La solvencia de Andaluc¨ªa
En este mismo mes el Gobierno de la naci¨®n tuvo que acudir en auxilio de la Generalitat valenciana ante la incapacidad de ¨¦sta para hacer frente al pago de un cr¨¦dito concedido por el Deutsche Bank por importe de 140 millones de euros. Con buen criterio, el ministro de Hacienda y Administraciones P¨²blicas argument¨® que el Estado no iba a permitir que ninguna comunidad aut¨®noma entrara en suspensi¨®n de pagos, porque las comunidades aut¨®nomas tambi¨¦n son Estado y la suspensi¨®n de pagos de una de ella afectar¨ªa a la solvencia de este.
Estamos ante una situaci¨®n de emergencia, con ca¨ªdas en la producci¨®n y el empleo y, como consecuencia de ello, con reducci¨®n de los ingresos y aumentos de los gastos de todas las Administraciones p¨²blicas. No hay ning¨²n nivel de gobierno, municipal, auton¨®mico o estatal, que no se encuentre en una situaci¨®n dif¨ªcil, aunque no todos los municipios ni todas las comunidades aut¨®nomas se encuentren en la misma situaci¨®n. El Gobierno de la naci¨®n lo sabe, porque los datos de todos los municipios y de todas las comunidades aut¨®nomas obran en su poder. Puesto que el Estado espa?ol tiene compromisos contra¨ªdos con el exterior y de manera muy especial con la Uni¨®n Europea, y tiene que responder de esos compromisos como un solo Estado, independientemente de la distribuci¨®n territorial interna del poder, es obvio que tiene que vigilar las cuentas de los dem¨¢s niveles de gobierno, porque el d¨¦ficit del Estado es el d¨¦ficit del conjunto de las Administraciones p¨²blicas.
Tiene sentido, en consecuencia, que el ministro de Hacienda y Administraciones P¨²blicas se ocupe de la situaci¨®n financiera de las comunidades aut¨®nomas y municipios y que garantice que a ninguna Administraci¨®n p¨²blica se la va dejar que entre en suspensi¨®n de pagos. La semana pasada hizo llegar esa garant¨ªa a las comunidades aut¨®nomas en el Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera, y el pasado mi¨¦rcoles hizo lo propio con los municipios (El PA?S, 26 de enero).
Lo que no tiene sentido es que, estando en estas, se haya lanzado desde el Gobierno de la naci¨®n un ataque a la comunidad aut¨®noma de Andaluc¨ªa, poniendo en cuesti¨®n la solvencia de dicha comunidad. Empez¨® la vicepresidenta en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Continu¨® Crist¨®bal Montoro con las referencias a que Andaluc¨ªa ten¨ªa que poner su casa en orden. Y finaliz¨®, por el momento, Javier Arenas en el debate que se celebr¨® el mi¨¦rcoles en el Parlamento de Andaluc¨ªa, en el que de manera reiterada intent¨® sembrar dudas acerca de la solvencia de Andaluc¨ªa.
Hay elecciones el 25 de marzo, pero la cita electoral no solo no justifica un comportamiento de esta naturaleza, sino que, muy al contrario, deber¨ªa descartarlo por completo. Andaluc¨ªa est¨¢ en una situaci¨®n dif¨ªcil, pero en t¨¦rminos relativos, es decir, en comparaci¨®n con las dem¨¢s comunidades aut¨®nomas, no est¨¢ mal. Aqu¨ª no se han dejado de pagar n¨®minas, impuestos y gastos de Seguridad Social, como ha ocurrido en Catalu?a, ni se ha dejado de pagar a las farmacias, a los colegios concertados o los centros de atenci¨®n a discapacitados y otros muchos m¨¢s, como est¨¢ ocurriendo en la Comunidad Valenciana.
No hay ni un solo dato que justifique las palabras de la vicepresidenta, del ministro y del presidente del PP andaluz. La comunidad aut¨®noma de Andaluc¨ªa no es menos Estado que cualquier otra comunidad aut¨®noma, aunque haya elecciones el 25 de marzo, y poner en duda su solvencia contribuye a poner en duda la solvencia del Estado. Lo menos que se puede exigir es que se tenga un m¨ªnimo respeto en las relaciones entre los distintos niveles de gobierno, porque al final nadie puede ir por libre. Y el Gobierno de la naci¨®n menos que nadie.
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