Obama mantiene el recorte de impuestos de Bush
La Casa Blanca llega a un acuerdo con los republicanos para extender por dos a?os los beneficios impositivos que caducaban a finales de este mes
El realismo pol¨ªtico se ha escenificado este martes en la sala de prensa de la Casa Blanca en forma de comparecencia presidencial para justificar la ruptura de una promesa electoral en bien del inter¨¦s general. Asegurando que no nos lo podemos permitir, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha justificado por qu¨¦ los ricos seguir¨¢n pagando menos como les concedi¨® George W. Bush. La Casa Blanca de Barack Obama ha llegado a un acuerdo con los republicanos para extender por dos a?os los recortes impositivos de la era de Bush que caducaban a finales de este mes.
El presidente ha asegurado que no es plato de su gusto extender esos recortes a aquellos que ganan m¨¢s pero tambi¨¦n ha dicho que no estaba dispuesto a prolongar la batalla y dejar que las familias estadounidenses se conviertan en un da?o colateral de la pugna pol¨ªtica de Washington. A cambio de ceder ante los republicanos y enfurecer a la base m¨¢s progresista del Partido Dem¨®crata, el presidente de Estados Unidos asegura haber conseguido que se extienda el seguro por desempleo para los parados de larga duraci¨®n por otros 13 meses.
Obama ha comenzado su intervenci¨®n ante la prensa diciendo que su prioridad era que los norteamericanos tuvieran trabajo y comida en la mesa. "No nos confundamos. Permitir que los impuestos aumenten para todos los estadounidenses habr¨¢ aumentado la carga en 3.000 d¨®lares para una familia norteamericana t¨ªpica y eso al final le costara a la econom¨ªa mucho m¨¢s de un mill¨®n de empleos", ha asegurado el presidente. Durante los pr¨®ximos dos a?os, cada familia estadounidense conservar¨¢ sus recortes fiscales, ha garantizado el mandatario.
Ha agregado que es consciente de que el plan no es perfecto, que a ¨¦l tampoco le gusta del todo, pero que es necesario un acuerdo antes de que el Congreso inicie su receso a finales de este mes para que se pueda avanzar en la agenda legislativa, que entre otras cosas importantes se compone de la ratificaci¨®n del nuevo START, el tratado nuclear con Rusia; la ley para acabar con la discriminaci¨®n de los gais y lesbianas en el Ej¨¦rcito; y el Dream Act, la ley que otorgar¨¢ la ciudadana a los hijos de inmigrantes que entraron en EE UU ilegalmente junto a sus padres pero que hoy se han hecho un hueco en la sociedad norteamericana.
A pesar de que los republicanos no controlan en esta legislatura que est¨¢ por concluir ni la C¨¢mara de Representantes ni el Senado, han sabido imponer su voluntad en el tema tributario encendiendo al ala m¨¢s progresista del Partido Dem¨®crata que ha calificado la propuesta de Obama de fiscalmente irresponsable y groseramente injusta, en palabras del representante dem¨®crata Peter Welch.
La todav¨ªa presidenta de la C¨¢mara de Representantes, Nancy Pelosi, se mostr¨® en contra del acuerdo marco acordado por el presidente con los conservadores y declar¨®: "Para a?adir insulto a la herida, est¨¢ la propuesta del impuesto inmobiliario [gravar con un 35% a las propiedades de cinco millones de d¨®lares; los dem¨®cratas quer¨ªan un 45% sobre las casas de 3,5 millones], que solo ayudar¨¢ a las 39.000 familias m¨¢s ricas de EE UU mientras que a?adir¨¢ 25.000 millones de d¨®lares al d¨¦ficit". En opini¨®n de Pelosi, los republicanos han conseguido tomar como reh¨¦n a la clase media en una situaci¨®n que solo beneficiar¨¢ al 3% m¨¢s rico de la poblaci¨®n pero no crear¨¢ puestos de trabajo.
Mientras el vicepresidente, Joe Biden, se reun¨ªa en el Congreso con representantes dem¨®cratas para intentar convencerles de que dieran luz verde al presidente, Obama razonaba desde el podio de la sala de prensa de la Casa Blanca que no haba tiempo para el debate y que era consciente de que algunas fracciones de su partido preferir¨ªan prolongar la batalla a pesar de saber que no van a poder alcanzar un acuerdo.
El partido en la Casa Blanca est¨¢ dividido en dos sectores. Por un lado, est¨¢ el ala presidencial, que cree que es importante para el partido y para el bien general que se avance en la agenda y se haga el trabajo. En la denominada ala congresista, representantes y senadores abogan por la confrontaci¨®n con los republicanos ya que consideran que de lo contrario, y entre otras cosas, la base dem¨®crata sufre una desmoralizaci¨®n que a la larga se traduce en un castigo en las urnas.
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