"La revoluci¨®n ha inspirado a artistas. A m¨ª me bloquea"
No la dejaron ser arquitecta y hoy es la primera fot¨®grafa profesional yemen¨ª
La casa de Boushra Almutawakel es un oasis en medio del conflicto que agita San¨¢. "Nos la ha dejado mi padre", se?ala la fot¨®grafa. Sin embargo, la mezcla de elementos tradicionales yemen¨ªes con otros occidentales en la decoraci¨®n, o las obras de pintores locales que cuelgan de las paredes, revelan el gusto de la artista. "Siempre me ha interesado el arte", apunta mientras sugiere que merendemos en el jard¨ªn bajo el ¨¢rbol junto al que se encuentran algunos de los juguetes de sus cuatro hijas.
Boushra naci¨® en 1969 en la casa de su bisabuela, en la ciudad vieja de San¨¢. Era una de esas casas de adobe con puntillas de yeso en las ventanas que reflejan la historia y la cultura de Yemen. Tal vez por ello desde peque?a quiso ser arquitecta. Pero aunque las actividades pol¨ªticas de su padre hicieron que durante su infancia la familia viviera en Egipto, EE UU y Francia, ese deseo choc¨® con la voluntad de su progenitor de mantenerla en casa. "Me dijo que si quer¨ªa ir a EE UU, ten¨ªa que estudiar Empresariales", recuerda sin aparente rencor.
"A pesar de mi vocaci¨®n, pens¨¦ que era mi oportunidad para crecer como persona y viajar antes de casarme, as¨ª que estudi¨¦ Empresariales", cuenta antes de precisar que la acompa?¨® su hermano. Fue entonces cuando canaliz¨® su inclinaci¨®n art¨ªstica hacia la fotograf¨ªa. "Hice un curso de blanco y negro, y me enamor¨¦", recuerda a la vez que ofrece un cuenco con exquisitos granos de granada albar.
Lo que empez¨® como un hobby pronto se transform¨® en una pasi¨®n. A su regreso a Yemen y mientras trabajaba como asesora educativa, empez¨® a exponer sus obras. Y a venderlas. En 1997 dej¨® su empleo y se consagr¨® en cuerpo y alma a la fotograf¨ªa. Hoy hay muchos j¨®venes fot¨®grafos, chicos y chicas, pero ella fue la primera fot¨®grafa profesional yemen¨ª.
Su matrimonio con un prometedor economista que ha llegado a viceministro de Finanzas no fren¨® su empe?o. "Aprovech¨¦ que en 1999 le dieron una beca Fullbright para estudiar fotograf¨ªa publicitaria", se?ala mientras el t¨¦ se va quedando fr¨ªo en la taza. "Aquello me encorset¨® un poco", admite. Su inter¨¦s no estaba en los anuncios sino en las personas, en particular las mujeres, sobre cuyos vestidos y velos tradicionales ha posado una mirada muy personal. Sus fotos se han exhibido en todos los pa¨ªses de la pen¨ªnsula Ar¨¢biga y en Reino Unido.
Ahora, sin embargo, la convulsa situaci¨®n pol¨ªtica, la revoluci¨®n como llaman en Yemen a la revuelta por el cambio, le est¨¢ pasando factura. "Desde febrero no he sido capaz de hacer nada. Otros artistas, sobre todo los j¨®venes, se sienten inspirados por la revoluci¨®n, pero yo me he bloqueado", confiesa. No obstante, se ha impuesto acabar varios proyectos que tiene entre manos, uno sobre el velo y otro sobre parejas interculturales. "Necesito hacerlo para no volverme loca", declara tras exponer la angustia que los bombardeos provocan en sus hijas.
A pesar del conflicto, se muestra convencida de que en Yemen "hay hambre de arte, en especial entre las nuevas generaciones. Sin duda, la prioridad es tener seguridad, comida y techo, pero a la vez hay una aproximaci¨®n distinta que en Occidente. Aqu¨ª el arte es parte de la vida. Se expresa en los dibujos de alhe?a, en la ropa, en la arquitectura. Los yemen¨ªes disfrutan con la poes¨ªa y con la m¨²sica", concluye.
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