La violencia sectaria se ceba con Irak
Decenas de chi¨ªes mueren en una oleada de atentados que despiertan el temor al estallido de una guerra civil, tres semanas despu¨¦s de la salida de los soldados de EE UU
Una oleada de atentados contra los chi¨ªes dej¨® ayer al menos 73 muertos y decenas de heridos en Irak. Los ataques, tres semanas despu¨¦s de la salida de las tropas estadounidenses, son algo m¨¢s que una muestra de la fr¨¢gil seguridad del pa¨ªs. Constituyen un sangriento mensaje a una comunidad cuya mayor¨ªa num¨¦rica le da el control del Gobierno, pero sobre todo al primer ministro, Nuri al Maliki, que est¨¢ utilizando la carta sectaria para agarrarse al poder. Revelan tambi¨¦n que la brecha entre sun¨ªes y chi¨ªes contin¨²a abierta nueve a?os despu¨¦s de que la invasi¨®n de Estados Unidos sacara a la luz el precario equilibrio confesional bajo la dictadura de Sadam Husein.
En el m¨¢s grave de los atentados, un terrorista suicida se hizo estallar en medio de un grupo de peregrinos que se dirig¨ªan a pie a la ciudad santa de Kerbala, para celebrar el duelo de Arbain, una festividad religiosa muy significativa en la que los chi¨ªes conmemoran la muerte de Husein, el nieto de Mahoma. El ataque, cerca de la ciudad de Nasiriya (a unos 300 kil¨®metros al sur de Bagdad), dej¨® 45 muertos y numerosos heridos, seg¨²n fuentes m¨¦dicas y policiales citadas por las agencias de noticias.
El primer ministro Al Maliki utiliza la carta sectaria para aferrarse al poder
La matanza se suma a las decenas de muertes de las ¨²ltimas semanas
Los sun¨ªes dicen que el primer ministro pretende apartarles del poder
La destituci¨®n de un vicepresidente sun¨ª desat¨® la actual embestida terrorista
Las im¨¢genes de televisi¨®n mostraban a familiares abrazando los cuerpos sin vida de j¨®venes que yac¨ªan cubiertos de sangre. Sus pertenencias esparcidas alrededor a?ad¨ªan desolaci¨®n a una escena que, no por repetida, deja de impresionar.
Culminaba as¨ª la horrible jornada que hab¨ªa empezado en la capital iraqu¨ª. A las siete de la ma?ana, dos explosivos, uno de ellos escondido en una moto y otro en una cuneta, hab¨ªan matado a otras 13 personas y herido a 37 m¨¢s en Ciudad S¨¢der, un inmenso suburbio situado al este de la capital iraqu¨ª. La polic¨ªa asegur¨® haber desactivado dos artefactos m¨¢s en las proximidades. Ciudad S¨¢der es el feudo del cl¨¦rigo radical M¨²qtada al S¨¢der (a cuyo padre hace referencia el nombre de este inmenso arrabal de dos millones de habitantes), un apoyo clave para el Gobierno de Al Maliki. Un par de horas despu¨¦s, dos coches bomba causaron al menos 16 muertos y 32 heridos en el barrio noroccidental de Kadhamiya, el principal santuario chi¨ª de Bagdad.
La matanza se suma a los 72 muertos de las ¨²ltimas semanas, en atentados similares y tambi¨¦n en zonas mayoritariamente chi¨ªes de Irak, y que han resucitado la pesadilla de la violencia sectaria que entre 2006 y 2007 estuvo a punto de sumir el pa¨ªs en una guerra civil. M¨¢s preocupante a¨²n, confirma los temores de que, tras nueve a?os de ocupaci¨®n, las divisiones sectarias contin¨²an siendo una amenaza para la estabilidad. Aunque nadie se ha responsabilizado de los ataques de ayer, la mayor¨ªa de los analistas apuntan hacia los insurgentes sun¨ªes pr¨®ximos a Al Qaeda, que ya reclamaron la autor¨ªa de la decena de bombazos del pasado 22 de diciembre.
"Estamos en el campo de batalla contra los terroristas... y contra los enemigos del proceso pol¨ªtico, as¨ª que no nos sorprenden estas explosiones. Estamos acostumbrados a sus operaciones", declar¨® el general Qasim al Musawi, portavoz militar de Bagdad, citado por la agencia Reuters. Tal vez para no agravar la herida, Al Musawi dijo que era pronto para saber qui¨¦n est¨¢ detr¨¢s de los atentados. "Intentan enfrentar a los iraqu¨ªes", resumi¨®.
La violencia solo puede reavivar la tensi¨®n entre chi¨ªes y sun¨ªes, ya elevada a ra¨ªz de la grave crisis pol¨ªtica que enfrenta a los principales grupos pol¨ªticos que les representan. Los pol¨ªticos sun¨ªes, agrupados bajo el paraguas del bloque intersectario Al Iraqiya, llevan meses denunciando que la obsesi¨®n de Al Maliki con los baazistas (simpatizantes del Partido Baaz de Sadam Husein, ilegalizado poco despu¨¦s del hundimiento del r¨¦gimen de Sadam Husein) es solo una tapadera para apartarles del poder. De hecho, la mayor¨ªa de los 600 detenidos recientemente bajo esa acusaci¨®n son sun¨ªes, la confesi¨®n a la que pertenec¨ªa el dictador depuesto y que se ha visto desplazada por el peso de los chi¨ªes. Al Iraqiya conden¨® en¨¦rgicamente los atentados antichi¨ªes.
Al Maliki, cuyos ramalazos autoritarios admiten incluso algunos de sus socios de coalici¨®n, ha agravado el contexto al ordenar hace unos d¨ªas la detenci¨®n del vicepresidente Tarek al Hachemi, un sun¨ª al que acusa de dirigir escuadrones de la muerte. Al Hachemi, el m¨¢s alto cargo de esa comunidad, ha encontrado refugio en la regi¨®n aut¨®noma de Kurdist¨¢n, cuya poblaci¨®n es tambi¨¦n mayoritariamente sun¨ª, aunque no ¨¢rabe como en el resto de Irak, y donde est¨¢ fuera del alcance de las fuerzas de seguridad estatales.
Al Iraqiya, el segundo grupo parlamentario a pesar de haber sido el m¨¢s votado en las elecciones de marzo de 2010, decidi¨® boicotear la C¨¢mara a partir del 18 de diciembre, precisamente el d¨ªa de la salida del ¨²ltimo soldado norteamericano, para protestar porque el primer ministro controla todos los puestos clave. Sus nueve ministros tampoco asisten a las reuniones del Ejecutivo. La inclusi¨®n de Al Iraqiya en la coalici¨®n de Gobierno se consider¨® clave para hacer part¨ªcipes a los sun¨ªes y evitar una vuelta al sectarismo que ha costado miles de vidas desde la invasi¨®n.
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