El Madrid se ensucia para nada
Mourinho planta las trincheras pero el Bar?a, sin su mejor versi¨®n, gana de nuevo a un rival m¨¢s rancio que nunca
El Madrid no da con el remedio. Ha probado casi todas las p¨®cimas, salvo desplegar sin ataduras a todos sus ilustrados, pero ni as¨ª encuentra el antivirus ante el Bar?a. Ni siquiera el defensivo, que es el ¨²nico que busc¨® anoche en su envite m¨¢s rancio en d¨¦cadas y d¨¦cadas. Y lo que es peor para Mourinho, esta vez el Bar?a no necesit¨® ofrecer su mejor cat¨¢logo. Tampoco Messi. Nunca estuvo por debajo de un Madrid tan empeque?ecido desde el banquillo, pero, de menos a m¨¢s, ya en el segundo tramo el equipo catal¨¢n hizo prevalecer su af¨¢n innegociable por colonizar las victorias desde su idea seductora del juego.
Hace tiempo que los azulgrana tienen alquilado Chamart¨ªn, donde se encuentran como en su sal¨®n de t¨¦. El Madrid cambi¨® de jugadores, sembr¨® el campo de minas y tuvo un temprano gol regalado por Pinto. Lo mismo dio: abdic¨® de nuevo. Tampoco le bast¨® su molde m¨¢s industrial, el m¨¢s fe¨ªsta. Por ello fue una derrota deportiva y moral. De espaldas al juego para nada. El Bar?a es su pesadilla, porque vence y desnaturaliza a un rival que se abriga y abriga en contra de su historia. Hasta estos tiempos ese papel era el de todos sus contrarios. Tanto ha cambiado el relato que ante el Bar?a ahora es el Madrid de Mou el que incuba el miedo esc¨¦nico.
REAL MADRID 1- BARCELONA 2
Real Madrid: Casillas; Altintop, Carvalho, Sergio Ramos, Coentr?o; Xabi Alonso, Pepe (Granero, m. 80), Lass (?zil, m. 67); Cristiano Ronaldo, Benzema e Higua¨ªn (Callej¨®n, m. 67). No utilizados: Ad¨¢n; Marcelo, Albiol y Kak¨¢.
Barcelona: Pinto; Alves, Piqu¨¦, Puyol, Abidal; Xavi (Thiago, m. 86), Busquets, Iniesta; Alexis (Adriano, m. 82), Messi y Cesc (Cuenca, m. 89). No utilizados: Vald¨¦s; Mascherano, Dos Santos y Sergi Roberto.
Goles: 1-0. M. 10. Cristiano Ronaldo. 1-1. M. 48. Puyol. 1-2. M. 76. Abidal.
?rbitro: M. Fern¨¢ndez. Amonest¨® a Pepe, Piqu¨¦, Busquets, Coentr?o, Callej¨®n, Puyol y Carvalho.
Unos 85.000 espectadores en el Bernab¨¦u.
Con su t¨¢ctica, es ahora el Madrid de Mou el que incuba el miedo esc¨¦nico
A los azulgrana les bast¨® con no negociar su seductora relaci¨®n con el juego
Fue sincero el entrenador portugu¨¦s en la v¨ªspera. Reconoci¨® que a¨²n no hab¨ªa dado con la tecla ante el Bar?a, as¨ª que regate¨® la alineaci¨®n hasta el ¨²ltimo suspiro y rescat¨® otra partitura, la que m¨¢s congenia con su interpretaci¨®n de este juego. Mourinho fue m¨¢s Mourinho que nunca, esta vez ya sin concesiones al refinado gusto espa?ol. Es probable que en la previa rebobinara el duelo de Champions que le gan¨® a los barcelonistas con el Inter. El Madrid propuso sin rubor la misma receta: enclaustrarse en su propio campo. De sopet¨®n, rescat¨® a Carvalho, ausente desde el 27 de septiembre, tir¨® de Altintop, del que apenas hab¨ªa rastro desde su fichaje en verano, exili¨® a Marcelo, el lateral m¨¢s ofensivo, y adelant¨® a Pepe a la barricada central en detrimento de ?zil o Callej¨®n. Un solo empe?o: que el Bar?a no jugara y buscar alguna contra epis¨®dica. Guardiola solo mud¨® al portero. Los dem¨¢s, los del 1-3 de la Liga. Entonces, Vald¨¦s se hizo un nudo con los pies antes del primer minuto; anoche, a Pinto tambi¨¦n le fallaron las piernas. A la primera contra del Madrid, Alves dej¨® descolgado a CR, Piqu¨¦ le arrincon¨® llegado al ¨¢rea y tras el remate de zurda del portugu¨¦s la pelota encontr¨® una autopista entre las piernas del meta gaditano. Para defender el gol, el doble macizo ordenado por su t¨¦cnico.
La diana de CR no alter¨® en nada el guion. El Bar?a, paso a paso, intent¨® reconocerse entre las trincheras blancas, con Pepe de mariscal y Alonso en el permanente auxilio de Altintop frente a Iniesta. ?Desde el gol hasta su segundo asalto con veneno al ¨¢rea de Pinto -un cabezazo al poste de Benzema- pasaron 45 minutos! Mientras, el equipo barcelonista abanic¨® la pelota como acostumbra, pero con menos docilidad al inicio, y casi siempre en las zonas templadas. Dispuesto al tajo solo en su propio campo, el Madrid logr¨® deste?ir a su adversario. Sobre todo, cort¨® el hilo entre Messi y Cesc, el punto final del Bar?a de este curso. Los de Guardiola no encontraron el f¨²tbol recreativo que les ha encumbrado. Aun as¨ª, con el Messi m¨¢s p¨¢lido de los cl¨¢sicos, Casillas tuvo m¨¢s de un plano. Iniesta y Messi le probaron en el primer poste; Alexis cabece¨® al travesa?o y el volante manchego se qued¨® a un palmo del capit¨¢n madridista, pero fall¨® en el control orientado. Un notici¨®n al tratarse de Iniesta.
Llegado al descanso, sin haber descorchado lo mejor de su repertorio, el Bar?a ya hab¨ªa tenido a tiro al Madrid. Especialmente por la v¨ªa de Iniesta, sometido Alves por Cristiano, que, incluso con molestias f¨ªsicas, siempre fue una amenaza para los azulgrana. Tras el descanso, se venci¨® la resistencia local. La pelota se impuso, y por tanto gan¨® el Bar?a. Sin ella, el Madrid hizo un papel¨®n para nada. Mucho cubrirse la espalda para luego encajar su quinto gol consecutivo por v¨ªa a¨¦rea. Tanto taparse ante Messi para sucumbir ante Puyol y Abidal.
Como el f¨²tbol es el arte de lo imprevisto, el Bar?a equilibr¨® el marcador de la forma m¨¢s inopinada. En su caso, el gol suele ser hijo de su f¨²tbol y su mejor f¨²tbol llega con la pelota en rodaje. No hay suerte del juego que m¨¢s desprecie que el c¨®rner. A Xavi le dio por lanzar uno en largo en siglos, y Puyol, como si se tratara de la semifinal mundialista ante Alemania, vol¨® por Madrid para cabecear el empate ante Casillas. Como al f¨²tbol tambi¨¦n le distingue la espontaneidad y el azar, no todo queda supeditado al panel de mandos del banquillo. Pepe, el destinado a arrestar a los azulgrana, estaba en la Luna en el empate azulgrana. Su sesteo le destempl¨®. No son nuevos sus cortocircuitos. Su versi¨®n matonista en nada beneficia a ning¨²n futbolista, pero mucho menos a alguien con tantos recursos como este central. De trifulca en trifulca, termin¨® por pisar una mano a Messi cuando este estaba tendido en el suelo. El ¨¢rbitro, dado al politiqueo, no dio una coartada a Mou, y Pepe se fue con una sola tarjeta, la que se gan¨® por un pisot¨®n al empeine a Busquets -excelente toda la noche- en el primer acto. Carvalho tambi¨¦n sali¨® ileso de varios atropellos temerarios.
Con la vena camorrista de Pepe, que dar¨¢ la vuelta al mundo, el Madrid, ya muy superado, quiso poner el duelo en combusti¨®n. No lo logr¨® porque en la noche de lo improbable el Bar?a venci¨® con otro defensa. Messi, en su mejor recado, habilit¨® a Abidal con un gran pase, un gol para profundizar en los desvelos del Madrid e igualar la historia: de los 216 cl¨¢sicos disputados, 86 victorias para cada uno. La vida, el f¨²tbol, son ciclos. Este es blaugrana y el Madrid debiera sopesar si le merece la pena ensuciar su historia para cambiar esta historia.
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