El G-20 debate sobre los l¨ªmites de la normativa bancaria
La discusi¨®n revela que se suavizar¨¢n las propuestas en aras del acuerdo.- Obama aboga por imponer una cuota a los bancos que se beneficiaron del plan de rescate.- El primer acuerdo, a iniciativa candiense, ha sido crear un fondo de asistencia a la maternidad
El presidente de EE UU, Barack Obama, ha instado hoy al Congreso a que apruebe la mayor reforma financiera en el pa¨ªs desde la Gran Depresi¨®n, y ha abogado por imponer una cuota a los bancos que se beneficiaron del plan de rescate federal durante la crisis financiera. "Todav¨ªa tratamos de salir de una crisis econ¨®mica que ocurri¨® principalmente porque no hab¨ªa una supervisi¨®n suficientemente fuerte de Wall Street. No podemos construir una econom¨ªa fuerte en EEUU a largo plazo sin poner fin al statu quo y sentar los cimientos para el crecimiento y prosperidad", ha dicho Obama en su habitual discurso radiof¨®nico de los s¨¢bados. El mandatario grab¨® el mensaje antes de viajar a la ciudad canadiense de Toronto para participar, junto a otros l¨ªderes mundiales, en las cumbres del G8 y G20.
En Toronto, contin¨²a Obama, espera que se pueda "avanzar en los progresos logrados en las cumbres del G20 del a?o pasado, al coordinar nuestros esfuerzos por una reforma financiera global" para conjurar m¨¢s la crisis. Seg¨²n Obama, el acuerdo alcanzado el viernes por ambas c¨¢maras del Congreso traer¨¢ m¨¢s transparencia al entramado financiero del pa¨ªs, sobre todo en el complejo mercado de derivados -que mueve 600 billones de d¨®lares-, y aumentar¨¢ las protecciones financieras de los consumidores. La reforma que ultima EE UU corresponde a la primera oleada de cambios que el G-20 prometi¨® desplegar hace m¨¢s de un a?o. La crisis dej¨® en evidencia que la compraventa de activos muy arriesgados hab¨ªa desestabilizado el sistema financiero. Y, tambi¨¦n, que la dimensi¨®n e implicaciones de ese negocio pasaron desapercibidas a los supervisores.
Pero la discusi¨®n sobre cu¨¢nto elevar las exigencias de capital y liquidez a los bancos para reforzar su solvencia est¨¢ a¨²n pendiente. La cumbre del G-20 que se inicia hoy en Toronto (Canad¨¢) permitir¨¢ anticipar qu¨¦ posibilidades hay de lograr un acuerdo este a?o. Y, de paso, calibrar la capacidad de presi¨®n de la banca. "Necesitamos acelerar en la reforma para fortalecer el capital y liquidez de nuestros bancos", proclam¨® el primer ministro brit¨¢nico, David Cameron, en un art¨ªculo publicado en el diario canadiense Globe and Mail . Es el ¨²ltimo de una serie de llamamientos de l¨ªderes de pa¨ªses avanzados y emergentes del mismo tenor: el calendario aprieta y aunque no se espera un resultado definitivo hasta la pr¨®xima cumbre del G-20 (en noviembre, en Corea del Sur) el debate en la reuni¨®n de Toronto ser¨¢ definitivo para el ¨¦xito del proceso. Lo que trasluce de esa discusi¨®n es que se suavizar¨¢n algunas de las iniciativas previstas para facilitar el acuerdo.
Hace unas semanas, en la reuni¨®n preparatoria del G-20, ya se dej¨® entrever que las nuevas exigencias de capital y liquidez a la banca se aplicar¨¢n de forma gradual, m¨¢s all¨¢ incluso del periodo de dos a?os previsto. La iniciativa la abanderan los gobiernos europeos que asumen aqu¨ª buena parte de los argumentos de la banca: si no se hace as¨ª, justifican, el cr¨¦dito ofrecido a empresas y familias, ya en declive en Europa, podr¨ªa caer a¨²n m¨¢s. Tras aquella cita ministerial tambi¨¦n qued¨® claro que las posibilidades de acuerdo sobre la aplicaci¨®n en todos los pa¨ªses de nuevos impuestos al sector financiero, como pretende la UE, son muy peque?as.
El debate t¨¦cnico sobre las nuevas exigencias de liquidez y capital a la banca corresponde al comit¨¦ de Basilea, que re¨²ne a los bancos centrales. Su informe definitivo no estar¨¢ hasta julio, pero en Toronto presentar¨¢ a los l¨ªderes unas conclusiones preliminares. Seg¨²n publica Financial Times, el comit¨¦ abrir¨¢ la opci¨®n de reemplazar una de las iniciativas que menos gustan a la banca: la fijaci¨®n de un nivel de liquidez, que permita asegurar que las entidades tienen activos de venta r¨¢pida en el mercado para cubrir sus compromisos de deuda a largo plazo. La alternativa es dar m¨¢s poderes a los supervisores para que verifiquen que las entidades tienen liquidez suficiente, renunciando as¨ª a fijar un nivel concreto.
El G-20 comienza con algunas ausencias notables. El presidente brasile?o, Luiz Inacio Lula da Silva, se quedar¨¢ en su pa¨ªs por las inundaciones. Tampoco asiste la primera ministra australiana, Julia Gillard, reci¨¦n elegida para el cargo. Donde s¨ª hubo pleno de mandatarios fue en la cumbre del G-8, que comenz¨® anoche con una recepci¨®n del primer ministro canadiense, Stephen Harper. El grupo (formado por EE UU, Canad¨¢, Rusia, Reino Unido, Francia, Alemania, Jap¨®n e Italia) se ha comprometido con varios pa¨ªses africanos a revisar sus reiterados incumplimientos en las promesas de fondos para la lucha contra la pobreza.
6000 millones para un fondo de asistencia a la maternidad
El G-8 sum¨® ayer una nueva promesa de fondos para los pa¨ªses en desarrollo. El club de los pa¨ªses m¨¢s ricos se adhiri¨® a una iniciativa canadiense para financiar la atenci¨®n sanitaria a las madres y reducir as¨ª la mortalidad en los partos. El Gobierno de Harper arranc¨® del resto de pa¨ªses el compromiso de dotar este nuevo fondo con 4.000 millones de euros, una cantidad a la que un grupo de pa¨ªses que no pertenece al G-8 (entre ellos, Espa?a)y varias fundaciones sumar¨¢ otros 2.000 millones. "Ser¨¢ dinero adicional, no est¨¢ incluido en otros fondos", asegur¨® Harper en conferencia de prensa. Canad¨¢, con una aportaci¨®n de 800 millones, impuls¨® una propuesta que se queda muy lejos de los 20.000 millones comprometidos para un fondo agrario en la anterior cumbre del G-20, celebrada el pasado verano en L?Aquila (Italia).
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