Cristiano replica a su manera
El portugu¨¦s intenta redimirse con un gol explosivo
Jos¨¦ Mourinho cifr¨® la clave del ¨²ltimo cl¨¢sico en Liga en la falta de eficacia de sus delanteros, y mencion¨® especialmente a Cristiano Ronaldo. Vino a decir el entrenador del Madrid que el Bar?a hab¨ªa ganado (1-3) porque su atacante de referencia no hab¨ªa marcado los goles que normalmente hace. El comentario coincidi¨® con uno de los momentos de mayor fricci¨®n entre la hinchada del Bernab¨¦u y su ¨ªdolo. La gente resolvi¨® acabar la velada dedic¨¢ndole un par de pitadas a Cristiano. Le reprocharon, m¨¢s que su falta de acierto, su actitud extravagante, esa manera de actuar propia de un megal¨®mano obsesionado con cosas banales. El chico, que es muy sensible a los est¨ªmulos externos, abandon¨® el estadio desolado. Desde entonces se le vio como abrumado. Jug¨® mal, se obcec¨®, y de vez en cuando puso caras largas. Hasta ayer. Poco m¨¢s de un mes despu¨¦s de su crisis con la hinchada se redimi¨® en el mismo escenario contra el adversario que tanto le preocupa. Acab¨® con su particular melancol¨ªa y lo hizo con sus armas. Con una carrera irrefrenable y un disparo tremendo ante Pinto, aunque insuficiente al final del partido.
Desde el ¨²ltimo cl¨¢sico le reprochaban su falta de acierto y su actitud
Chamart¨ªn se engalan¨® con su rutina habitual. Las banderitas de pl¨¢stico ondeando al viento, la muchedumbre enton¨® sus viejos c¨¢nticos, y, con la excepci¨®n del Fondo Sur, predominaron m¨¢s los rumores que el aliento decidido. El p¨²blico ignor¨® a los particulares. Al contrario que en Old Trafford, donde cada hombre tiene su himno, en el Bernab¨¦u no se acostumbran estas vanidades. Son excepcionales y Cristiano no es la excepci¨®n. La afici¨®n se mantuvo expectante y celebr¨® su gol como el de cualquiera.
El remate de Cristiano fue el ¨²nico disparo del Madrid en todo el primer tiempo, contra tres tiros a puerta del Bar?a: dos que sac¨® Casillas y otro que peg¨® en la cruceta. Fue la clase de gol que suele bendecir las t¨¢cticas con sello de autor. Mourinho dise?¨® un plan reactivo. No pretendi¨® provocar los errores del Bar?a tanto como esperar a que sucedan para lanzar los contragolpes. El ¨²nico que concluy¨® con un tiro fue el que acab¨® en gol. La funci¨®n de Cristiano mientras tanto consisti¨®, b¨¢sicamente, en vigilar a Alves desde el carril del diez, apostado en su propio campo.
Criticado por su falta de eficacia, la estrella portuguesa del Madrid replic¨® con un disparo y un gol. Cien por cien de efectividad al cabo de una de sus maniobras caracter¨ªsticas: carrera, recorte y remate. Fue un gran gol, una acci¨®n aislada, una efusi¨®n de talento en un Madrid que estuvo m¨¢s pendiente de otras cosas. Y que al final volvi¨® a caer ante el Barcelona.
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