Francisco Guerra, el m¨¦dico exiliado que triunf¨® en EE UU
Ense?¨® Farmacolog¨ªa en la Universidad de Yale y public¨® m¨¢s de 70 libros
La primera vez que o¨ª hablar del doctor Francisco Guerra, a¨²n vivo Franco, fue por boca de Eulalio Ferrer, el escritor, mecenas y empresario santanderino que se exili¨® en M¨¦xico con apenas 20 a?os, huyendo de la venganza segura de los vencedores de la guerra incivil. Ferrer hab¨ªa regresado por primera a su tierra a¨²n vivo Franco y hac¨ªa el recuento de quienes a¨²n no se atrev¨ªan a regresar. A ¨¦l le hab¨ªa garantizado la seguridad el periodista falangista Rodrigo Royo. "Si regresas, no ser¨¢s molestado". Nada m¨¢s pisar Santander, Ferrer se dio cuenta de que era seguido por la polic¨ªa incluso al cementerio local, adonde el publicista y acad¨¦mico de la Lengua en M¨¦xico acudi¨® el primer d¨ªa para desparramar claveles en la campa donde los asesinos de la posguerra arrojaban a sus v¨ªctimas como a animales, por miles. "?Qu¨¦ hace usted?", le increp¨® el vigilante. "Echo claveles sobre mi tumba". "?Pero usted est¨¢ vivo!". "S¨ª; pero si no llego a irme, estar¨ªa enterrado aqu¨ª".
Ferrer contaba que los secretas iban a quedarse pasmados cuando esa misma tarde fue llamado al Gobierno Civil, no para ser torturado, sino para dar conversaci¨®n al gobernador, informado de la biograf¨ªa del visitante por Fraga Iribarne. "L¨¢stima que no ocurra con todos", escribi¨® m¨¢s tarde. Entre los "todos", nombr¨® al doctor Guerra, tambi¨¦n c¨¢ntabro. "A¨²n no puede volver; a lo mejor hay que esperar a que le den un Nobel", sentenci¨®. Los dos hab¨ªan estado recluidos por los franceses en el campo de concentraci¨®n de Argel¨¨s-sur-Mer antes de poder llegar a M¨¦xico. Ferrer escapaba de una muerte segura por haber sido secretario general de las Juventudes Socialistas en Santander. Guerra se pon¨ªa a salvo por agitador universitario en la Segunda Rep¨²blica, por ejercer de m¨¦dico en el frente republicano y por desempe?ar una jefatura en el hospital de Montju?ch, en Barcelona.
Francisco Guerra P¨¦rez-Carral falleci¨® hace una semana en Madrid, a los 95 a?os. Hijo de un ilustrado comerciante de Torrelavega, la segunda ciudad de Cantabria, ten¨ªa dos doctorados en Medicina, m¨¢s otros en Ciencias, Historia y Filosof¨ªa. Destac¨® sobre todo en la especialidad de Farmacolog¨ªa, que ense?¨® en la Universidad de Yale, entre otros centros de referencia. Setenta libros dan cuenta de un prestigio mundialmente reconocido. Doctor honoris causa por varias universidades, fue presidente de la Sociedad Internacional de Historia de la Medicina.
Ya en Espa?a tras la ca¨ªda de la dictadura, fue el primer profesor em¨¦rito de la Universidad de Alcal¨¢. La cesi¨®n de 5.000 vol¨²menes de su biblioteca cient¨ªfica a la Universidad Complutense, con incunables del siglo XV al XX, fue reconocida por esta instituci¨®n en 2007 con la edici¨®n del libro Biblioteca ejemplar: tesoros de Francisco Guerra, y un nutrido homenaje. El escritor Jos¨¦ Ram¨®n Saiz destaca entre sus libros, como "una obra ingente", La medicina en el exilio republicano (2003), en cuya introducci¨®n Guerra expresa esta idea, 75 a?os despu¨¦s de la tragedia incivil: "Ya es tiempo de que se conozca la verdad, la que se ha venido ocultando tras la versi¨®n oficial de los vencedores. Solo con toda la verdad se sabr¨¢ que los republicanos espa?oles, sobre los que se vertieron insultos sin cuento, lucharon fieles a una bandera por unos ideales democr¨¢ticos m¨¢s all¨¢ de toda esperanza, y en el exilio, a pesar de su extrema penuria, lograron resurgir y contribuyeron a la prosperidad de los pa¨ªses de acogida, con un trabajo honrado y fecundo, en el que destacaron los m¨¦dicos".
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