De c¨®mo M y F me han quitado del f¨²tbol
Mi pareja es barcelonesa y muy del Bar?a, y durante a?os, cada vez que hab¨ªa un enfrentamiento entre su equipo y el Real Madrid, nuestra buena relaci¨®n se ve¨ªa moment¨¢neamente en peligro. Alguna ocasi¨®n ha habido en que hemos evitado hablarnos un d¨ªa o dos, hasta que se hubiera disipado el mal humor de quien hubiera saboreado la derrota, sobre cuya justicia o injusticia sol¨ªamos discrepar, como es natural. Eran fechas delicadas. Ahora ya no lo son, y me parece que ella echa de menos la antigua tensi¨®n, los viejos piques, tengo la impresi¨®n de que se divierte menos sin ellos, pese a los enfurru?amientos pasajeros a que daban lugar. "Hace mucho que no te concentras antes de los partidos", me reproch¨® hace poco, justo antes del de ida de los cuartos de final de Copa, en Chamart¨ªn. "No es culpa m¨ªa, sino de Mourinho", le contest¨¦. "Con ¨¦l ya s¨¦ lo que va a pasar", y le pronostiqu¨¦ un 1-2, de la misma manera que en el anterior choque de Liga le hab¨ªa vaticinado un 1-3. Ambos resultados se cumplieron, quiz¨¢ deber¨ªa jugar a las quinielas o apostar en Internet.
"Me cuesta anhelar la victoria no del Madrid, sino de quien se va a apropiar de ella
Hace casi nueve meses que publiqu¨¦ aqu¨ª mi ¨²ltimo art¨ªculo futbolero, titulado "Un cham¨¢n de feria". Entre otras cosas, dec¨ªa en ¨¦l de Mourinho: "... un entrenador omnipotente, omnipresente y malasangre, un quejica que acusa a otros siempre, un individuo dictatorial, ensuciador y enredador, sopor¨ªfero en sus declaraciones, nada inteligente, mal ganador y mal perdedor ..." M¨¢s adelante, el excelente periodista John Carlin coment¨® que en su momento le hab¨ªa parecido excesivo lo de "nada inteligente", pero al final de su columna ten¨ªa la gentileza de reconocer que me asist¨ªa la raz¨®n y que hab¨ªa visto esa carencia antes que muchos. Carlin, sin embargo, ha reivindicado m¨¢s de una vez, con humor, la figura de Mourinho como fuente inagotable de entretenimiento y diversi¨®n, tanto para los periodistas como para los lectores y espectadores. Tal vez est¨¦ en lo cierto, pero no s¨¦ si compensa a quienes nos hemos tomado en serio el f¨²tbol y al equipo de nuestros amores desde la infancia, con esa seriedad que los ni?os ponen siempre en sus juegos, como si supieran que en ellos empiezan a ejercitarse para la vida y las relaciones con los dem¨¢s, tambi¨¦n para la ¨¦tica y la moral.
S¨ª, hace tiempo que no me "concentro" antes de los partidos, porque me cuesta anhelar la victoria no del Madrid, sino de quien se va a apropiar de ella si se produce, y con ella se va a fortalecer. Mourinho, lo habr¨¢n notado, habla s¨®lo en primera persona de singular: "He ganado t¨ªtulos en cuatro pa¨ªses ...", "He obtenido tantas Ligas y tantas Copas de Europa ...", como si ¨¦l hubiera saltado al campo y los jugadores no contaran en absoluto. Es obvio que s¨®lo le importa su palmar¨¦s personal, nunca el de los clubs que lo contratan, meros soportes suyos. A m¨ª no me cabe duda de que sus pasados triunfos han sido a pesar de ¨¦l, por la bondad de los futbolistas o por casualidad (del mismo modo que fue una casualidad que Grecia ganara una Eurocopa, hace no demasiados a?os, prueba irrefutable de que el azar tambi¨¦n interviene en este juego, como en todos). No me cabe duda de que es muy mal entrenador y de que no sabe de f¨²tbol, como queda demostrado en cada enfrentamiento con el Barcelona, y van ... Escribo esto cuando a¨²n no se ha disputado la vuelta de la eliminatoria de Copa en el Camp Nou, pero tanto da. Y me reafirmo en mi idea de que no es nada inteligente, o, si quieren ustedes convertir esta frase en afirmativa, no ser¨¦ yo quien se lo impida.
Am¨¦n de todo esto, y en consonancia con ello, a Carlin no le falta raz¨®n: Mourinho resulta involuntariamente c¨®mico, lo peor que le puede ocurrir a quien se tiene a s¨ª mismo en un altar. Seg¨²n cr¨®nica de Diego Torres en este diario, la cabeza visible del actual Real Madrid (no lo es Florentino, rebajado a Presidente m¨¢s pusil¨¢nime y agravioso de la historia del club) acus¨® a su plantilla de haber vuelto en mal estado de forma de las vacaciones navide?as, de haberse dedicado a viajar y a comer en casa de los padres, los abuelos y los t¨ªos, y la amenaz¨® con denunciar en p¨²blico a los culpables: "Dar¨¦ los nombres a la prensa", les dijo. Si a¨²n les queda algo de sentido del humor en medio de tanto avinagramiento, me imagino que los futbolistas se debieron de tronchar de risa. "Huy qu¨¦ miedo, mira c¨®mo tiemblo", pensar¨ªan todos y cada uno. L¨¢stima que Mourinho no cumpliera su amenaza, porque habr¨ªa sido de traca verlo sacar una lista y enumerar, por ejemplo: "Cristiano ha volado a las Maldivas y se ha atiborrado de turr¨®n; Casillas fue a cenar con padres y primos y se excedi¨® con los pi?ones; Ramos ha bailado en Triana y se hart¨® de pavo con sus abuelos". S¨ª, definitivamente Mourinho es pueril, por no decir el adjetivo que todos ustedes tienen ya en la cabeza. Arrastra por los suelos la imagen del Madrid, embrutece a los jugadores, los obliga a comportarse como desalmados y a jugar mucho peor de lo que saben, los tontifica y los envilece. Entre ¨¦l y su valedor Florentino -m¨¢s bien ya su criado-, no me han quitado del f¨²tbol (el t¨ªtulo es una exageraci¨®n), pero s¨ª me han privado de la pasi¨®n por mi equipo. Y sin pasi¨®n, cr¨¦anme, se evaporan tres cuartos del gusto y de la diversi¨®n. A este paso ser¨¢n tambi¨¦n los culpables de que mi pareja me considere un sin sangre y un soso. Otra cosa m¨¢s que nunca les perdonar¨¦.
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