Los antecedentes del conflicto con los controladores

El conflicto con los controladores que ha provocado el caos este fin de semana de los aeropuertos en pleno puente arranca hace m¨¢s de un a?o, cuando el Gobierno anunci¨® que quer¨ªa modificar sus condiciones laborales. El objetivo era el mismo que ha guiado muchas de las ¨²ltimas actuaciones del Ejecutivo: ahorrar. El gestor aeroportuario AENA abri¨® la caja de los truenos al acusar a los controladores espa?oles, un colectivo que re¨²ne a unos 2.500 profesionales, de cobrar m¨¢s que sus colegas europeos con una media de 350.000 euros al a?o y anunciar la reorganizaci¨®n de su trabajo.

Tras este anuncio, realizado en diciembre de 2009, la falta de controladores caus¨® el primero de una serie de "huelgas encubiertas", en palabras del Ministro de Fomento, Jos¨¦ Blanco. El tel¨®n de fondo era la negociaci¨®n del segundo convenio para el sector, que deb¨ªa sustituir al de 1999, y que ha estado atascado durante meses. En paralelo, el Ejecutivo ha ido tomando decisiones y legislando ante la falta de avances y la sospecha de que un acuerdo iba a ser muy dif¨ªcil.

Para superar el bloqueo y recuperar la iniciativa, el Gobierno aprob¨® en febrero un real decreto ley que devolv¨ªa a AENA la capacidad de gesti¨®n y control del tr¨¢fico a¨¦reo, que hasta entonces estaba en manos de los controladores. Adem¨¢s de abrir la puerta a la liberalizaci¨®n de las torres. La norma, que entre otras medidas pone fin a la posibilidad de los controladores de retirarse a los 52 a?os con el 100% de la pensi¨®n, dinamita las negociaciones. El colectivo denuncia que son medidas impuestas unilateralmente y que han dinamitado el convenio. Dos meses despu¨¦s, para a?adir m¨¢s le?a al fuego, entra en vigor la nueva ley por la que el ente p¨²blico puede determinar las condiciones laborales de los controladores civiles de tr¨¢nsito a¨¦reo, a los que rebaja los salarios.

Con la llegada del verano y la temporada tur¨ªstica, vuelven los problemas a los aeropuertos . Aunque el sindicato USCA insiste en que no han pactado aumentar el absentismo laboral como medida de presi¨®n, se suceden las alteraciones en el tr¨¢fico ¨¢ereo, que obligan a las compa?¨ªas a cancelar sus vuelos.

Llegan los militares

A principios de julio, Blanco anuncia que el Gobierno habilitar¨¢ a controladores militares para que ocupen puestos de trabajo en los aeropuertos civiles. Pero, la norma que enciende definitivamente los ¨¢nimos de los controladores es el decreto que regula la jornada de los controladores, que se fija en 1.670 horas, m¨¢s 80 extraordinarias. Con esta medida, el Ejecutivo pretend¨ªa limitar las horas extra, mucho m¨¢s caras, para evitar casos puntuales en los que una persona pod¨ªa llegar a cobrar 900.000 euros al a?o, seg¨²n denunci¨® Blanco. Pese al recorte, "seguir¨ªan cobrando tres veces m¨¢s que un m¨¦dico de La Paz, que un juez y dos veces y media lo que gana este ministro ", lleg¨® a decir.

En respuesta a esta medida, el 98% de los controladores autorizan a su sindicato a convocar una huelga. Sin embargo, la fecha de la protesta no acaba de llegar y los trabajadores la mantienen oculta para seguir presionando al Gobierno. Sin embargo, quienes resultan m¨¢s presionados son ellos y, ante los llamamientos de las empresas y el sector tur¨ªstico y ante el riesgo de colapso a¨¦reo en la temporada m¨¢s importante del a?o, renuncian al paro.

Tras el amago de huelga, llega la calma. USCA y AENA firman un preacuerdo que acepta las condiciones laborales establecidas por el Ministerio de Fomento a cambio de flexibilizar la jornada laboral en funci¨®n de la carga de trabajo de cada centro. De hecho, a principios de septiembre, el colectivo y Fomento celebran la primera reuni¨®n para negociar el segundo convenio. Pero un mes despu¨¦s, abandonan las reuniones por incumplimiento de acuerdos.

De entonces hasta ahora se producen los problemas en el espacio a¨¦reo de Galicia, incidencias que se extender¨¢n durante el mes de diciembre al conjunto de Espa?a y que desembocar¨¢n en el caos de este fin de semana.