Bahr¨¦in anuncia una reforma para calmar las protestas
El rey Hamad de Bahr¨¦in anunci¨® ayer enmiendas constitucionales para ampliar las competencias de la C¨¢mara de Diputados, entre ellas la capacidad de controlar al Gobierno y los presupuestos. La medida trata de poner fin a la revuelta que desde febrero del a?o pasado sacude a esa isla-Estado, alentada por la mayor¨ªa chi¨ª de sus ciudadanos que se sienten marginados del poder. Sus palabras han quedado lejos de convencer a la oposici¨®n, que de inmediato las rechaz¨® como insuficientes.
"Nuestro pueblo ha dado muestras de su deseo de continuar las reformas. (...) Hoy completamos esa marcha con aquellos que tienen un deseo sincero y patri¨®tico de mayor progreso y reforma", manifest¨® el monarca sin hacer referencia al levantamiento popular que ha dejado al menos 35 muertos. La cifra, que puede parecer peque?a en comparaci¨®n con la de otras revueltas ¨¢rabes, resulta significativa en un pa¨ªs de poco m¨¢s de un mill¨®n de habitantes, de los que solo la mitad son nacionales, el 70% de ellos chi¨ªes.
Los cambios, a sugerencia de un di¨¢logo nacional que el soberano convoc¨® el a?o pasado, incluyen que la C¨¢mara pueda cuestionar a los ministros y retirar la confianza al Gabinete. Quedan sin embargo muy lejos de las aspiraciones de la oposici¨®n, cuyo principal grupo pol¨ªtico, el Wefaq (chi¨ª) abandon¨® aquella cita y el Parlamento en protesta por la represi¨®n al movimiento democr¨¢tico. Tampoco mencionan al primer ministro, un t¨ªo del rey, que lleva en el puesto desde la independencia del pa¨ªs en 1971 y al que muchos consideran responsable directo de la represi¨®n.
"Cambios marginales"
Matar Matar, un exdiputado del Wefaq, calific¨® las reformas de "marginales". Los partidos est¨¢n t¨¦cnicamente prohibidos en Bahr¨¦in y se denominan asociaciones pol¨ªticas. Lo que Wefaq y otros que apoyan la revuelta piden es que el Gobierno refleje el resultado de las elecciones, algo que dar¨ªa a los chi¨ªes puestos clave.
Ah¨ª entra en juego la delicada situaci¨®n regional que ha puesto a ese peque?o reino, base de la V Flota estadounidense, en la l¨ªnea de frente en la lucha por la influencia entre el Ir¨¢n chi¨ª y una Arabia Saud¨ª furibundamente sun¨ª. Tanto la monarqu¨ªa saud¨ª como sus parientes bahrein¨ªes ven la mano del r¨¦gimen teocr¨¢tico iran¨ª tras la movilizaci¨®n popular que se inici¨® el 14 de febrero del a?o pasado bajo el influjo de la primavera ¨¢rabe.
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