Desconcierto en Europa
A punto de terminar el a?o 2011 y m¨¢s de tres a?os de crisis econ¨®mica y financiera, Europa sigue sumida en el desconcierto. Sus instituciones no toman las decisiones necesarias seg¨²n sus propias responsabilidades, y cuando toman algunas de ellas, los Estados miembros no las aplican o lo hacen con poca diligencia.
El ¨²ltimo tratado de la UE, el Tratado de Lisboa, establece las responsabilidades de las tres instituciones de la Uni¨®n Europea de los Veintisiete (Consejo, Comisi¨®n y Parlamento), as¨ª como las del Sistema de Bancos Centrales Europeo (SBCE), responsable de la estabilidad de los precios. El funcionamiento de estas instituciones es complementario: el Consejo, que re¨²ne a los l¨ªderes europeos y nacionales, establece las orientaciones pol¨ªticas generales. Adem¨¢s de impulsar la modificaci¨®n de los tratados, en ¨¦pocas de crisis puede actuar como un foro pol¨ªtico para aportar soluciones. Lo hace emitiendo orientaciones, definiendo calendarios y objetivos concretos y declaraciones o resoluciones con la posici¨®n de los jefes de Estado o de Gobierno de los Estados miembros.
Habr¨¢ que avanzar y crear una autoridad econ¨®mica europea con un presupuesto federal
La Comisi¨®n representa y defiende los intereses del conjunto de los 27 pa¨ªses de la UE. Aunque tiene el derecho de iniciativa para promover cambios en la legislaci¨®n, lo hace siguiendo el principio de subsidiariedad y tras escuchar a comit¨¦s y grupos de trabajo y consultar a los expertos para resolver los aspectos t¨¦cnicos. Adem¨¢s, gestiona el presupuesto de la UE.
El Parlamento Europeo representa a la ciudadan¨ªa europea y es elegido democr¨¢ticamente entre todos los ciudadanos de la UE. El Tratado de Lisboa aument¨® su ¨¢mbito de actuaci¨®n. El Parlamento somete a su aprobaci¨®n cualquier directiva de la UE promovida por la Comisi¨®n Europea y presentada por el Consejo Europeo. Adem¨¢s, lleva el control de la Comisi¨®n para garantizar su funcionamiento democr¨¢tico. Junto al Consejo, adopta el Presupuesto de la UE que luego gestionar¨¢ la Comisi¨®n.
El Tratado de la UE establece el Sistema Europeo de Bancos Centrales, formado por los 27 bancos centrales de los Estados miembros y por el BCE bajo el supuesto de que todos llegar¨¢n a tener el euro como moneda com¨²n y con el objetivo primordial de mantener la estabilidad de los precios. Tambi¨¦n debe contribuir a los objetivos comunitarios de crecimiento y estabilidad.
Pero en las circunstancias actuales de crisis financiera y sus efectos sobre el euro, el BCE act¨²a solo en lo referente a los 17 pa¨ªses integrantes del eurosistema, algo no contemplado en el Tratado. Se rige b¨¢sicamente por los propios estatutos del BCE. Por eso es tan complejo entender las dificultades que hay para ampliar su capacidad de intervenir en el sistema financiero.
Sus funciones son muy diferentes a las de la Reserva Federal o las del Banco de Inglaterra, ya que, aunque es el responsable de la emisi¨®n de euros, sus funciones de intervenci¨®n en el mercado est¨¢n limitadas al no poder comportarse como prestamista de ¨²ltima instancia. El BCE da facilidades de cr¨¦dito a los bancos siempre con los consiguientes avales o colateral y a un precio muy reducido. Tambi¨¦n est¨¢ comprando deuda soberana en el mercado secundario sin que est¨¦ muy claro si est¨¢ dentro de sus competencias. Y parece que su capacidad de intervenir est¨¢ m¨¢s en funci¨®n de la confianza y del benepl¨¢cito del Bundesbank; o, dicho de otra manera, de Alemania.
En esta situaci¨®n, resolver el problema de la deuda soberana no parece tanto un problema de reforma del Tratado que afecta a los Veintisiete, sino de llegar a acuerdos entre los 17 pa¨ªses de la Uni¨®n Econ¨®mica y Monetaria para modificar los estatutos del BCE y que este pueda cumplir con sus objetivos. La situaci¨®n es grave y urgente, y es probable que la ¨²nica v¨ªa para llegar a un acuerdo sobre la ampliaci¨®n de funciones del BCE sea asegurar el cumplimiento de la estabilidad presupuestaria en los Estados miembros, ya sea a trav¨¦s de un control de la Comisi¨®n y/o del Parlamento Europeo. Con un compromiso de intervenci¨®n del BCE en la deuda soberana, los precios podr¨ªan situarse en niveles asumibles y se podr¨ªa comenzar a pensar en impulsos al crecimiento. A m¨¢s largo plazo, habr¨¢ que avanzar y crear una autoridad econ¨®mica europea con un presupuesto federal que permita que la Uni¨®n Europea sea realmente una unidad econ¨®mica y no solo monetaria. La uni¨®n pol¨ªtica vendr¨ªa m¨¢s tarde.
Carmen Alcaide es analista y expresidenta del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE).
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