La reina de la tortilla
Empez¨® haciendo a mano 40 tortillas de ma¨ªz al d¨ªa y ahora fabrica cinco toneladas al mes. Delfina Solorio surte a todos los mexicanos de Madrid
El n¨²mero 4 de la calle de Santa Matilde, en Cuatro Caminos, esconde el tesoro m¨¢s preciado para los mexicanos que viven en Madrid: la f¨¢brica de La Reina, que elabora tortillas de ma¨ªz que saben igual a las que se comen en M¨¦xico. "Empec¨¦ jugando y ya no quiero jugar", resume Delfina Solorio, la reina madre. De hacer 40 tortillas a mano cada d¨ªa en su piso, ahora tiene una f¨¢brica con tres de sus hijos en la que produce cinco toneladas de tortillas mensuales. Tambi¨¦n hace tamales (Delfina elabora 800 cada semana) y huaraches (una tortilla m¨¢s alargada). "Ya no cabemos, as¨ª que nos vamos a expandir al piso de abajo", explica Adriana Aceves, una de sus hijas, que se encarga de la administraci¨®n y cuenta que el a?o pasado las ventas crecieron un 50%. Por eso compraron hace meses una segunda m¨¢quina que les debe llegar pronto.
Cada tarde, antes de irse, alguno de los hijos deja remojando en agua hirviendo granos de ma¨ªz con cal viva. A la ma?ana siguiente lavan los granos ya cocidos (nixtamal) y los muelen para formar una harina que se mezcla con agua. La proporci¨®n es clave y cada d¨ªa lo hacen a ojo: si tienen demasiada agua, la masa queda chiclosa y se pega a la prensa; si tiene mucha harina, las tortillas se desmoronar¨¢n al doblarlas. La masa se prensa y pasa por tres bandas (hacen un ruido ensordecedor) en las que se cuece hasta que est¨¢n listas para comer. "Hablamos mucho con los clientes que nos dicen qu¨¦ le falta a la tortilla para ser como las de all¨¢", afirma Alberto, que supervisa las operaciones diarias y tambi¨¦n hace de manitas: las m¨¢quinas, fabricadas en M¨¦xico, no soportaban bien el cambio al voltaje de Espa?a y en los primeros meses quemaron tres motores. El tornero del barrio conoce bien a los Aceves Solorio que, de vez en cuando, le piden que fabrique una pieza a medida.
Luis, el hijo que se encarga de las relaciones p¨²blicas de La Reina (www.lareinadelastortillas.com), fue el primero de la familia que lleg¨® a Espa?a en 2004. Su madre, que se acababa de divorciar, vino a Espa?a a verlo y una noche la invit¨® al restaurante mexicano en el que trabajaba. Ella pidi¨® un taco al pastor que le sirvieron en una tortilla de trigo, en vez de en una de ma¨ªz. Un sacrilegio en M¨¦xico. "Luis trabajaba en el restaurante y yo de floja en la casa", recuerda Delfina sobre su llegada a la capital, as¨ª que al d¨ªa siguiente le dijo: "Oye, por qu¨¦ no te hago paquetitos con maseca (harina de ma¨ªz preparada) y te llevas a la taquer¨ªa. Y ah¨ª empec¨¦, haciendo 40 tortillas cada d¨ªa a mano", cuenta. Entre los restauradores mexicanos no tard¨® en correrse la voz de que una se?ora hac¨ªa tortillas de ma¨ªz.
Dos a?os despu¨¦s lleg¨® otra hija, Adriana, y se mudaron a un piso de tres habitaciones, aunque alquilaban dos de ellas. Cada d¨ªa hac¨ªan 3.000 tortillas a mano. "Las coc¨ªamos en una paellera y luego las pon¨ªamos a enfriar en la mesa del comedor", recuerda Adriana. Luis las distribu¨ªa por la ciudad en metro con un carrito de la compra. El negocio crec¨ªa y ese a?o constituyeron una empresa. El exesposo de Delfina -que tiene una cremer¨ªa en Atotonilco El Alto, Jalisco- les financi¨® la m¨¢quina y dos restauradores mexicanos (de la Taquer¨ªa El Alamillo y de La Mordida) les prestaron dinero para alquilar y acondicionar la f¨¢brica.
"?ramos como sus conejillos de indias. Nos daban a probar y les dec¨ªamos qu¨¦ le faltaba. Nunca fueron tan malas como ellos dicen. Pero es que son muy exigentes", recuerda Rita S¨¢nchez, propietaria de El Alamillo hasta el a?o pasado y due?a de una tienda de productos mexicanos, La Canasta (Segovia, 15), donde venden las tortillas de La Reina. S¨¢nchez, pionera en la restauraci¨®n mexicana en Espa?a, no lo dud¨® cuando le pidieron ayuda: "Cre¨ªan en su proyecto y les estaba yendo bien. Los admiro porque son una familia unida, muy trabajadora".
La actividad en la f¨¢brica no para en todo el d¨ªa. Adem¨¢s de la m¨¢quina hay que atender a la gente que se acerca todos los d¨ªas a comprar tortillas (a tres euros el paquete de 25). Muchos son espa?oles y Delfina explica sonriente, uno de sus triunfos: "Ya no piden tortitas; saben que aqu¨ª hacemos tortillas como las de M¨¦xico". Palabra de reina.
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