Un antes y un despu¨¦s para tirios y troyanos
Internautas y creadores debaten sobre el sonado cierre del portal de descargas
A vueltas con lo que es pirater¨ªa o intercambio de cultura, si es el cierre de Megaupload otro intento infructuoso de ponerle puertas al campo. Enrique Dans, bloguero y profesor del Instituto de Empresa, apunta: "Discutir sobre la legalidad de Megaupload es como arbitrar un partido de f¨²tbol desde el sof¨¢: por un lado, no se puede juzgar el caso leyendo ¨²nicamente la demanda de la acusaci¨®n. Por otro, ya tendr¨¢ Megaupload buenos abogados que la defiendan". Y asegura que en el fondo, la clausura afecta a la industria negativamente: "?Se va a vender m¨¢s m¨²sica o va a ir m¨¢s la gente al cine porque se haya cerrado Megaupload? ?Cu¨¢ntas pruebas son precisas para entender eso de las puertas y el campo, y que una red dise?ada para resistir una guerra nuclear no puede bloquearse eliminando uno de sus nodos?". Para Dans ese uso del FBI "como polic¨ªa del copyright al servicio de la industria del entretenimiento" aviva la batalla "y lanza m¨¢s basura a la verdadera discusi¨®n: que el sistema de derechos de autor basado en la copia y en la econom¨ªa de la escasez es absurdo".
Todo lo contrario que Octavio Dapena, director de EGEDA, Entidad de Gesti¨®n de Derechos de los Productores Audiovisuales, que ve esta actuaci¨®n como la m¨¢s importante a la pirater¨ªa. "Egeda tiene un servicio de prevenci¨®n del fraude de obras audiovisuales en Internet, por el cual se han solicitado, tan solo en el ¨²ltimo a?o, la retirada de m¨¢s de treinta mil obras audiovisuales subidas a Internet sin autorizaci¨®n de los titulares de derechos. De las cuales exactamente el 50% de ellas se hallaban alojadas en servidores de Megaupoad y Megavideo". Antonio Guisasola, el presidente de PROMUSICAE, la patronal de la industria discogr¨¢fica, se pregunta por la legalidad de un negocio "sustentado en enriquecerse a costa de permitir el acceso indiscriminado, cobrando, claro est¨¢, a contenidos creados por otros, cuando estos creadores, con todo el derecho del mundo, no lo olvidemos, no quieren que se acceda a ellos de esta manera sino a trav¨¦s de los servicios legales existentes que s¨ª les retribuyen". Jos¨¦ Manuel Tourn¨¦, director general de la Federaci¨®n para la protecci¨®n de la propiedad intelectual, comenta que sencillamente se han aplicado las leyes vigentes. "Lejos del absurdo debate de la ley SOPA y de la comparaci¨®n de la misma con la legislaci¨®n espa?ola, la llamada ley Sinde, la actuaci¨®n judicial contra Megaupload aplica el ordenamiento jur¨ªdico de Nueva Zelanda, Alemania o Estados Unidos con normas que habilitan medidas para perseguir a quien roba un contenido ajeno y lo explota para hacer con ello su negocio".
Pedro P¨¦rez, presidente de FAPAE, asociaci¨®n de productores de Espa?a, dice que as¨ª se arranca un debate fruct¨ªfero: "Viendo las reacciones no he visto la ferocidad que se han dado en anteriores ocasiones con casos similares. Habr¨¢ un antes y un despu¨¦s de esta actuaci¨®n. Abre un enriquecedor debate, que creo que por fin no estar¨¢ distorsionado, sobre hasta d¨®nde llega la propiedad de los productos culturales. Porque a los defensores del todo gratis en Internet hay que decirles que no, que algunos se lucran con ello, y, m¨¢s a¨²n, los m¨¢ximos responsables de Megaupload. En ese sentido, destacados defensores de la gratuidad cultural en Internet cuidan su propiedad intelectual, y hasta blindan sus productos cuando los venden en la web". Otro hombre de la industria del cine, Juan Carlos Tous, presidente de la web de descargas legales Filmin, sigue el mismo razonamiento: "No es la soluci¨®n definitiva, se abrir¨¢n otros portales, pero es un avance, porque hoy en muchas casas se hablar¨¢ de esto. Mucha gente empezar¨¢ a pensar sobre lo que est¨¢ haciendo, y en el futuro antes de soltar 20 euros reflexionar¨¢ sobre a qui¨¦n paga".
Julio Alonso, fundador y consejero delegado de Weblogs S. L., comenta que hay que leerse bien la demanda y que existen dos aspectos m¨¢s a considerar: "El primero, la indefensi¨®n de los clientes de Megaupload que pagaron por un servicio legal cuando lo contrataron y que han subido contenidos propios perfectamente leg¨ªtimos que ahora han perdido. Cerrar todo el sitio me parece desproporcionado. El segundo aspecto es el impacto que pueda tener el cierre en el comportamiento de los usuarios finales. Hay infinidad de otros sitios de descarga directa y tambi¨¦n otros m¨¦todos de descarga de contenidos. No creo que sea cortapisa suficiente para que una buena parte de la poblaci¨®n mantenga sus h¨¢bitos cambiando de herramienta".
?Y los creadores? Para Manuel Guti¨¦rrez Arag¨®n, cineasta, "la manera de preservar la libertad en Internet", que le parece sagrada, "es eliminar la pirater¨ªa". El dise?ador Javier Mariscal asegura: "El poder econ¨®mico est¨¢ cada vez m¨¢s establecido y atenta no solo contra la libertad en Internet, sino en general contra la libertad de crear". Otro cineasta, Jos¨¦ Luis Garc¨ªa S¨¢nchez, matiza. "Est¨¢ bien que se regule el tema de las descargas ilegales, no puede ser que unos cuantos se forren esquilmando el trabajo de los dem¨¢s. Pero si hay que proteger el derecho de los autores, tambi¨¦n es siniestro el derecho de los productores de enterrar una pel¨ªcula y no permitir su difusi¨®n". Sabino M¨¦ndez, m¨²sico y portavoz de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) conf¨ªa en el sentido com¨²n de la gente. "Cualquier ciudadano de a pie puede saber qu¨¦ pr¨¢ctica es leg¨ªtima y cu¨¢l no. Tiene que ser consciente de ello, darse cuenta de c¨®mo esta la regulaci¨®n e informarse antes para no liarla".
El novelista Lorenzo Silva, uno de los pioneros en Espa?a en la venta de su obra a trav¨¦s de Internet, se muestra indignado: "Basta ya de idioteces. El due?o de Megaupload
es un perista de toda la vida de Dios, un se?or que se dedica a vender objetos robados. Yo vendo mis e-books baratos y los vender¨ªa m¨¢s barato si pudiera. Regalo 3.000 p¨¢ginas en mi web, pero porque yo lo decido". El autor de best sellers Juan G¨®mez-Jurado teme futuras represiones: "Todo lo que un usuario suba a la Red acabar¨¢ pasando por un censor. Caminamos hacia el l¨¢piz rojo en Internet. S¨ª, el due?o de Megaupload era un perista, el problema es que en la franja gris donde ¨¦l se mov¨ªa nos van a atrapar al resto". Finalmente, otro escritor, Manuel Vicent: "Es como si entraras al Corte Ingl¨¦s y cada uno pudiera llevarse los libros, pel¨ªculas y o discos que quisiera sin pagar. ?Qu¨¦ ocurrir¨ªa?".
Con informaci¨®n de Antonio Fraguas, Rosa Jim¨¦nez Cano y Mauricio Vicent.
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