Roma espera ahorrar 24.000 millones en dos a?os
Sueldos congelados, pensiones aplazadas, lucha contra la evasi¨®n fiscal, condonaci¨®n de viviendas ilegales y recorte de 10.000 millones a los entes locales.- La oposici¨®n califica el ajuste como un "pastiche".- Los sindicatos hablan de "iniquidad social" y llaman a la huelga general
Reducir el peso del gasto y el empleo p¨²blicos; luchar contra la evasi¨®n fiscal y la econom¨ªa sumergida, y controlar el derroche de los entes locales para enviar un mensaje de rigor a los mercados y los especuladores. Esas son las l¨ªneas que marcan el plan de austeridad que presenta esta tarde el Gobierno italiano.
El ajuste alcanzar¨¢ un valor global de 24.000 millones, repartidos a la mitad entre 2011 y 2012, con la intenci¨®n de reducir el d¨¦ficit p¨²blico un 2,3% en tres a?os. Casi la mitad del ahorro ser¨¢ aportado por las regiones y los entes locales, que ver¨¢n recortados sus gastos y reducidas algunas competencias.
Silvio Berlusconi, refugiado en su optimismo proverbial, ha negado durante dos a?os la crisis y despu¨¦s ha presumido de que Italia lideraba la recuperaci¨®n mundial. Finalmente, esta tarde presentar¨¢ a la prensa un plan financiero que su n¨²mero dos, Gianni Letta, justific¨® ayer de forma dram¨¢tica. "Italia necesita hacer grandes sacrificios para escapar del peligro de Grecia; esperemos que sean provisionales", dijo Letta.
El jefe del Estado, Giorgio Napolitano, desde Washington, exigi¨® que el ajuste reparta los sacrificios de manera equitativa. Las primeras reacciones de los agentes sociales son de descontento y malestar. El sindicato mayoritario, la CGIL, ha invocado de forma inmediata la huelga general; los entes locales y la oposici¨®n han sido muy cr¨ªticos al conocer los detalles de la maniobra.
El l¨ªder del Partido Democr¨¢tico, Pierluigi Bersani, ha calificado el plan como "un pastiche muy deprimente: no toca los problemas estructurales, propone recortes indiscriminados y no crea crecimiento". Antonio Di Pietro, l¨ªder de Italia de los Valores, ha pedido la dimisi¨®n de Berlusconi por "haber mentido a los ciudadanos y haber llevado el pa¨ªs a la antec¨¢mara de Grecia".
Tras la reuni¨®n del Gobierno con los agentes sociales, Guglielmo Epifani, secretario general de la CGIL, ha definido el ajuste como "una iniquidad social: los trabajadores pagan el grueso del ajuste; las rentas de un mill¨®n de euros no se tocan, las de los funcionarios que ganan 1.500 euros y los pensionistas que se deben jubilar, s¨ª".
Las regiones, representadas por Vasco Errani, han afirmado que el plan "es insostenible porque recortar¨¢ los gastos y por tanto los servicios a los ciudadanos hasta l¨ªmites incre¨ªbles".
Las medidas
Las medidas mezclan una contenci¨®n radical del gasto p¨²blico, sobre todo para las regiones y los ayuntamientos (se calcula que perder¨¢n 10.000 millones en dos a?os). Seg¨²n ha trascendido, el Gobierno congelar¨¢ durante tres a?os los salarios de los funcionarios, reducir¨¢ las retribuciones de los ministros y parlamentarios y bloquear¨¢ temporalmente el acceso a la jubilaci¨®n del 75% de los trabajadores, incidiendo especialmente sobre las mujeres. En el sector privado, el ajuste prev¨¦ aumentar la cuota fiscal a las opciones por acciones y los bonos variables de los directivos.
En la lucha contra la evasi¨®n fiscal y la b¨²squeda de nuevos ingresos, se obligar¨¢ a los profesionales a facturar todos los servicios por encima de los 3.000 euros y se limitar¨¢n los pagos en met¨¢lico hasta los 5.000 euros para reducir la evasi¨®n fiscal.
Adem¨¢s, se decide la regularizaci¨®n, con una multa, de 2,5 millones de inmuebles ilegales, partida que puede suponer 5.000 millones de euros en nuevos impuestos; y se habilitar¨¢n nuevos peajes en las circunvalaciones de las ciudades.
Seg¨²n la CGIL, el grueso del ahorro lo aportar¨¢n los funcionarios y las clases medias, que pagan religiosamente sus impuestos y han abonado ya, por adelantado, la factura de una crisis que en dos a?os ha elevado el desempleo hasta los 2,1 millones de parados (el 8,8%) y ha obligado a cerrar miles de f¨¢bricas y empresas.
El ministro de Econom¨ªa, Giulio Tremonti, lleva dos semanas tratando de cuadrar la maniobra exigida por la UE y el FMI para el bienio 2011-2012. Los problemas italianos, seg¨²n la OCDE, proceden de la elevada deuda p¨²blica (el 116% del PIB, con un d¨¦ficit del 5,3%) y de la excesiva carga de la Administraci¨®n p¨²blica sobre la econom¨ªa.
Con 3,5 millones de funcionarios, Italia es el quinto pa¨ªs europeo, tras Irlanda, Grecia, Portugal y Espa?a, donde m¨¢s ha aumentado el gasto del sector p¨²blico desde 1999 hasta ahora: creci¨® un 42,5% frente al 35,7% de la media europea, el 53,1% de Espa?a, el 110,8% de Irlanda y el 17,1% de Alemania.
Contra los 'furbi'
Alarmado por su ca¨ªda de popularidad (que se sit¨²a en el m¨ªnimo de la legislatura), Berlusconi se ha visto forzado a admitir algunos sapos de dif¨ªcil digesti¨®n. La omnipotente Protecci¨®n Civil, base del Governo del fare (el Gobierno que hace cosas) y fuente del esc¨¢ndalo de corrupci¨®n de los Grandes Eventos, pasar¨¢ a ser controlada directamente por Tremonti, seg¨²n las primeras noticias.
El ajuste tambi¨¦n golpear¨¢ el bolsillo de sectores tradicionalmente favorables al centro derecha, como los dirigentes de los 10.000 entes p¨²blicos; los profesionales poco entusiastas de facturar el IVA y los 500.000 empresarios que declaran al fisco rentas de menos de 15.000 euros al a?o.
"El objetivo principal es controlar la deuda p¨²blica reduciendo un 0,8% el d¨¦ficit en 2011 y un ulterior 0,8% en 2012", ha dicho el ministro Tremonti durante la reuni¨®n con los agentes sociales. "Y lo haremos con una gran batalla contra la evasi¨®n fiscal".
El golpe de mano contra los furbi (los p¨ªcaros) y los evasores no deja de ser ir¨®nico, porque Berlusconi ha sido juzgado varias veces por tener cuentas secretas en para¨ªsos fiscales y ha justificado la evasi¨®n cuando los impuestos son demasiado elevados. La paradoja es que, en oto?o pasado, Tremonti aprob¨® un escudo fiscal que permiti¨® a evasores y mafias repatriar 95.000 millones del extranjero pagando una multa del 5%.
Seg¨²n los datos de Hacienda, Italia deja de ingresar cada a?o al menos 100.000 millones de impuestos por culpa de los evasores, y la econom¨ªa sumergida supone ya un 22% del PIB.
Seguramente, el ex primer ministro Romano Prodi habr¨¢ sonre¨ªdo al ver plasmada en el ajuste de sus adversarios la vieja obsesi¨®n del centro izquierda. La limitaci¨®n de los pagos en met¨¢lico a 5.000 euros fue aprobada por Prodi en 2006 e inmediatamente cancelada por Berlusconi cuando volvi¨® al Gobierno en 2008 tras ganar las elecciones al grito de "la izquierda quiere un estado de polic¨ªa fiscal".
Fabio Pammolli, director del Centro de Estudios de Pol¨ªtica Econ¨®mica, piensa que el ajuste "alinea a Italia con la pol¨ªtica de rigor en las cuentas y contenci¨®n del gasto" reclamada por Bruselas, Alemania y el FMI. "El ajuste es urgente e inevitable. Es tambi¨¦n dr¨¢stico, pero el fardo del gasto p¨²blico italiano es excesivamente alto para nuestro nivel de deuda y no hab¨ªa alternativa. Las medidas son en general adecuadas porque inciden sobre todo en los gastos de personal y compras de los entes estatales y locales, que se comen en algunos casos el 90% del presupuesto".
Adem¨¢s, a?ade Pammoli, "se incide en el sector privado luchando por fin contra la evasi¨®n fiscal y la econom¨ªa sumergida, con m¨¢s controles de la gran iniquidad del pa¨ªs".
Berlusconi, en todo caso, saldr¨¢ tocado del ajuste. Cumple su promesa cl¨¢sica de no subir los impuestos, pero a cambio renuncia a las reformas estructurales que Italia necesita para generar empleo y crecimiento y mejorar la productividad. Escasean las propuestas contra la corrupci¨®n, el paro juvenil y femenino y el creciente poder de las mafias, que facturan 150.000 millones de euros anuales (datos de la patronal).
Los expertos consideran esas r¨¦moras el gran obst¨¢culo a la modernizaci¨®n. Mientras tanto, la CGIL se?ala que los salarios y la renta familiar siguen decreciendo de forma inquietante. 13,6 millones de trabajadores ganan menos de 1.300 euros netos al mes; de los cuales 6,9 millones cobran 1.000 euros o menos. Entre 2002 y 2008, la renta media familiar ha perdido cada a?o 1.599 euros entre los obreros, y 1.681 euros entre los empleados.
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