Los mormones acarician la Casa Blanca
Romney, favorito en la carrera republicana, profesa una religi¨®n que muchos estadounidenses consideran una secta
Por primera vez en la historia, un morm¨®n tiene serias opciones de aspirar a la presidencia de Estados Unidos. Mitt Romney ha ganado dos primarias y tiene ventaja en las encuestas. Las dudas sobre su conservadurismo o la p¨¦rdida de empleos provocada por su compa?¨ªa de inversi¨®n de riesgo son importantes escollos. Pero de todos los obst¨¢culos, el m¨¢s grande puede ser su religi¨®n. Uno de cada cinco norteamericanos dice que no votar¨ªa a un candidato morm¨®n. Casi la mitad de la poblaci¨®n ni siquiera sabe si son cristianos.
A los siete millones de mormones de EE UU se les ha criticado hist¨®ricamente por ser conspirativos, pol¨ªgamos y racistas. Los recelos perviven. En noviembre, una encuesta del Instituto de Investigaci¨®n de la Religi¨®n P¨²blica revel¨® que un 40% de los ciudadanos de EE UU no ver¨ªa con buenos ojos a un presidente de esa religi¨®n. Seg¨²n otro sondeo, de Gallup, de junio, el 22% no votar¨ªa a alguien de esa fe. Hay un 49% de norteamericanos que no tiene claro si la religi¨®n mormona es cristiana o no, seg¨²n un informe publicado el jueves por el centro Pew.
El 22% de los norteamericanos no votar¨ªa a un candidato morm¨®n
Romney, temeroso de despertar recelos, evita hablar de su fe
Romney avanza en la carrera para alzarse como candidato republicano a la Casa Blanca. Gan¨® el caucus de Iowa, con una diferencia de s¨®lo ocho votos respecto al exsenador Rick Santorum. En la segunda cita electoral, la de New Hampshire, logr¨® tambi¨¦n el primer puesto, pero con una mayor¨ªa m¨¢s holgada, de 16 puntos. La media de encuestas que efect¨²a Real Clear Politics le otorga una ventaja de 4,7 puntos en Carolina del Sur, un Estado cuyas primarias se celebran el s¨¢bado. Si logra otra victoria all¨ª, se consolidar¨¢ como favorito.
Pese a que en EE UU solo se confiesan mormones esos 7 millones de creyentes, de un total de 300 millones de habitantes, en esta contienda electoral, Romney no es el ¨²nico morm¨®n. Jon Huntsman, que qued¨® tercero en New Hampshire, tambi¨¦n lo es.
Romney es muy devoto. Fue l¨ªder de su parroquia cuando viv¨ªa en Belmont, Massachusetts. En la iglesia mormona, los obispos pueden casarse. Romney, casado y con cinco hijos, fue obispo de Cambridge y de Belmont, y presidi¨® la di¨®cesis de Boston. Los mormones, de muy j¨®venes, viajan a lugares lejanos para predicar su fe. Suelen pasar dos a?os lejos de sus familias, con muy limitado contacto con ellas, pag¨¢ndose su manutenci¨®n. En 1966, Romney evangeliz¨® en Francia, y visit¨® ocasionalmente Espa?a.
A pesar de que muchos votantes evang¨¦licos la consideran una secta, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los ?ltimos D¨ªas (su nombre formal) s¨ª que se define como cristiana. Pero a?ade a la lista de profetas al suyo propio: Joseph Smith, un buscador de tesoros nacido en Vermont en 1805 que dijo haber recibido la visita de un ¨¢ngel que le entreg¨® unas tablas de oro, escritas en "egipcio reformado", que dec¨ªa que se hablaba en la Am¨¦rica antigua. Smith las tradujo y el resultado fue el Libro de Morm¨®n, publicado en 1830. Este libro -tachado de incongruente por los historiadores- es, para los mormones, una a?adidura crucial a la Biblia.
En ¨¦l se narra que una tribu perdida de Israel surc¨® el Atl¨¢ntico 600 a?os antes de la era cristiana. Habit¨® en Am¨¦rica y se le apareci¨® Jesucristo resucitado. Aquella tribu pronto cay¨® en una lucha cainita, que protagonizaron dos castas: nefitas y lamanitas. A estos ¨²ltimos, Dios les castig¨® con tener la piel oscura, por apartarse de ¨¦l. Tras siglos de lucha, los lamanitas exterminaron a los nefitas. Y de ah¨ª viene, para los mormones, la raz¨®n por la cual el hombre blanco lleg¨® en 1492 a un continente habitado por ind¨ªgenas, tocados por el mal.
Esa doctrina sirvi¨® tambi¨¦n para que los mormones rechazaran, entre 1849 y 1978, a los negros como sacerdotes. "Otras iglesias estadounidenses tambi¨¦n tienen una historia irregular con el racismo", explica Scott Gordon, presidente de FAIR, organizaci¨®n de defensa mormona. "Primero aceptamos a los negros en el sacerdocio en 1830, algo muy diferente a lo que suced¨ªa en las dem¨¢s iglesias. Pero el segundo presidente de la iglesia, Brigham Young, decidi¨® seguir a otras religiones y no permitir que los negros accedieran al sacerdocio".
En el XIX, los mormones se organizaron como comunidad, y de la costa atl¨¢ntica emigraron al Medio Oeste, de donde fueron expulsados con violencia. Una turba aniquil¨® al profeta Smith en 1844. Luego huyeron a Utah, territorio entonces despoblado, donde se asentaron y se armaron. Lejos de Washington, comenzaron a vivir como su dios se lo hab¨ªa indicado. El profeta Young anunci¨® en 1852 que la poligamia era parte central de su religi¨®n. Su predecesor, Smith, hab¨ªa tomado a 30 esposas.
Como la poligamia era ilegal en la mayor¨ªa del pa¨ªs, el Gobierno federal acus¨® a los mormones de rebeld¨ªa. El profeta Young, cuya idea era fundar una teocracia en Utah, mostr¨® en repetidas ocasiones su beligerancia. "Cualquier presidente de EE UU que levante un dedo contra estos fieles morir¨¢ antes de tiempo", dijo en una ocasi¨®n. Amenaz¨® tambi¨¦n con hacer de Utah "una naci¨®n independiente". El presidente James Buchanan lleg¨® a mandar a 2.500 soldados a controlar la insurrecci¨®n, en lo que se conoci¨® como la guerra mormona, que se sald¨® con la muerte de 120 civiles a manos de los mormones.
Finalmente, el profeta Wilford Woodruff desautoriz¨® la poligamia en 1890. Hoy, la Iglesia mormona se organiza de forma piramidal, como la cat¨®lica. Hay un presidente en Utah, que ahora es Thomas S. Monson, que act¨²a como profeta y enviado de dios a la Tierra. Normalmente, los sacerdotes deben obediencia a los dictados del profeta. Esto ha creado numerosas dudas sobre si un jefe de Estado morm¨®n deber¨ªa someterse al dictado de su l¨ªder espiritual.
"Creemos que cuando dios ordena algo, su pueblo debe ser obediente", explica Allen Wyatt, vicepresidente de FAIR, que combate mitos sobre el mormonismo. "Pero los l¨ªderes pol¨ªticos que son mormones no tienen por qu¨¦ asumir las opiniones de sus l¨ªderes religiosos". En este asunto, Romney se enfrenta al mismo problema que ya vivi¨® en 1960 John Kennedy, primer presidente cat¨®lico. Hubo dudas entonces sobre su supuesta sumisi¨®n moral al Papa de Roma. Finalmente gobern¨® con independencia. Desde la Iglesia mormona se dice que en este caso suceder¨ªa lo mismo. Romney, temeroso de despertar recelos, no ha dicho nada de su fe.
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