La divisi¨®n de la UE amenaza al euro
Las divergencias persisten en los Veintisiete sobre la f¨®rmula para adoptar mayor disciplina fiscal - Cameron amenaza con vetar la propuesta franco-alemana
Los l¨ªderes europeos iniciaron ayer la cumbre en la que se han puesto todas las esperanzas para salvar el euro con casi todos los frentes abiertos. Pese a lo dicho en los ¨²ltimos d¨ªas, se mantienen ciertas discrepancias en el seno de la zona euro, entre Francia y Alemania, y m¨¢s serias entre los pa¨ªses del euro y Reino Unido. Las distintas opciones de reforma del Tratado para fortalecer la disciplina fiscal con vistas a facilitar un mayor protagonismo del Banco Central Europeo (BCE) en el mercado de deuda segu¨ªan anoche pendientes de acuerdo. Las posibilidades de ampliar la capacidad de acci¨®n del fondo de rescate, el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), tambi¨¦n han aumentado, pero siguen existiendo discrepancias sobre los detalles entre Par¨ªs y Berl¨ªn, el n¨²cleo duro en el que se apalanca la reforma.
Sarkozy: "El riesgo de explosi¨®n es muy grande. No habr¨¢ otra oportunidad"
La reforma del Tratado desata las cr¨ªticas y el rechazo de la izquierda
Angela Merkel: "El euro ha perdido credibilidad y hay que recuperarla"
Alemania rechaza las propuestas financieras de Van Rompuy y Barroso
La nota m¨¢s positiva fue el amplio consenso sobre la propuesta de aumentar los recursos del Fondo Monetario Internacional con una dotaci¨®n de 200.000 millones -de los que 150.000 corresponden a la zona euro-, que ser¨¢n aportados por los bancos centrales europeos en forma de pr¨¦stamos bilaterales. Ello permitir¨¢ al FMI tener una presencia m¨¢s activa en las posibles ayudas que puedan precisar los pa¨ªses con dificultades en el mercado de deuda.
Ante las insistentes amenazas del primer ministro brit¨¢nico, David Cameron, de vetar un acuerdo a 27 si no consegu¨ªa m¨¢s poderes para proteger su industria financiera, la canciller alemana Angela Merkel casi descart¨® la posibilidad de llegar a un acuerdo a 27.
Con ello se un¨ªa a las advertencias expresadas poco antes por el presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy, quien defiende una mayor integraci¨®n de los pa¨ªses de la zona euro para salir r¨¢pidamente del atolladero si Londres insiste en mantener sus reservas.
La cuesti¨®n de fondo de la cumbre, lograr una mayor implicaci¨®n del BCE en el mercado de deuda, fue abordada en una reuni¨®n restringida previa entre el presidente del BCE, Mario Draghi, y los principales mandatarios europeos: el presidente del Consejo Europeo, Herman van Rompuy; el presidente de la Comisi¨®n Europea, Jos¨¦ Manuel Barroso; el del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, y Sarkozy y Merkel. Junto a la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, forman el llamado Grupo de Fr¨¢ncfort, que se ha convertido en el verdadero Gobierno en la sombra de la UE en lo que se refiere a la soluci¨®n de los problemas con la banca.
En la reuni¨®n se presion¨® a Draghi para una mayor implicaci¨®n del BCE, pero el presidente de la entidad ya hab¨ªa advertido pocas horas antes en Fr¨¢ncfort de que le hab¨ªan interpretado err¨®neamente quienes deduc¨ªan que un mayor rigor presupuestario permitir¨ªa una mayor intervenci¨®n.
Draghi apunt¨® al MEDE como el mecanismo adecuado para asistir a los pa¨ªses en apuros. Pero tampoco hubo buenas noticias para el MEDE. La propuesta de Van Rompuy y Barroso, que apostaba por convertir este fondo permanente en una instituci¨®n financiera que pudiera recibir fondos del BCE, sigue tropezando con el muro de Alemania, con el consiguiente disgusto de Sarkozy.
El presidente franc¨¦s, que no hizo declaraciones al llegar a Bruselas, aprovech¨® su presencia en el congreso del Partido Popular Europeo en Marsella para instar a los socios comunitarios a llegar a un acuerdo para salvar el euro. De lo contrario, "no habr¨¢ una segunda oportunidad", hab¨ªa advertido.
Las discrepancias entre Par¨ªs y Berl¨ªn se materializaron en la insistencia de Merkel en acometer la reforma del Tratado de la forma m¨¢s profunda posible. Merkel insisti¨® en la v¨ªa de la penitencia por los pecados del pasado. "El euro ha perdido credibilidad y hay que recuperarla dentro de la zona euro", dijo. "Pero para esto hay que dejar claro que aceptamos m¨¢s disciplina. Son los 17 los que deben hacerle un favor a los Veintisiete. Si conseguimos que sean 17 m¨¢s X se ver¨¢ en las negociaciones. Lo importante es que logremos avanzar hacia una Uni¨®n m¨¢s estable".
La reforma del Tratado ha despertado sin embargo numerosas cr¨ªticas entre los sectores socialistas y la izquierda. La oposici¨®n socialista francesa y alemana se ha mostrado en contra, y en el Parlamento Europeo surgi¨® una rebeli¨®n encabezada por el heterog¨¦neo grupo Spinelli, formado por distintas familias pol¨ªticas, que amenaz¨® con llevar la reforma al Tribunal de Justicia.
Existen serias dudas sobre la forma final en que se plantear¨¢ la reforma del Tratado. La propuesta de refuerzo de la disciplina fiscal a trav¨¦s de un primer paquete de medidas por la v¨ªa r¨¢pida planteada por Herman van Rompuy ha topado con el rechazo de Alemania. Berl¨ªn defiende una reforma profunda de los tratados para apostar por una uni¨®n fiscal y laboral y por que el euro tenga un presidente permanente.
"El riesgo de explosi¨®n de Europa nunca ha sido tan grande", afirm¨® Sarkozy. "Tenemos pocas semanas para decidir porque el tiempo corre en nuestra contra. Si no nos ponemos de acuerdo en esto, me temo que no nos pondremos de acuerdo en nada", dijo. "Debemos reformar Europa, debemos repensarla. Si no tenemos el coraje de hacerlo, la gente se rebelar¨¢ contra nosotros", a?adi¨®.
Barroso se mostr¨® abierto a la reforma pero siempre que los Estados est¨¦n preparados, porque un proceso de revisi¨®n, dijo, es siempre complejo. Insisti¨® en que "es esencial garantizar el papel de la Comisi¨®n Europea, del Tribunal de Justicia y del Banco Central Europeo".
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