Vendo piso

En mi calle han cerrado dos inmobiliarias esta semana. Una l¨¢stima. El sector no levanta cabeza a pesar de que, dicen, el precio de la vivienda est¨¢ en ca¨ªda libre. Debe de ser un oficio muy complicado el del agente inmobiliario, yo no servir¨ªa para trabajar bajo la presi¨®n de un sueldo tan oscilante. Adem¨¢s, hay que tener un dominio absoluto del arte de las medias verdades. No es f¨¢cil, oiga usted, encontrar las palabras adecuadas para alabar un cuchitril. S¨®lo he visto contrincantes dignos en el mundo de la pol¨ªtica. Es fascinante sentarse a leer anuncios inmobiliarios y jugar a descifrar eufemismos. Yo a veces lo hago. En estos anuncios no existe la literalidad. No es lo mismo decir "nuevo" en un contexto inmobiliario que decirlo cuando hablas de ropa interior. Si alguien que al alquila su piso te dice que es un edificio nuevo, puede estar refiri¨¦ndose perfectamente a 1990 y nadie le acusar¨ªa de mentir. Si dicen que es un piso c¨¦ntrico no significa que est¨¦ en el centro, sino que puedes ir andando al centro. Esto es as¨ª y as¨ª es. Est¨¢ establecido, nadie lo cuestiona y nadie se sorprende de ello.

Adem¨¢s, estos anuncios est¨¢n llenos de palabras en clave y pistas secretas que hay que saber descifrar. S¨®lo un ojo entrenado sabr¨¢ hacerlo. Pongamos algunos ejemplos. Si un anuncio dice que el piso es "ideal parejas" significa con seguridad que es demasiado peque?o para que vivan dos personas que no lo sean, pero que es demasiado caro para una sola persona. Si el anuncio dice "ideal estudiantes" significa que est¨¢ amueblado con los muebles de la abuela, espantosos y viejos, y que adem¨¢s el due?o no tiene la menor intenci¨®n de cambiarlos.

Yo nunca he entendido bien qu¨¦ sentido tienen estas medias verdades. Quiero decir, si te van a pillar en cuanto vean el piso, alma de c¨¢ntaro. Nunca una mentira tuvo las patas tan cortas. Una vez que el interesado llegue, puf, la media verdad deber¨ªa volatilizarse y dejar de mencionarse. Pues no, mire usted por d¨®nde. Es admirable la terqueza con la que los agentes inmobiliarios mantienen el tipo incluso con el cuchitril delante de las narices. Yo he llegado a sonrojarme. Me imagino que las dificultades que atraviesan les habr¨¢n agudizado el ingenio y el descaro. No olvidemos adem¨¢s que, desde hace unos a?os, internet les ha complicado a¨²n m¨¢s las cosas. Ahora cualquiera puede publicar su anuncio gratis. Cualquiera. Y tanto que s¨ª. Algunos anuncios son impagables y sus fotos, aut¨¦nticas odas al yopasodetodo: ese sal¨®n con las persianas bajadas, los restos de espaguetis con tomate en la mesa, una monta?a de ropa tirada en el suelo y el cubo de la fregona al fondo. Tentador. Muy tentador. P¨®ngame dos, haga el favor. Ni tanto, ni tan calvo.