La Justicia de Estados Unidos se pone del lado de Skilling, presidente de Enron, y Black, magnate medi¨¢tico
El Tribunal Supremo considera que hubo defecto de forma en ambos procesos
El juicio a Enron fue defectuoso. Esa ha sido la decisi¨®n un¨¢nime a la que lleg¨® el Tribunal Supremo de Estados Unidos al revisar el proceso que llev¨® a Jeffrey Skilling hace tres a?os y medio a la c¨¢rcel por su papel en el fraude contable que tumb¨® a la el¨¦ctrica, en la que ejerc¨ªa como consejero delegado. A la misma conclusi¨®n se lleg¨® en el caso del magnate de medios Conrad Black.
El crimen de guante blanco se alza as¨ª con una doble victoria en la m¨¢xima instancia judicial en EE UU, al poner en cuesti¨®n el proceso seguido por la fiscal¨ªa estadounidense en dos de los casos m¨¢s sonados de la era de los esc¨¢ndalos corporativos. Los miembros del Tribunal Supremo opinan que el Gobierno cometi¨® fallos al usar la legislaci¨®n criminal.
Skilling fue condenado en octubre de 2006, tras un juicio que dur¨® cuatro meses, a 24 a?os y cuatro meses de c¨¢rcel, por ser considerado culpable de 19 cargos de los 28 que se presentaron en su contra. Desde diciembre de ese a?o, est¨¢ encarcelado. Seis meses antes, un jurado hab¨ªa declarado culpable al fundador de la el¨¦ctrica Kenneth Lay, que muri¨® de un infarto antes de conocer la pena.
La firma quebr¨® en diciembre de 2001 y su colapso oblig¨® a revisar toda la normativa de Buen Gobierno Corporativo en EE UU y Europa, tras aflorar otros esc¨¢ndalos como los de la telef¨®nica WorldCom, de la tecnol¨®gica Tyco o la alimentaria Parmalat. La ingenier¨ªa contable permiti¨® a estas compa?¨ªas ocultar los abusos de sus ejecutivos y maquillar las deudas.
La debacle de Enron
Enron lleg¨® a ser la s¨¦ptima compa?¨ªa de Estados Unidos, seg¨²n el ranking de la revista Fortune de 2000. La gloria le dur¨® poco. Tras destaparse numerosas irregularidades en sus libros contables, sus acciones se desplomaron en horas, hasta el punto de perder todo su valor de mercado, que ascend¨ªa a 68.000 millones de d¨®lares. Miles de empleados se quedaron sin trabajo con la quiebra.
El golpe de Enron fue enorme, hasta el punto de arrastrar hasta la desaparici¨®n a la que era entonces la mayor auditora del mundo, Arthur Andersen. Los abogados de Skilling, sin embargo, mantuvieron que el castigo violaba la Constituci¨®n y recurrieron la sentencia. Con la opini¨®n de ayer, ahora un juez debe determinar las partes del proceso que somete a revisi¨®n.
El caso de Conrad Black
Lo mismo sucede con Conrad Black, ya que los miembros del Tribunal Supremo no creen que haya motivos para anular la sentencia de ambos. El magnate de origen canadiense, que presidi¨® el grupo de medios Hollinger International, fue condenado en 2007 a seis a?os y medio de prisi¨®n por usar el dinero de la compa?¨ªa para sus excesos y estafar a los accionistas.
Black, antiguo miembro de la C¨¢mara de los Lores brit¨¢nica, fue considerado en su d¨ªa culpable de tres cargos por fraude contable y uno por obstrucci¨®n a la justicia, entre un total de 13 que se presentaron. La fiscal¨ªa calific¨® su conducta de "cleptocracia corporativa". Pero en su defensa, Lord Black dijo que el nunca rob¨® y que por ese motivo no pod¨ªa ser encarcelado.
Consecuencias de la decisi¨®n del Tribunal
La decisi¨®n del Tribunal Supremo puede as¨ª trastocar la manera en la que el Departamento de Justicia hizo frente al crimen de corporativo en el pasado, utilizando la legislaci¨®n que obliga a los ejecutivos a ofrecer un servicio honesto. Una Ley que en principio debe estar confinada a atacar fraudes en los que los directivos reciben alg¨²n tipo de beneficio, como sobornos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.