Il Cavaliere, en Marsella; Il Professore, en Bruselas

La ¨²nica certeza que hab¨ªa anoche en la gigantesca sala de prensa del Justus Lipsius, la sede del Consejo donde se re¨²nen los l¨ªderes de la Uni¨®n Europea, es que, esta vez, Silvio Berlusconi no har¨ªa una de las suyas. Si en algo ha avanzado la decadente Europa en los ¨²ltimos meses, es en eso: la tercera econom¨ªa del continente ya no est¨¢ representada en las cumbres por aquel que ense?aba los cuernos en la foto de familia, lanzaba miradas lascivas a las primeras ministras escandinavas y hac¨ªa declaraciones negando la crisis y presumiendo de que los restaurantes est¨¢n llenos.

Lejos de los focos, el exprimer ministro italiano se tuvo que conformar con visitar ayer el congreso del Partido Popular Europeo en Marsella, donde por cierto no le cedieron la tribuna para hablar, y se tuvo que limitar a hacerlo en los pasillos. Parecer¨ªa que ha pasado un siglo desde que el magnate dirig¨ªa el Gobierno de la tercera potencia europea y la s¨¦ptima mundial. Pero no hace ni un mes. En Bruselas le sustituy¨® Mario Monti, el profesor impasible que en 17 d¨ªas ha dado la vuelta a la imagen internacional del Gobierno italiano y ha sido capaz de elaborar las reformas estructurales y el ajuste presupuestario que Europa exig¨ªa a Italia desde julio pasado.

El debut de Monti fue en realidad un regreso: Bruselas fue su casa durante diez a?os, mientras fue comisario de Mercado Interior y despu¨¦s de Competencia, y todav¨ªa tiene piso aqu¨ª. Seguramente es uno de los jefes de Gobierno que mejor conoce los entresijos europeos, y el que m¨¢s sabe de econom¨ªa.

Muchos conf¨ªan en que su experiencia, y la asombrosa serenidad que el cat¨®lico professore demuestra en la tribulaci¨®n, ayude a detener el descenso al infierno de Europa y a recuperar su perdida credibilidad. Desde Roma, el papa Benedicto XVI envi¨® un mensaje anunciando que reza a la Virgen para que los l¨ªderes lleguen a una soluci¨®n.