Bruselas admite nuevos retrasos en la soluci¨®n a la crisis de Grecia
Alemania afloja la presi¨®n para que Atenas ceda soberan¨ªa fiscal
Grecia sigue en el alero. No hay acuerdo para que la banca se rasque el bolsillo y asuma las p¨¦rdidas suficientes como para solucionar la crisis fiscal hel¨¦nica. No hay informaci¨®n sobre c¨®mo est¨¢ aplicando Atenas la tijera. No hay pacto entre los partidos pol¨ªticos griegos para poner en marcha nuevas reformas y garantizar la llegada de nuevas ayudas. No est¨¢ aprobado el nuevo plan de rescate, que podr¨ªa elevar el monto de las ayudas (ayudas a la europea: v¨ªa cr¨¦ditos) hasta los 145.000 millones de euros, seg¨²n las ¨²ltimas estimaciones. Nada. Nada de nada. El presidente de la Comisi¨®n Europea, Jos¨¦ Manuel Dur?o Barroso, admiti¨® ayer nuevos retrasos en la tantas veces aplazada soluci¨®n europea para Grecia, que puede estar lista, como pronto, "a mediados de febrero".
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Adi¨®s a las fechas l¨ªmites fijadas hasta ahora. Bruselas esperaba un acuerdo entre la banca y las autoridades europeas el 1 de febrero para cerrar los dem¨¢s acuerdos cuanto antes: el monto de las nuevas ayudas y las medidas de austeridad que se le pedir¨¢n al Ejecutivo griego a cambio. Hasta hace poco, las l¨ªneas maestras de ese pacto con la banca pasaban por reducir la deuda griega en 100.000 millones, lo que supon¨ªa p¨¦rdidas para la banca del 50%. Pero la situaci¨®n fiscal de Grecia y su recesi¨®n son peores de lo esperado, y tanto Atenas como Berl¨ªn presionan para que la banca arrime m¨¢s el hombro, con unas p¨¦rdidas -que en realidad son menor beneficio del esperado- del 70%. La banca se niega. Y esa negativa es la clave de b¨®veda que retrasa todo lo dem¨¢s.
Pero el dinero ha dejado de ser ya el ¨²nico problema. La interminable crisis griega es ya tan pol¨ªtica como econ¨®mica. Y la m¨¦trica de esa crisis incluye versos sueltos de lo m¨¢s extravagantes: Alemania afloj¨® ayer en su pol¨¦mica propuesta de este fin de semana, basada en nombrar un comisario europeo para Grecia con poder de veto sobre todas sus decisiones de gasto. El rechazo de la gran mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos y la reacci¨®n visceral de Atenas -esa idea "es producto de una imaginaci¨®n enfermiza", lleg¨® a decir la ministra griega de Educaci¨®n, Anna Diamantopoulos-, provocaron que la canciller Angela Merkel diera marcha atr¨¢s.
Esa propuesta alemana es, de facto, una cesi¨®n de soberan¨ªa fiscal sin precedentes en la Europa de posguerra. La idea "solo es posible si Grecia y otros pa¨ªses entran en el debate sin pol¨¦micas, de forma constructiva", concedi¨® Merkel a su entrada en la cumbre. "Es un debate muy emocional", dijo anoche para justificar ese cambio de tono. Pero si Alemania no quer¨ªa una trifulca, lo que ha sucedido es todo lo contrario. La mayor¨ªa de los pa¨ªses se han opuesto, con m¨¢s o menos intensidad, a esa medida.
Grecia, que supone apenas el 2% del PIB de la eurozona, fue el detonante de la crisis fiscal europea, hace ya m¨¢s de dos a?os. Y sigue siendo un campo de minas a pesar del cambio de Gobierno -un tecn¨®crata, Lucas Papademos, sustituy¨® al socialista Yorgos Papandreu-, a pesar de los esfuerzos por embridar el d¨¦ficit, a pesar de los cr¨¦ditos de la Uni¨®n y del FMI. O tal vez por ellos: esas supuestas ayudas se concedieron a intereses elevados y a cambio de draconianos planes de austeridad que han sumido a Grecia en una grave recesi¨®n. El Ejecutivo est¨¢ pendiente de aprobar una nueva ronda de reformas, que incluyen una reducci¨®n del salario m¨ªnimo y la retirada de las pagas extra en el sector privado.
Fuentes de la UE y del FMI reiteraron ayer que el acuerdo con la banca sobre Grecia est¨¢ pr¨®ximo, pero Barroso admiti¨® que ya no se cerrar¨¢ en tiempo y forma: la fecha l¨ªmite te¨®rica es ma?ana, 1 de febrero. Los l¨ªderes europeos quieren que la banca acepte por la deuda griega nuevos bonos con tipos de inter¨¦s inferiores al 4% para dar aire a Atenas, pero el sector financiero no est¨¢ dispuesto a aceptar cifras tan bajas.
Parad¨®jicamente, si al final se alcanza un acuerdo tambi¨¦n habr¨¢ da?os colaterales: Portugal. Recesi¨®n galopante, ning¨²n atisbo de recuperaci¨®n, escasas probabilidades de cumplir con los dur¨ªsimos objetivos de d¨¦ficit, prima de riesgo por las nubes: cada vez hay m¨¢s indicios de que Portugal sigue, a distancia, el camino a Grecia. Todo ese riesgo se traduce en un dato: la deuda portuguesa a 10 a?os marc¨® ayer un nuevo r¨¦cord, al pagar intereses de m¨¢s del 17%. Alemania, el pa¨ªs m¨¢s seguro, paga en torno al 2%.
Los analistas aseguran que el incendio portugu¨¦s se reaviva por varias razones: la agencia Standard & Poor's rebaj¨® hace un par de semanas al pa¨ªs a bono basura, lo que ha provocado una brusca salida de dinero de los grandes inversores; adem¨¢s, el mercado se cubre del miedo al contagio que puede llegar si finalmente se reestructura la deuda griega, por el temor a que con Portugal suceda algo parecido, pese a que la UE no se cansa de decir que Grecia es un caso ¨²nico.
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