La cara amarga del iPad est¨¢ en Shenzhen
El suicidio de nueve trabajadores chinos de Foxconn, la empresa que fabrica la 'tableta' de Apple, desata una batalla laboral en China
Apple comienza a vender hoy en Espa?a y en otros pa¨ªses de europeos el iPad, su tablet miniport¨¢til llamado a revolucionar el mundo de la inform¨¢tica como ya lo hiciera su iPhone con el de la telefon¨ªa m¨®vil. Pero la empresa californiana no fabrica ni el iPad ni el iPhone, s¨®lo lo dise?a. Se realizan y ensamblan en China, en Shenzhen, una ciudad a 40 kil¨®metros de Hong Kong, conocida como la Silicon Valley china por su concentraci¨®n de empresas manufactureras tecnol¨®gicas.
En Shenzhen trabajan 420.000 trabajadores de Foxconn, un inmenso grupo industrial con sede central en Taiwan que ensambla todo tipo de productos electr¨®nicos, desde videoconsolas a m¨®viles o port¨¢tiles para marcas como Nokia, HP, Dell o la citada Apple. Aunque es probablemente el mayor fabricante mundial de aparatos electr¨®nicos, su nombre no hubiera salido nunca a la luz si no fuera porque en lo que va de a?o, sus trabajadores han protagonizado una ola de suicidios que han estremecido a Shenzhen, donde tiene dos de sus principales plantas de producci¨®n. Nueve de ellos se quitaron la vida, otros dos resultaron intentos fallidos y la prensa local habla de un ¨²ltimo suicidio a¨²n sin confirmar que habr¨ªa ocurrido este mi¨¦rcoles.
Los sindicatos atribuyen estas muertes -todas ellas de trabajadores de entre 18 y 24 a?os- a la presi¨®n insoportable y las condiciones laborales que sufren los empleados para cumplir con los objetivos de producci¨®n que les marcan las multinacionales, mientras que la empresa siempre ha aducido causas personales. Apple y otras empresas clientes de Foxconn se apresuraron a se?alar su preocupaci¨®n por estos sucesos y a indicar que vigilar¨ªan que se cumplan los derechos laborales.
Comparecencia del presidente de Foxconn
Pero el ¨²ltimo suicidio del pasado martes de otro joven de 19 a?os que se arroj¨® desde el cuarto piso de su vivienda ha provocado un estallido laboral y forzado a Foxconn a dar la cara. Al d¨ªa siguiente, su presidente, Terry Gou, no tuvo m¨¢s remedio que viajar a Shenzhen para tratar de calmar los ¨¢nimos. Rodeado de guardaespaldas, y con aspecto compungido asegur¨® en una multitudinaria rueda de prensa, que estaban dispuestos a revisar todo el plan de producci¨®n para reducir los suicidios y a contratar hasta 2.000 psic¨®logos para ayudar a la plantilla.
No obstante, se justific¨® en que la tasa de suicidios en relaci¨®n a la plantilla no es superior a la media de la poblaci¨®n y que, en algunos casos, est¨¢ probado que esas muertes respondieron a motivos personales como deudas de juego o desenga?os sentimentales. Y puso como ejemplo de que en Jap¨®n hay tambi¨¦n muchos suicidios de j¨®venes pese a disfrutar de un nivel de vida muy superior. Gou est¨¢ considerado el tercer hombre m¨¢s rico de Taiwan con una fortuna valorada en 6.000 millones de d¨®lares.
La visi¨®n de los trabajadores, que se manifestaron a las afueras de la planta coincidiendo con la presencia de Gou, es muy diferente. Denuncian condiciones militares en las cadenas de montaje y salarios base de en torno a 100 euros mensuales, que les obligan a hacer horas extras interminables (hasta 6 d¨ªas a la semana con jornadas de 16 horas) para poder subsistir. Entre los manifestantes, estaban Ma Zishan y su esposa Gao Zhaoying, los padres de Ma Xiangqjan, un joven de 19 a?os que se quit¨® la vida en enero tir¨¢ndose desde el edificio de la factor¨ªa donde trabajaba. "Foxconn s¨®lo paga el m¨ªnimo legal por da?os fuera del lugar de trabajo y oculta una cl¨¢usula que obliga a una indemnizaci¨®n de en torno a 100.000 yuanes (8.300 euros) por estos casos", indic¨® el padre.
El caso ha tenido una inusitada repercusi¨®n en la prensa china local hasta el punto que las autoridades de Shenzhen han se?alado estar "molestos" por las "tragedias" y han prometido abrir una investigaci¨®n. Shenzhen es uno de los m¨¢s claros exponentes del milagro econ¨®mico chino. Aldea de pescadores hace poco m¨¢s 20 a?os, hoy es una enorme ciudad de rascacielos rodeada de plantas industriales donde viven y trabajan 14 millones de habitantes. Las principales empresas tecnol¨®gicas chinas tienen all¨ª sus campus. Entre ellas, Huawei, que esta semana ha invitado a un grupo de periodistas espa?oles a visitar sus instalaciones.
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