Sangr¨ªa sin freno

La violenta destrucci¨®n de empleo es sin duda el principal problema econ¨®mico y social de Espa?a. Tras un primer semestre en que se hab¨ªa contenido la p¨¦rdida de puestos de trabajo, la segunda mitad de 2011 ha dejado un balance demoledor. El a?o pasado se perdieron 355.060 cotizantes a la Seguridad Social. Se trata del cuarto a?o consecutivo de p¨¦rdida masiva de empleos, un plazo en el que han dejado de cotizar 2,1 millones de personas. Eso ha provocado que la Seguridad Social entre en d¨¦ficit por primera vez desde 1999.

La ¨²ltima reforma laboral se ha mostrado ineficiente para reducir la segmentaci¨®n del mercado de trabajo y las figuras para incentivar la contrataci¨®n indefinida no han cuajado, mientras que la temporalidad sigue siendo la norma. La rigidez de la negociaci¨®n colectiva y del marco laboreal general, adem¨¢s, ha provocado que el ajuste ante la ca¨ªda de la demanda se haya producido casi en su totalidad mediante la destrucci¨®n de empleo y no a trav¨¦s de salarios, reducciones de jornada o modificaci¨®n de otras condiciones de trabajo.

Resulta perentorio hacer frente a esos problemas y los empresarios reclaman con urgencia una reforma laboral. Pero aunque en Espa?a haya un problema de normas laborales, lo hay tambi¨¦n de estructura productiva, de dimensi¨®n empresarial y de sequ¨ªa de cr¨¦dito. M¨¢s de la mitad del empleo perdido a lo largo de la crisis se ha concentrado en el sector de la construcci¨®n. Incluso en el ¨²ltimo a?o, de los 355.000 cotizantes perdidos, 226.000 pertenecen al sector de la construcci¨®n, pues a la crisis inmobiliaria se ha sumado ahora el par¨®n de la obra p¨²blica. En ese sentido, las medidas del Gobierno en favor de la construcci¨®n y en contra de la inversi¨®n en I+D tal vez den algo de respiraci¨®n asistida al sector del ladrillo, pero van en contra de un modelo m¨¢s s¨®lido de crecimiento. Por otro lado, la mortalidad empresarial ha sido mucho mayor entre las peque?as y medianas empresas, m¨¢s dependiente de unos grifos del cr¨¦dito cada vez m¨¢s cerrados. La clarificaci¨®n de los planes del nuevo Gobierno en materia financiera tambi¨¦n es urgente.

La reforma laboral no va a ser suficiente para frenar la p¨¦rdida de empleos en el a?o que comienza. Por contra, los recortes de gasto y la disminuci¨®n de la renta disponible por la subida de impuestos s¨ª que van a agravar la recesi¨®n econ¨®mica, de modo que la menor actividad se va a traducir en un agravamiento del problema del paro.

El ministro de Econom¨ªa, Luis de Guindos, ya ha advertido de que una destrucci¨®n de empleo como la vivida en los ¨²ltimos a?os pone en cuesti¨®n la sostenibilidad del Estado de bienestar. Tiene raz¨®n. Por ello, lo que se echa en falta por ahora en el nuevo Gobierno es una indicaci¨®n de qu¨¦ piensa hacer para poner freno a esa sangr¨ªa. De momento ha optado por la pol¨ªtica de recortes de urgencia, cuya necesidad nadie con sensatez puede negar, pero sin que se vea por ninguna parte ese plan general que Mariano Rajoy dec¨ªa que hac¨ªa falta cuando estaba en la oposici¨®n.