Suspenso general
Herv¨ªa de inquietud Europa con la (todav¨ªa) vaga promesa de una refundaci¨®n del euro patrocinada por el d¨²o din¨¢mico Merkel-Sarkozy cuando la agencia de calificaci¨®n financiera Standard & Poor's anunciaba con nocturnidad otra raci¨®n de apocalipsis. Amenazaba la calificadora con bajar la calidad de la deuda a todos los pa¨ªses del euro (incluidos Francia y Alemania) porque, dicen, aumentan las tensiones en la zona. Citan: m¨¢s endeudamiento, menos cr¨¦dito, m¨¢s riesgo de las deudas soberanas, desacuerdos pol¨ªticos, riesgo de recesi¨®n y mucho endeudamiento. Caen las agencias en el impulso man¨ªaco de ennegrecer lo que ya est¨¢ oscuro, como antes sacaban d¨®cilmente lustre a la prosperidad por el bien de sus beneficios. Incurren en el rid¨ªculo pascaliano de castigar a los ya castigados y tanta neurosis conduce a la sobreactuaci¨®n. Poco despu¨¦s de asustar con el rayo descalificador a toda Europa, S&P tronaba con rebajar el grado del Fondo de Estabilidad Financiera. Por amenazas que no quede. Si admiten sugerencias, que bajen uno o dos grados la calificaci¨®n de la bas¨ªlica de San Pedro, del Real Madrid o del Barcelona, del Festival de Eurovisi¨®n, de Bel¨¦n Esteban, de Mecano y del anticicl¨®n que, erre que erre, bloquea la lluvia en Espa?a. Suspenso general.
Con sus amenazas, S&P (las otras dos, a favor de la corriente, pronto seguir¨¢n el ejemplo) desaf¨ªa a la canciller alemana. Y no porque la agencia quiera rebajar la deuda de la gran Alemania, sino porque pretende competir en dureza con la hiperortodoxa Merkel (votos y control de la inflaci¨®n ¨¹ber alles). No saben los de Standard & Poor's con qui¨¦n quieren competir. Los pobres.
En el plazo que los analistas de S&P emplean en tartamudear dos razones para bajar nota, la canciller ha fustigado a varios Gobiernos por su despilfarro, desactivado la rebeli¨®n de los eurobonos, disciplinado al BCE y conducido de la oreja a Sarkozy a un euro nuevo y feliz. Y ahora, en broma, ?no es hora de olvidarse de sociedades que cobran por informar de la solvencia de activos y, en el ejercicio de su profesi¨®n, se tragaron las hipotecas basura, no detectaron la debilidad latente de las deudas soberanas y pasaron por alto los agujeros de los bancos?
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