Rajoy juega a la contrarreforma
El PP borra cualquier resto de zapaterismo en solo un mes - La necesidad del Gobierno de eludir la econom¨ªa destapa una agenda muy conservadora
El PP ha llegado al poder con ganas de que se note. Y ya no queda pr¨¢cticamente nadie que no lo haya notado. Hace menos de dos semanas, en la primera comparecencia parlamentaria de Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, Ram¨®n J¨¢uregui, un hist¨®rico del PSOE siempre moderado y con buenas relaciones con la vicepresidenta, buscaba puntos de encuentro. Trataba de convencer al PP de que, por ejemplo, no revolucione RTVE y tampoco frene el desarrollo de la Ley de Memoria Hist¨®rica.
En la bancada del PP, como si a¨²n estuvieran en la oposici¨®n, empezaron los rumores. Cada vez estaban m¨¢s enfadados. "?Est¨¢n ustedes diciendo que RTVE no es ahora neutral?", se preguntaba J¨¢uregui. "Cierto", le contestaba Federico Trillo, un genuino representante del PP, que lo ha sido todo en el partido y ahora camina hacia la Embajada en Washington. Molesto con la sesi¨®n, Trillo sali¨® un momento al pasillo. "?Pero esto qu¨¦ es? ?Ahora nos van a contar que hay que seguir con la memoria hist¨®rica y que la RTVE de ahora es neutral? ?Para esto hemos ganado las elecciones con mayor¨ªa absoluta?", comentaba con su conocida iron¨ªa. Una muestra m¨¢s de las ganas que tiene el PP de darle la vuelta a todo lo que pueda.
En 2002, el PP pact¨® con el PSOE y con CiU el cierre de Zorita con 38 a?os
El PP asegura que solo est¨¢ cumpliendo su programa electoral
Rajoy desborda a Aznar por la derecha en el aborto, la nuclear y las costas
El deseo es acabar r¨¢pidamente con las huellas del zapaterismo
El presidente sigue concentrado casi exclusivamente en la econom¨ªa
Gallard¨®n, en un ministerio casi sin competencias, ha sacado la artiller¨ªa
Y puede mucho. En las ¨²ltimas dos semanas, los ministros han anunciado una catarata de reformas, muchas de ellas pensadas para satisfacer a la parte m¨¢s conservadora del partido, como la del aborto, la sustituci¨®n de Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa o el replanteamiento de la p¨ªldora del d¨ªa despu¨¦s, que acabar¨¢n r¨¢pidamente con algunos avances en cuestiones sociales del zapaterismo.
Otros, como el cambio de la pol¨ªtica ambiental y la Ley de Costas, la pr¨®rroga de vida de las nucleares y el anunciado cambio en el sistema de elecci¨®n del Consejo General del Poder Judicial, van mucho m¨¢s all¨¢ de lo que Aznar hizo en ocho a?os de Gobierno.
El PP sigue creyendo en la construcci¨®n en la costa para salir de la crisis. Ya lo dijo Javier Arenas, en presencia de Rajoy, en M¨¢laga: "Cu¨¢nto da?o se ha hecho con la demagogia de la guerra contra el ladrillo. Esta regi¨®n tiene la mejor zona residencial de Europa, no renunciamos a ese gran potencial".
En esa l¨ªnea, Miguel Arias Ca?ete solo necesit¨® dos semanas en el cargo para anunciar una reforma "muy profunda" de la norma para permitir que las casas construidas sobre la playa legalmente antes de 1988 y autorizar nuevos usos en primera l¨ªnea para "poner en valor" el litoral.
En ocho a?os, Aznar solo realiz¨® una reforma menor sobre la norma, ya entonces muy pol¨¦mica. Los ecologistas recuerdan con entusiasmo la gesti¨®n de su primer director general de Costas, Fernando Mar¨ªn. "Incluso pidi¨® que se parara la construcci¨®n en La Manga del Mar Menor", recuerda Pedro Garc¨ªa, de la Asociaci¨®n de Naturalistas del Sureste, un hist¨®rico defensor del litoral.
El anuncio no solo supera lo realizado entre 1996 y 2004, sino que va m¨¢s all¨¢ de lo que personas relevantes del PP sostuvieron en la oposici¨®n (aunque la pasada legislatura el PP pidi¨® cambiar la ley, el programa electoral ni mencionaba la norma). En diciembre de 2010, Jaime Garc¨ªa-Legaz, secretario general de FAES (hoy secretario de Estado de Comercio), escribi¨® un art¨ªculo en La Verdad de Murcia: "La Ley de Costas, aprobada en 1988, es una de las pocas normas que en Espa?a han concitado consenso pol¨ªtico. Aprobada por un Gobierno del PSOE y refrendada por el Gobierno del PP, ha servido y debe seguir sirviendo para preservar y mejorar el litoral espa?ol".
Hay m¨¢s ejemplos en los que Rajoy pasa por la derecha a Aznar (al menos a la gesti¨®n de Aznar). El 13 de septiembre de 2002, el Consejo de Seguridad Nuclear acord¨® que la nuclear de Zorita deb¨ªa cerrar en 2006, con 38 a?os de funcionamiento. El secretario ejecutivo de Econom¨ªa del PP, Vicente Mart¨ªnez-Pujalte, resalt¨® que la decisi¨®n se hab¨ªa tomado por "un acuerdo entre el PP, el PSOE y CiU". "Tem¨ªa a los ecologistas y por eso cerr¨® Zorita", recuerda una fuente que vivi¨® aquella negociaci¨®n.
En cambio, nada m¨¢s llegar a Industria, Jos¨¦ Manuel Soria ha impulsado la pr¨®rroga de vida de la nuclear de Garo?a hasta 2019, pese a que cumpli¨® los 40 a?os de vida para los que fue inicialmente dise?ada en 2011 y a que Zapatero fij¨® su fecha de cierre en 2013. La apuesta coincide con el freno en seco a las primas de las renovables (el sistema de incentivos lo ide¨® el PP en 1997).
Los motivos pol¨ªticos para esta catarata de anuncios son varios. Por una parte est¨¢ la necesidad de dar satisfacci¨®n a un colectivo, el m¨¢s conservador, el m¨¢s genuino del PP, indignado con las primeras medidas del Gobierno, las subidas de impuestos, que suponen un incumplimiento flagrante de sus promesas. El Gobierno empez¨® con muy mal pie con su electorado. As¨ª lo admiten en privado diversos dirigentes. Hasta Rajoy lo dijo en p¨²blico. "Y ya ver¨¢s cuando nuestra gente empiece a mirar su n¨®mina", suelen a?adir.
El Gobierno necesitaba cuanto antes dar satisfacci¨®n a su gente con medidas pensadas para su electorado m¨¢s fiel. Y parece que lo ha logrado, de momento: los medios conservadores est¨¢n exultantes con las ¨²ltimas reformas anunciadas. Las cr¨ªticas tampoco preocupan con una mayor¨ªa absoluta aplastante y el PSOE bajo m¨ªnimos. "Nos critican por hacer cosas los mismos que nos dec¨ªan que no ten¨ªamos programa", se defienden los populares ante el rechazo de la izquierda.
El segundo motivo pol¨ªtico de fondo son las malas noticias econ¨®micas. En la oposici¨®n, Rajoy sigui¨® una estrategia clar¨ªsima: solo hablaba de econom¨ªa. Era el paro y la crisis lo que m¨¢s preocupaba a los ciudadanos, y lo que iba a llevarle a La Moncloa. Y, pese al enfado de los sectores m¨¢s conservadores, que le ped¨ªan que ampliara su agenda y fuera m¨¢s contundente, sobre lo dem¨¢s o no hablaba o se manten¨ªa ambiguo. Ni siquiera quer¨ªa prometer abiertamente que derogar¨ªa la ley del aborto.
Las cosas han cambiado. Rajoy sigue hablando de econom¨ªa, pero ya no puede dar m¨¢s que malas noticias. Ahora el monotema de la oposici¨®n puede perjudicar al Gobierno. Recortes, subidas de impuestos, malos datos de paro...
El Ejecutivo necesita ampliar el debate, meter otros asuntos en la agenda, intentar diversificar para moverse con m¨¢s comodidad. En realidad, Rajoy sigue concentrado casi exclusivamente en la econom¨ªa, pero la agenda p¨²blica, con sus ministros desplegados, se difumina y eso le beneficia, analizan en su entorno.
Cuando estaba en la oposici¨®n, el PP aseguraba que los socialistas sacaban estos asuntos -lo dijeron sobre todo del aborto- para "distraer la atenci¨®n de la crisis". Ahora es el Gobierno del PP quien se apunta a esa estrategia. Cuesti¨®n de necesidades.
Por ¨²ltimo, hay una cuesti¨®n no menos importante. Durante las primeras semanas, los ministros no econ¨®micos estaban desfigurados. No ten¨ªan a¨²n perfil, aunque la mayor¨ªa son muy conocidos, como Alberto Ruiz-Gallard¨®n. Y todos han aprovechado sus comparecencias parlamentarias y sus primeras apariciones en los medios para buscar ese espacio.
El ejemplo de Gallard¨®n es el m¨¢s evidente. Aparcado en Justicia, un ministerio sin apenas competencias ni presupuesto -Defensa, que parec¨ªa su destino, es mucho m¨¢s rentable pol¨ªticamente- nada m¨¢s llegar ha sacado la artiller¨ªa del aborto o ahora de las bodas ante notario. Y tiene m¨¢s, como la reforma total de la forma de elecci¨®n del Poder Judicial y del Tribunal Constitucional, aunque la vicepresidenta se le adelant¨® anunci¨¢ndolo ella. La elecci¨®n de los 12 vocales Poder Judicial volver¨¢ a ser competencia de los jueces. As¨ª, ser¨¢ el propio sector (mayoritariamente conservador) quien elija a los vocales del organismo. Ese sistema estuvo en marcha hasta 1985. En 1980, en las primeras elecciones, la Asociaci¨®n Profesional de la Magistratura (conservadora) cop¨® los 12 cargos. Ni siquiera Aznar se anim¨® a volver a la elecci¨®n ¨²nicamente por los jueces. En 2001, PP y PSOE pactaron un modelo en el que los jueces propon¨ªan a 36 candidatos y las C¨¢maras eleg¨ªan a 12. ?ngel Acebes defendi¨® el acuerdo.
Gallard¨®n tambi¨¦n ha anunciado la reforma de la ley del aborto para volver a un modelo como el de 1985, en el que las mujeres tendr¨¢n que alegar motivos para justificar su decisi¨®n. "Probablemente lo m¨¢s progresista que yo vaya a haber hecho en mi vida pol¨ªtica es defender el derecho a la vida", declar¨® el ministro.
Esa necesidad de buscar perfil se ha visto en todos los ministros con ganas de marcar su agenda. Ana Mato, Miguel Arias Ca?ete, Jos¨¦ Ignacio Wert... Todos han logrado ya un protagonismo que en las primeras semanas, cuando la agenda estaba totalmente centrada en la econom¨ªa, no ten¨ªan.
Mato ha encargado un estudio para ver si la p¨ªldora del d¨ªa siguiente tiene efectos secundarios (si los tiene, la Agencia del Medicamento del Ministerio de Sanidad no los ha detectado en los 11 a?os que lleva a la venta en Espa?a). En 2000, cuando Sanidad tramitaba el registro del f¨¢rmaco en Espa?a, la Conferencia Episcopal advirti¨® a la entonces ministra, Celia Villalobos, de que la p¨ªldora era "tan inmoral como el recurso al aborto por medio quir¨²rgicos". El medicamento fue aprobado, aunque no lo financiaba la sanidad p¨²blica. En 2003, el mismo ministerio acept¨® la investigaci¨®n con embriones humanos.
Desde el Gobierno, la versi¨®n oficial es que lo que est¨¢ pasando no es m¨¢s que el normal cumplimiento del programa electoral que ha ganado las elecciones con mayor¨ªa absoluta. Y en parte es cierto. Sin embargo, el programa conten¨ªa la filosof¨ªa, pero era ambiguo para evitar perder votos por el centro. Un ejemplo es el aborto. En 212 p¨¢ginas, esto es todo lo que se dice: "Cambiaremos el modelo de la actual regulaci¨®n sobre el aborto para reforzar la protecci¨®n del derecho a la vida, as¨ª como de las menores". Nada se dec¨ªa de cambiar la ley de plazos, la habitual en Europa, por una de supuestos.
Todos los que conocen bien al presidente saben que es un pragm¨¢tico, pero desde el punto de vista ideol¨®gico, es un conservador. Dejar¨¢ hacer a sus ministros pero no les frenar¨¢ ninguna propuesta muy conservadora siempre que no tenga una gran contestaci¨®n social, auguran en el PP. El matrimonio homosexual es un ejemplo. Rajoy no lo toca de momento porque sabe que la mayor¨ªa de la sociedad lo aprueba, pero decidi¨® que se recurriera ante el Constitucional y espera ahora a su sentencia para poder actuar.
El PP es un partido pensado para el poder. La inesperada derrota de 2004 nunca fue asimilada del todo. Los sectores m¨¢s a la derecha del partido construyeron una imagen absolutamente consolidada ya en su mundo: Zapatero fue una especie de mal sue?o al que hay que darle la vuelta cuanto antes. Salvo las grandes decisiones econ¨®micas -los expertos insisten en que ah¨ª la pol¨ªtica de Rajoy es continuista con la de Zapatero, en l¨ªnea con la senda marcada por la UE- y tal vez la pol¨ªtica antiterrorista, con matices, nada parece estar a salvo del deseo de acabar r¨¢pidamente con las huellas del zapaterismo.
Cuando le preguntaban a Rajoy en la oposici¨®n qu¨¦ ha hecho bien el presidente, siempre citaba la pol¨ªtica de Tr¨¢fico. Se pensaba, y Rajoy lo dej¨® caer, que el presidente tendr¨ªa un gesto y mantendr¨ªa a Pere Navarro en la DGT. Ni siquiera: ser¨¢ relevado. Hasta hace un a?o, Rajoy dec¨ªa que har¨ªa un Gobierno con gente de todo tipo, incluido alguno de la izquierda, modelo Sarkozy. Quer¨ªa evitar la imagen de un Ejecutivo "puro PP". Pero ese discurso empez¨® a desaparecer tras las municipales, en las que Rajoy ya dio por hecha la mayor¨ªa absoluta para las generales. Cuando lleg¨® esa aplastante victoria, Rajoy llen¨® el Gobierno de amigos personales y pol¨ªticos muy fieles.
Los ministros tienen bastante autonom¨ªa. Al presidente le gusta concentrarse en pocas cosas y dejar que cada uno asuma su responsabilidad. Si algo sale mal, siempre est¨¢ a tiempo de cambiarlos. Porque ese es otro de los ejes de las reformas anunciadas estos d¨ªas. La catarata de novedades son solo eso, anuncios. Cuando empiecen a plantearse en serio, muchas de ellas caer¨¢n si generan demasiada pol¨¦mica.
El PP ha optado por la celeridad para que no le ocurra como a Aznar, que se dej¨® sin culminar algunas de sus reformas. "Cuanto antes, si puede ser, para que entre en vigor el pr¨®ximo curso". As¨ª respondi¨® un portavoz del Ministerio de Educaci¨®n a la pregunta de cu¨¢ndo se producir¨¢ el cambio, anunciado por el ministro Wert, en la asignatura de Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa. Se trata, dijo el ministro, de limpiarla de aquellos contenidos que, seg¨²n las tesis de los sectores m¨¢s conservadores encabezados por los obispos y asumidas por el Gobierno, adoctrinan a los alumnos y se meten en un terreno que corresponde a la familia.
Wert tambi¨¦n ha dicho que quiere tener lista este mismo a?o la profunda reforma en los institutos, con lo que cambiar¨¢ el sistema educativo vigente desde hace 20 a?os al quitarle un curso al bachillerato. El PP a¨²n tiene clavada la espina por que la ley educativa que dise?¨® y aprob¨® su Gobierno en diciembre de 2002, la LOCE, no lleg¨® a entrar en vigor salvo en algunos pocos detalles, pues Zapatero paraliz¨® su aplicaci¨®n en una de sus primeras medidas en el Gobierno. La LOCE, por cierto, no tocaba la estructura actual del sistema educativo.
El presidente, al contrario que Aznar con la guerra de Irak, no es un hombre dispuesto a enfrentarse al 90% de la opini¨®n p¨²blica. Pero ahora, con la oposici¨®n desaparecida, sus ministros deseosos de tener perfil, su electorado con ganas de ver al PP en acci¨®n, y la bula que dan los 100 primeros d¨ªas de Gobierno, era el momento. Y lo ha aprovechado.
Con informaci¨®n de Juan A. Auni¨®n.
Miguel Arias Ca?ete
- Medio Ambiente ha anunciado una reforma "muy profunda" de la Ley de Costas, norma que el PP aplic¨® entre 1996 y 2004, para permitir nuevos usos en primera l¨ªnea y alargar las concesiones.
Jos¨¦ Ignacio Wert
- El ministro Wert ha decidido eliminar la asignatura de Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa y quiere tener en un a?o una profunda reforma en los institutos. La reforman de Aznar no lleg¨® a entrar en vigor.
Ana Mato
- Ha encargado un estudio para ver si la p¨ªldora del d¨ªa siguiente tiene efectos secundarios, pese a que la Agencia del Medicamento no los ha detectado en los m¨¢s de 10 a?os que lleva a la venta en Espa?a.
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