El G-20 retrasa a 2011 el examen de los desequilibrios externos

Los pa¨ªses ricos y emergentes han acordado someter sus pol¨ªticas nacionales al examen del Fondo Monetario Internacional (FMI) para comprobar si se ajustan al objetivo conjunto de reducir los desequilibrios externos. Pero habr¨¢ que esperar, al menos, hasta 2011 para saber cu¨¢les ser¨¢n las preguntas del examen. El G-20, que ha concluido su quinta cumbre en Se¨²l (Corea del Sur), encomendar¨¢ a sus ministros de Econom¨ªa y gobernadores de bancos centrales que decidan "las gu¨ªas indicativas" para evaluar si esas pol¨ªticas nacionales son las correctas.

Seg¨²n el comunicado final de la cumbre, los ministros de Finanzas y gobernadores centrales debatir¨¢n esos indicadores en la primera mitad de 2011, antes de la sexta cita del G-20, que se celebrar¨¢ en Francia. La iniciativa es una manera de diluir la propuesta estadounidense, duramente criticada por otros pa¨ªses, de limitar al 4% del PIB los saldos (ya sean d¨¦ficit o super¨¢vit) por cuenta corriente. La canciller alemana, Angela Merkel, ha opuesto siempre que el amplio super¨¢vit comercial de su pa¨ªs se debe a la competitividad de sus empresas exportadoras y no a la devaluaci¨®n de su moneda, como se achaca a China.

De puntillas por los puntos conflictivos

En el comunicado no se hace menci¨®n a indicador alguno, una resistencia que fuentes de la negociaci¨®n achacan a la delegaci¨®n china. Tambi¨¦n se ha ca¨ªdo en el ¨²ltimo momento la exigencia de evitar "mantener tipos de cambio por debajo de su nivel de equilibrio por motivos competitivos", una n¨ªtida alusi¨®n a la pol¨ªtica de intervenci¨®n de China para evitar una apreciaci¨®n significativa del yuan. Adem¨¢s del consabido compromiso de evitar las "devaluaciones competitivas", se mantiene el recado a Estados Unidos, al reiterar que las econom¨ªas avanzadas "incluida aquellas con divisas que ejercen papel de reserva" estar¨¢n atentas a movimientos reciente est¨ªmulo monetario de la Reserva Federal.

Para la presidencia francesa del G-20, que se inicia hoy mismo, se dejan tambi¨¦n otros dos asuntos conflictivos: desarrollar un mecanismo de control que permita comprobar si cada pa¨ªs avanza o no en los m¨²ltiples objetivos planteados en las cumbres del G-20; y revisar el sistema monetario internacional, anclado ahora al d¨®lar como moneda b¨¢sica de reserva, para "asegurar la estabilidad de la econom¨ªa mundial", una vez que las tensiones y vulnerabilidades del sistema "han quedado claramente patentes". El foro de pa¨ªses ricos y emergentes ha encargado al FMI que desarrolle propuestas para revisar el sistema monetario, una de las prioridades en la agenda del presidente franc¨¦s, Nicolas Sarkozy.

Como estaba previsto, el G-20 ha asumido el acuerdo de los banqueros centrales en el comit¨¦ de Basilea para triplicar los requisitos de capital a las entidades financieras, as¨ª como el amplio plazo concedido a la banca (hasta 2019) para que cumpla con los nuevos requisitos. El comunicado tambi¨¦n hace suyo el planteamiento del Foro de Estabilidad Financiera para definir (a finales de a?o) qu¨¦ entidades deben ser vigiladas con mayor celo por su "dimensi¨®n o complejidad" y fijar para ellas requisitos adicionales de capital y liquidez (a mediados de 2011). La prioridad es establecer esas nuevas exigencias a las entidades sist¨¦micas con relevancia internacional. La vicepresidenta econ¨®mica, Elena Salgado, dio por hecho ayer jueves que en esa lista estar¨¢n las dos grandes entidades espa?olas, Santander y BBVA.

"Punto final" a Doha

Adem¨¢s, tambi¨¦n se da luz verde al pacto sellado hace tres semanas para desbloquear la reforma del Fondo Monetario Internacional, de modo que los pa¨ªses emergentes (y singularmente China, India y Brasil) ganen cuota de poder en el Fondo a costa, b¨¢sicamente de los pa¨ªses europeos. Los emergentes ganar¨¢n un 6% de cuota de representaci¨®n y dos de las nueve sillas europeas en el comit¨¦ director del FMI.

En el comunicado final hay tambi¨¦n una menci¨®n a la necesidad de poner "punto final" a la Ronda de Doha para liberalizar a¨²n m¨¢s el comercio internacional. Es un compromiso recurrente de las cumbres del G-20, pero varios pa¨ªses, con Alemania y Reino Unido a la cabeza, han insistido en que desbloquear la Ronda de Doha ser¨ªa un mensaje n¨ªtido ante los mercados de que el foro se toma en serio evitar las tentaciones proteccionistas.

El G-20 tambi¨¦n asume en esta cumbre un papel protagonista en fijar las pol¨ªticas de ayuda al desarrollo, un asunto que hasta ahora era b¨¢sico en la agenda del club de los pa¨ªses m¨¢s ricos, el G-7, ahora de capa ca¨ªda. En el bautizado como consenso de Se¨²l, por oposici¨®n al consenso de Washington, que consagr¨® la liberalizaci¨®n y los dr¨¢sticos ajustes fiscales como receta ¨²nica para los pa¨ªses en desarrollo, se impone en buena medida la visi¨®n de Corea del Sur, un precario equilibrio entre dar prioridad al crecimiento econ¨®mico, con apoyos a los programas de inversi¨®n en infraestructuras e incentivos a la actividad empresarial (en definitiva, a la coreana), y los habituales compromisos de la ayuda al desarrollo (salud, educaci¨®n, asistencia), que aparentemente se mantienen.