foras de la ciudad. Con una imagen ins¨®lita nos da cuenta de un accidente de coche que casi le cuesta la vida: "Un terror transparente que fluy¨® como clara de huevo". Leemos versos de un hombre de nuestra ¨¦poca, viajero por los Balcanes, el Congo, Egipto, Asia... Tambi¨¦n por la historia, por la Revoluci¨®n Francesa y los pa¨ªses comunistas. El t¨ªtulo Secretos en el camino vale para toda esta escritura. No es f¨¢cil, como se ve, trazar unas coordenadas para Transtr?mer. Sus an¨¢logos entre nosotros ser¨ªan algunos poetas de los cincuenta como Claudio Rodr¨ªguez, Caballero Bonald o Mar¨ªa Victoria Atencia. Siendo un poeta que tiende a desbordarse, presenta momentos de contenci¨®n. El clasicismo inicial es uno. Los haikus, otro. Hay nueve haikus muy bellos en el libro Prisi¨®n. Retornan luego en el ¨²ltimo libro, El gran enigma. Que cabe en peque?os enigmas, como el haiku, que cierra la antolog¨ªa. Podr¨ªa ser la anotaci¨®n de un viajero: "Fuerte y lento viento / de la biblioteca del mar. / Aqu¨ª descanso". Podr¨ªa ser un precioso epitafio. Los poemas de Transtr?mer han sido descritos como plegarias laicas. Es probable que su reconocimiento mundial traiga una poes¨ªa cercana a la antigua, religiosa o no, pero cercana a una sencilla intimidad espiritual del ciudadano, que s¨®lo con poes¨ªa puede lograrse. Que esta propuesta venga de Suecia dice mucho en t¨¦rminos pol¨ªticos, y puede aportar mucho a una sociedad como la espa?ola, tan embrutecida. Recordemos que para poder leer a los poetas, debe estudiarse poes¨ªa en los colegios. En fin, Transtr?mer dice las cosas importantes con el lenguaje que ¨¦stas merecen. Sus palabras "contradicen la muerte". A la espera de que se traduzca su poes¨ªa completa, esta antolog¨ªa contiene una breve totalidad de eso que la Academia Sueca ha definido como nuevo acceso a la realidad con im¨¢genes l¨ªmpidas. Y as¨ª es.
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