"El director dictatorial ya es historia"
El joven percusionista Andr¨¦s Salado vuelve a la orquesta que le vio crecer. Esta vez para dirigirla
"Pase lo que pase, avanti", dec¨ªa Andr¨¦s Salado en la primera lectura con la Joven Orquesta de la Comunidad de Madrid (Jorcam)del programa de m¨²sica contempor¨¢nea que ejecutar¨¢n el martes en el Auditorio Nacional. El director, de 28 a?os, es amable en el gesto y benevolente desde el podio. Como ¨¦l mismo dice, "ser un buen director lo da la experiencia". ?l empez¨® pronto, cuando su madre le regal¨® una batuta por Reyes a los ocho a?os. "He dirigido a las grandes orquestas del mundo con los discos de la Deutsche Grammophon en el sal¨®n de mi casa", comenta entre risas el director.
Ha habido otros directores percusionistas antes que ¨¦l, entre ellos Simon Rattle, el responsable de la Filarm¨®nica de Berl¨ªn. "La percusi¨®n te da un gran sentido del ritmo y eso es fundamental para un director de orquesta: unificar y saber mandar", explica. Otro de sus referentes tambi¨¦n ha estado recientemente a la cabeza de la orquesta berlinesa: el espa?ol Pablo Heras Casado.
Este concierto con la Jorcam es para Salado un reencuentro: hace a?os que fue percusionista con la hermana peque?a de la orquesta de la Comunidad. "Recuerdo una Sexta de Chaikovski en la que yo tocaba los timbales. Llor¨¦ mientras tocaba. No fue solo por la m¨²sica, fue por los compa?eros, por todo... Estar en una orquesta joven es una experiencia de vida y de crecimiento a trav¨¦s de la m¨²sica", comenta el director. Y las defiende a capa y espada. "Aunque muchos docentes se empe?en en lo contrario, en que tienes que concentrarte en tu formaci¨®n como m¨²sico y cumplir un programa; yo solo estoy de acuerdo a la mitad", comenta.
Durante los ensayos, Andr¨¦s resopla e hincha los carrillos instintivamente cuando tiene que decir a los violonchelos que la nota que viene ha de ser fuerte y seca. El programa lo intimida y a los j¨®venes de la orquesta tambi¨¦n: m¨²sica contempor¨¢nea de cinco compositores madrile?os. Salado admite que ama la m¨²sica actual pero que, a veces, le da dolor de cabeza. "Hoy en d¨ªa todo est¨¢ permitido. Nos refugiamos en el clich¨¦ de que, como es m¨²sica contempor¨¢nea, todo vale. Hay que tener una gran experiencia para evaluar qu¨¦ es bueno y qu¨¦ no, es algo m¨¢s conceptual. Amo la m¨²sica contempor¨¢nea, pero hay veces que a los directores nos toca dirigir mucha m¨²sica que no deber¨ªa llegar a los escenarios", explica.
No es el caso. Para este concierto, la orquesta ha encargado cinco piezas de las cuales cuatro son estrenos absolutos. S¨ª es cierto que no hay nada nuevo bajo el sol, y que en la obra de Sergio Blardony est¨¢ esa angustia que plasm¨® Schonberg en su Pierrot Lunaire, y en la pieza de Juan Carlos Cuello hay algo del salvajismo que inaugur¨® La consagraci¨®n de Stravinski. "En Madrid hay buenos compositores. Tenemos grandes creadores que est¨¢n estudiando fuera de Espa?a, como Jos¨¦ Pablo Polo o Germ¨¢n Alonso. Son j¨®venes y se equivocan, pero los j¨®venes tenemos derecho a equivocarnos y a aprender de esas equivocaciones", sentencia Salado.
Sus indicaciones provocan sonrisas tras los atriles. Tiene una actitud conciliadora ante la orquesta, y eso se debe a su juventud y a los tiempos que vivimos. "Karajan, Bernstein o Kemplerer han sido directores de un siglo, una historia y un estilo de vida que ya no nos pertenecen. Pueden volver modas, pero la imagen de director dictatorial ha pasado a la historia, porque ya no es necesario. Yo sonr¨ªo porque lo siento, no estoy fingiendo", explica.
Lo que no deja de lado es su responsabilidad frente a la orquesta. En los ensayos sofoca el des¨¢nimo de los j¨®venes: "No os preocup¨¦is, en las orquestas profesionales las primeras lecturas siempre son un desastre", explica. Y vuelta a empezar.
Andr¨¦s Salado es un chico normal: tiene un equipo con sus amigos con los que juega al f¨²tbol, le gusta ver series por la noche tirado en el sof¨¢, en especial The Walking Dead, y no comparte con algunos directores esa fijaci¨®n por hablar de interpretaci¨®n y de versiones de una misma obra cuando se ha bajado del podio. Su primera oportunidad vino cuando el director y compositor Jos¨¦ Luis Turina le coloc¨® a su lado en la Joven Orquesta Nacional de Espa?a (Jonde). A partir de ah¨ª llegaron las orquestas j¨®venes y luego las profesionales.
Su maestro, Miguel Romea, le dio una advertencia que porta como estandarte: "Que sepas que te metes en un mundo en el que vas a estar en un vag¨®n de una monta?a rusa. Y hay que ser consecuente en el ¨¦xito y en el fracaso". A¨²n est¨¢ aprendiendo, pero es uno de esos valores que dar¨¢n que hablar en los pr¨®ximos meses, cuando dirija a la Oviedo Filarmon¨ªa, a la Orquesta Sinf¨®nica de Tenerife, a la de Bilbao en marzo y, un mes despu¨¦s, a la Real Orquesta Sinf¨®nica de Sevilla. "No tengo metas, pero eso no significa que no tenga ambici¨®n. Me gustar¨ªa verme en una carrera internacional dentro de unos a?os, soy un todoterreno. Mi carrera empieza ahora", concluye.
Joven Orquesta de la Comunidad de Madrid. Martes 13 a las 19.30. Invitaciones en: www.amcc.jimdo.com
Unos inicios nada f¨¢ciles
- Salado comenz¨® su carrera en el seno de una familia musical. Su madre es viola de la Orquesta Nacional de Espa?a.
- Su primer solo con la Jorcam era un golpe de bombo en la Primera de Shostakovich. Se despist¨® y entr¨® tarde.
- Dirigi¨® su primera orquesta, la Iuventas, casi por casualidad, gracias a un amigo.
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