Sin empujar
En el metro de Tokio existen unos empleados que se encargan de empujar a los sufridos ciudadanos dentro de los vagones con el fin de que quepan todos. Aqu¨ª carecemos de esos funcionarios y de esa sumisi¨®n tan oriental, y no estar¨ªamos dispuestos a consentirlo. O quiz¨¢s si, porque si nos cuentan un cuento chino que nos seduzca quiz¨¢s seamos capaces de admitir los empujones y mucho m¨¢s. Todo depende de la reiteraci¨®n y convicci¨®n con la que nos hablen los que nos mandan y de los trucos que usen para deslumbrarnos.
Ante el se?uelo maravilloso de la paz m¨¢s de uno nos dice que hay que empujar. Lo dice Urkullu y lo dice Eguiguren -este tambi¨¦n dice que hay que quemarse-, como si una paz civilizada pudiera conseguirse a base de empujones. Pero la paz muy pocas veces ha sido civilizada; es como su s¨ªmbolo, la paloma, que lo deja todo hecho un asco. La mayor parte de las veces la paz, ese concepto tan feliz, se ha impuesto a ca?onazos, pero goza de un pat¨¦tico prestigio en manos de sus publicistas. La paz m¨¢s famosa fue la romana, y la impon¨ªa sus legiones; luego ven¨ªan el Derecho, las v¨ªas, el circo, el orden, y despu¨¦s la pel¨ªcula La vida de Brian. Era una paz ¨²til y merec¨ªa la pena. La de Versalles fue muy malamente impuesta; fue el principio de otra guerra mucho peor. Es decir, contraproducente. As¨ª que, por favor, no se dejen seducir siempre por la paz y menos por una que necesita de empujones o salir chamuscados. Ni es un metro ni una carboner¨ªa. Hay tambi¨¦n quienes necesitan la paz para hacer ver la existencia de una guerra anterior, y una vez que la declaran justificar a los enemigos y ponerlos en libertad.
No se conformen con una paz -a empujones-, consecuencia de un falso conflicto, concepto exagerado para mayor gloria de un ag¨®nico terrorismo. Porque al paso alegre de la paz lo primero que hicieron es prohibir la presencia en el Ayuntamiento de los escoltas de los sufridos concejales amenazados de Andoain y Lasarte o que ahora Bildu pida a la Diputaci¨®n de ?lava que anule la subvenci¨®n a la Fundaci¨®n Fernando Buesa, exdiputado general asesinado por ETA. Mientras, el Gobierno vasco subvenciona una expedici¨®n a Irlanda del Norte de j¨®venes de Bildu, PNV y PSE para que se enteren lo que es la paz por aquellos andurriales y el lehendakari se molesta porque Amaiur no tiene grupo. No se dejen seducir.
No s¨®lo hemos alcanzado la paz, empujados, sino que m¨¢s parece les hayamos ofrecido la victoria. Mutaci¨®n nada nueva. Preston recuerda en su biograf¨ªa de Franco que, ante la campa?a de "25 A?os de Paz que le organizaba su ministro de Informaci¨®n Fraga, que deseaba apaciguar al r¨¦gimen, el dictador la transform¨® en "25 A?os de Victoria", con todos sus excombatientes desfilando por la Castellana record¨¢ndonos a los dem¨¢s nuestra derrota. Pero entonces sab¨ªamos distinguir entre lo que nos dec¨ªan y lo que en realidad pasaba. Eso lo hemos perdido.
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